Seleccionar página

Un fuerte repudio de la dirigencia política, social y sindical se manifestó frente al intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner, un ataque que sorprendió y alarmó a la población en la noche del jueves, perpetrado por un hombre de 35 años que apareció entre un grupo de militantes que participaban de vigilia que se desarrolla desde hace diez días frente a la vivienda de la vicepresidenta y le gatilló un arma de fuego a pocos centímetros del rostro. Fue inmediatamente detenido.
Cerca de la medianoche, el presidente Alberto Fernández habló por cadena nacional y tras calificar al ataque como un hecho «de una gravedad institucional y humana extrema», decretó feriado nacional este viernes para que la población pueda «pronunciarse en defensa de la paz y la democracia».
El mandatario describió cómo fue el atentado, confirmó que el arma estaba en condiciones de disparar, que tenía cinco balas en el cargador y ninguna en la recámara y que solo por milagro no se disparó. Luego dijo que se había comunicado con la jueza a cargo de la investigación, María Eugenia Capuchetti, para solicitarle el pronto esclarecimiento de los hechos. «También le he solicitado que asegure la vida del acusado directo que se encuentra detenido», puntualizó Alberto Fernández.
El presidente encuadró el caso en el clima de exasperación que se vive en distintos sectores de la vida política nacional. «Estamos obligados a recuperar la convivencia democrática que se ha quebrado por el discurso del odio que se ha esparcido desde diferentes espacios políticos, judiciales y mediáticos de la sociedad argentina», consideró. Luego convocó «a todos y a cada uno de los argentinos y argentinas, a toda la dirigencia política y social, a los medios de comunicación y a la sociedad en general a rechazar cualquier forma de violencia. Necesitamos aislar, no convalidar y repudiar las palabras descalificadoras», dijo en un mensaje de tres minutos.
Las muestras de repudio al intento de magnicidio comenzaron a difundirse ni bien se conocieron las primeras imágenes del ataque. Los canales repitieron en pantalla partida esos segundos dramáticos que mostró la Televisión Pública, la única que transmitía el regreso de la expresidenta a su domicilio al cabo de una jornada en el Senado que se destacó por un áspero cruce de acusaciones sobre el accionar de la Policía de la Ciudad durante el fin de semana, en esa misma esquina de las calles Uruguay y Juncal.
Mientras, se iban desgranando las distintas posiciones para calificar al atentado. Los primeros mensajes surgieron en las redes sociales emitidos por personalidades vinculadas al oficialismo nacional, desde legisladores, dirigentes partidarios, mandatarios provinciales y municipales, la CGT y la CTA. Los bloques de diputados y senadores del Frente de Todos repudiaron en un comunicado «el atentado contra la vida de la vicepresidenta» y recordaron que venían advirtiendo que «las incitaciones al odio vertidas desde distintos ámbitos de poder político, mediático y judicial contra la expresidenta solo llevaban a un clima de violencia extrema». Además, realizaron una conferencia de prensa en la noche del jueves para reafirmar el repudio y mostrar la unidad del sector en este contexto. Se fueron sumando miembros de sectores de la oposición. Entre ellos el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el expresidente Mauricio Macri, el jefe de la bancada de la UCR en Diputados, Mario Negri y la lideresa de Coalición Cívica, Elisa Carrió.
Solo fueron disonantes los mensajes de la diputada provincial santafesina Amalia Granata, quien definió al caso como un acto armado «para subir en las encuestas», y el diputado nacional Martín Tetaz, quien insistió en que no se trataba de un hecho político, según su parecer, porque ningún grupo se lo había atribuido. Luego de la medianoche, la titular del PRO, Patricia Bullrich, fustigó la decisión presidencial de decretar feriado para este viernes. «El presidente está jugando con fuego: en vez de investigar seriamente un hecho de gravedad, acusa a la oposición y a la prensa y decreta un feriado para movilizar militantes. Convierte un acto de violencia individual en una jugada política», escribió en su cuenta de Twitter.
Lo que se sabe hasta ahora es que el autor del atentado sería Fernando Sabag Montiel, nacido en San Pablo, Brasil, pero residente en Buenos Aires desde niño, con antecedentes por portación ilegal de armas y un perfil difícil de definir: algunos lo tildan de neonazi, otros de freak. Se desconoce su medio de vida. Había tenido alguna aparición televisiva en una cobertura de Crónica TV acompañando a una joven vendedora callejera.

Revista Acción, 2 de Septiembre de 2022