Una investigación del diario español El País pone en negro sobre blanco la trama de corrupción que envuelve a dos empresas públicas de la península, el Metro de Madrid –el subterráneo– y el Canal Isabel II, proveedora de agua potable de la capital española. El quid de la cuestión es una serie de negociados que golpean sobre las administraciones del Partido Popular desde principios de siglo pero salpican a emprendimientos realizados en Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay. En el caso de Argentina, el escándalo tiene que ver con la venta de vagones con amianto durante la gestión de Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño.
Si bien todos estos escándalos no son nuevos ni es la primera vez que aparecen en los medios, el trabajo realizado por los periodistas Soraya Constante, Mar Centenera, Juan José Mateo y Francesco Manetto acumula todas las denuncias y procesos judiciales de tal manera que se revelan las operatorias dentro de un marco general, a espaldas de la sociedad y con repercusiones en todos los países donde ambas empresas sentaron sus reales.
Por el lado de Argentina, la maniobra apunta a la venta de vagones de subte para la línea B. La compra data de 2011 pero recién en febrero del año pasado se supo que los coches contenían el mineral cancerígeno. La adquisición fue realizada por Macri, que según destacaron los medios españoles en aquel momento, es muy cercano al Partido Popular. La demanda de Sbase, que explota el metro capitalino, es de 15 millones de euros de indemnizaciones. Pero esa no es la mayor de las querellas.
La llamada Operación Lezo, iniciada en un tribunal madrileño, implica sobreprecios y coimas en la compra de la sociedad brasileña Emissão, proveedora de servicios de aguas potables. El sobrecosto trepa a los 10 millones de euros y la “mordida” entre los directivos llega a los 5 millones. Por ese caso, en noviembre pasado fue procesado el expresidente de la Comunidad de Madrid del PP, Ignacio González, quien dirigió Canal Isabel II entre 2003 y 2012, y que ya venía siendo juzgado por fraude y malversación de caudales luego de su paso por la administración comunitaria, entre 2012 y 2015.
El salto hacia América de Canal Isabel II se inició en 2001 y en Colombia, donde adquirió la proveedora de agua corriente Inassa, de Barranquilla. En el país caribeño también se hicieron de Triple A.
El año pasado salió a la luz que la Fiscalía General de Colombia embargó acciones de Inassa por unos 70 millones de euros a raíz de un sobreprecio. Según se publicó, en 2008 un espía español siguió a González hasta Cartagena de Indias y lo filmó con una bolsa en su poder donde se supone que llevaba dinero. Luego encontraron que tenía una fortuna oculta en empresas radicadas en Panamá.
El caso se conoce en Colombia como Operación Acordeón y el procurador general, Fernando Carrillo, dijo que Odebrecht también tendría algo que ver con esa trama de corrupción en la obra pública. Los investigadores llegaron a hablar de que desde las mismas oficinas se pagó la campaña de Juan Manuel Santos para la reelección, en 2014. Quizás por eso el actual mandatario, Ivan Duque, estaba tan interesado en profundizar la pesquisa. «
Sánchez depende del voto catalán
La nominación de Pedro Sánchez como presidente del gobierno español depende de que la Abogacía del Estado se pronuncie en forma favorable a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que determinó la inmunidad del líder de ERC, Oriol Junqueras, como eurodiputado. De cumplirse ese paso, se podrá lograr formar gobierno con apoyo del partido independentista catalán. Un intríngulis que mantiene en vilo a la sociedad española, que ahora enfrenta la necesidad de obtener acuerdos con los secesionistas para tener un gobierno sin ir a alecciones nuevamente, ya que la coalición del PSOE con Unidas-Podemos no alcanza para lograr la investidura.
De no lograrse este paso, que es rechazado por gran parte del establishment político de la nación, la posibilidad de que Sánchez cumpla el mandato que le dio el rey Felipe VI se restringe a recostarse en acuerdos con las derechas (PP, Ciudadanos y el racista Vox).
Autora de Territorios vigilados y Venezuela y la Revolución, Telma Luzzani, conductora del programa Voces del Mundo, por AM 740, en su última publicación, Todo lo que necesitas saber sobre la Guerra Fría analiza ese período que va desde la Segunda Guerra Mundial hasta 1991. Sin embargo, como desmenuza en esta entrevista, algunos de aquellos fundamentos continúan vigentes. Entre ellos, el FMI y la OTAN. Otros, como el discurso político de sectores ultraderechistas, parecen ensayar un revival de aquellos años de enfrentamiento Este-Oeste
“Da la impresión de que se reviven los escenarios de la Guerra Fría por la emergencia de China, como si hubiera otra vez dos potencias que dirimen entre ellas el poder y todos los demás estamos como satélites alrededor. Pero vamos a ver cómo será el devenir, porque no se da una lucha ideológica como en aquel momento”, adelanta la periodista.
-Es una lucha intercapitalista.
-Son intereses, no hay presiones ideológicas. No es que China para hacerte un tren o una carretera te obligue a adoptar un sistema político. La lucha entre ellos también es distinta, la llamamos “guerra comercial”, ¿no?
-Pero, eso ¿no lo hace al mundo más peligroso? Porque la Guerra Fría era un ordenador. En este momento Estados Unidos mismo está en crisis, y uno ve que ciertas políticas relacionadas con esta nueva “Guerra Fría” están dirigidas por el Estado profundo de Estados Unidos, más allá de la Casa Blanca.
-Como dijo (Henry) Kissinger, tal vez Donald Trump sea el emergente de un tiempo de cambio. Porque a pesar de que Estados Unidos ha tenido presidentes “raros” como Ronald Reagan, éste es un tanto bizarro, ¿no?
-Sí, éste les molesta demasiado a ellos mismos y quieren someterlo a impeachment.
-Quizás sea la expresión de que Estados Unidos está perdiendo liderazgo. Hay cosas que uno no puede entender. Para los que hacemos política internacional hace muchos años, que no haya podido derrotar al gobierno de Venezuela es una rareza. En otro momento no hubiera ocurrido. Que aquellos países a los que apostó, como Colombia y Chile, son los dos que están con insurrecciones en las calles hace dos meses… y después… que entre el ’18 y el ’19 fueron los años donde más funcionarios vinieron a la región … porque vino el jefe del Pentágono, el vicepresidente Mike Pence; Mike Pompeo, secretario de Estado…
-Y apareció un informe de la guerra en Afganistán que recuerda aquel otro sobre Vietnam de los ’70.
-Exacto… o lo que está pasando en Oriente Medio: Siria, Libia. Pero si uno mira la Guerra Fría, vemos que toda esa estructura que se creó después de 1945 y que impulsó Estados Unidos, sigue vigente. El TIAR, la OEA, pero todo en estado de descomposición. Hasta la OTAN, esa estructura que sigue siendo la de la Guerra Fría, está haciendo agua. Yo no logro ver en qué puede terminar, tal vez se estabilice, no lo sabemos. Pero sin duda, ese momento que aparentemente terminó en el ’91 con la caída de la Unión Soviética, en realidad sigue, y con bastante inestabilidad.
-El gobierno de Estados Unidos, desde que asumió Trump, busca romper los organismos de los que forma parte.
-Lo interesante del libro tal vez fue eso, ver cómo hay muchas cosas que perviven: la revolución cubana sigue, la iraní sigue, la sandinista de alguna manera sigue. Hay muchas cosas que nacieron en aquel momento que siguen y otras más bien ligadas con lo estructural, como el FMI, la OTAN. Todo lo que tenga que ver con las instituciones pareciera que está mucho más en cuestión. Yo cambié la perspectiva de los años ’60, ’70.
-¿Por qué?
-Me di cuenta de que el neoliberalismo ya venía de los ’70. Uno dice que el golpe de Estado de Pinochet en Chile fue el laboratorio del neoliberalismo. Pero en 1971 Nixon traiciona un poco el pacto de Bretton Woods y decide sacar la convertibilidad dólar-oro, e inmediatamente empieza a aparecer muchísima plata del establisment para las universidades, para los centros de estudio, para los académicos que impulsan la idea del neoliberalismo y a la economía de mercado. Hasta 1976 el Premio Nobel de Economía lo venían ganado todos los keynesianos. En 1976 por primera vez gana Friedrich Von Hayek, que es como el padre de esta teoría, al año siguiente lo gana Milton Friedman.
-Pierden los defensores del Estado de Bienestar.
-Otra cosa de la que me di cuenta es de que el Mayo Francés tiene mucha prensa, pero el verdadero hervidero fue Estados Unidos. Los jóvenes norteamericanos, el pacifismo, los poetas beatniks, las experimentaciones con la droga, las grandes manifestaciones en contra de Vietnam, era el mundo que cortaba con la generación anterior y quería buscar otra cosa. Pero fueron altamente reprimidos y eso se cortó
-¿Ves alguna relación entre la aparición de estas ideas neoliberales con la muerte del movimiento hippie?
-No sé si están conectadas. Puede ser que sí, porque hubo una reacción del establisment contra todo ese fervor de los ’60 que sí, que impulsó una ola muy conservadora que no se vio al principio pero que en los ’70 comienza a verse con mucha claridad.
-Porque esa ola conservadora en la práctica sigue hasta ahora.
-Estados Unidos tiene eso, es un país tan contradictorio y tan fascinante en ese sentido. Porque dentro de sí mismo tiene unas corrientes de todo tipo, pero con la primacía en este momento casi total de los sectores más conservadores y más retrógrados.
-Sí lo que llama la atención es cómo esas ideas tan conservadores prendieron en algunos sectores religiosos de la región. En la Guerra Fría ese componente no era tan importante.
-Estaba la línea atea de la Unión Soviética, tenemos que pensar eso. Lo interesante de aquel mundo es que no solamente había un contrapeso que hoy no hay, y por lo tanto, como vos decís, hace que nuestro mundo sea cada vez más peligroso. Pero además no se podían ir al extremo: si había un Estado de Bienestar en Europa era porque existía la Unión Soviética. Si había cierto laicismo era porque había un mundo ateo, entonces ese contrabalance hacía que ninguno de los dos se fuera al corno. Porque se trataba de hacer una especie de buena letra, que después se desbandó con la caída de la Unión Soviética y con todo lo que vino después. Pero, por ejemplo, esa cosa antimusulmana no estaba durante la Guerra Fría.
-Sí, sí, y el puritanismo…
-Por empezar el “In God we trust” lo dice en el billete, eso es bastante impactante. Pero ese puritanismo capitalista creo que estuvo siempre, habría que mirar discursos de los presidentes Roosevelt, Truman.
-Pero lo que llama la atención es por ejemplo, la emergencia de los gobiernos como Bolsonaro, o como este en Bolivia con el que “la Biblia entra a la casa de gobierno”. Es algo que no se esperaba y antes no hubiera ocurrido.
-Sí, pero tampoco hubieran sido posibles gobiernos como el de Evo, ¿no?
-Pero muchos que atacan a Evo Morales hablan de comunismo, y Donald Trump habla de que no va a permitir que nunca haya en América socialismo. Hay que volver a la época de Mc Carthy para escuchar algo así.
-Ellos hicieron un proceso muy interesante a nivel de batalla cultural, por la cual fueron asociando el concepto del anticomunismo con el antipatriotismo. Vos eras más o menos un traidor a la patria, un antinorteamericano, esa era la palabra. Ellos logran juntar esos dos conceptos. Si vos sos socialista, pum inmediatamente sos antinorteamericano.
-Lo curioso es que aparezcan personajes como Bernie Sanders o Alexandria Ocasio-Cortez, que se reivindican socialistas.
-Pero yo creo que eso está indicando que esa idea anticomunista se está desmoronando porque ellos ya no tienen vergüenza de asumirse, ya no los persiguen por decir eso. Antes hubiera sido imposible.
Si la causa Lava Jato fue el principio del fin del gobierno de Dilma Rousseff y terminó con Lula preso y proscripto, un sistema de lavado de dinero con un local de venta de chocolates puede ser el inicio de la caída de Jair Bolsonaro y su gobierno ultraderechista. Al menos así lo teme el presidente, al que se vio desbocado en un encuentro con periodistas y que podría enfrentar un impeachment por sus muestras de inestabilidad emocional.
Esta semana la fiscalía de Río de Janeiro ordenó allanar 24 inmuebles pertenecientes al hijo mayor del presidente, Flavio Bolsonaro; su exchofer Fabricio Queiroz; la segunda esposa de su padre, Ana Cristina Siqueira; y exasesores del primogénito, que fue diputado estadual y el año pasado resultó el senador elegido con mayor cantidad de votos en la antigua capital del país.
La causa no es nueva, pero el triunfo electoral de Jair Bolsonaro y la designación de Sergio Moro como ministro de Justicia hicieron mucho por atemperar la celeridad de los magistrados.
La investigación se centra en un sistema de desvío de fondos que en Brasil se conoce como “rachadinha”, una “contribución” obligatoria de empleados y asesores –reales o ficticios– hacen a un dirigente político. La operación se descubrió cuando el COAF (Consejo de Control de Actividades Financieras) encontró movimientos poco comunes en una cuenta de Queiroz en los años 2016 y 2017.
El hombre había recibido alrededor de dos millones de reales (medio millón de dólares a hoy día) en 483 depósitos provenientes de 13 asesores ligados al Gabinete del diputado Flavio Bolsonaro. Su salario era de menos de 6000 dólares mensuales.
Como parte de la pesquisa, los sabuesos llegaron hasta una chocolatería en un shopping de Barra de Tijuca que explota la franquicia Kopenhagen, una tradicional marca en Brasil. La firma propietaria del local se llama Bolsotini, por las sílabas de Bolsonaro y de su socio, Alexandre Santini, que adquirieron el fondo de comercio en 2014.
Un dato sospechoso fue que en los períodos de mayor venta de chocolates, para las Pascuas, el volumen de ventas crecía menos que los depósitos en las cuentas bancarias de la sociedad. Un esquema típico de lavado de dinero que bien podría haber investigado Moro, “especialista” en la cuestión, de acuerdo a sus antecedentes en el Lava Jato, un sistema similar pero aplicado en una cadena de lavanderías de autos.
La explicación de Flavio –al que irónicamente ahora llaman Willy Wonka– sobre la diferencia fue en un primer momento afirmar que habían tenido un éxito colosal con la venta de un chocolate alusivo al 7 a 1, que fue el resultado del desastroso partido que Brasil perdió con Alemania en el Mundial de ese año.
Para el padre, Flavio es como un Neymar para los negocios. “Lo acusaron de ganar más. Lo que sucede es que quien lleva más clientes allí, gana más dinero. Es lo mismo que Neymar cuando le preguntan ¿por qué estás ganando más que otros jugadores? Porque él es lo más importante. No es comunismo”.
Pero a medida que la visibilización del tema avanza en los medios hegemónicos –que tanto hicieron para sacar al PT del poder– Jair se fue poniendo más nervioso. El miércoles tuvo un entrevero a la salida de la residencia de la Alvorada que está llamada a resultar una marca de agua de su pensamiento. Luego de acusar de la arremetida judicial al gobernador de Río, Wilson Witzel, que fue aliado en 2018 y rompió a principios de su gestión, de querer usar el caso porque quiere ser presidente en 2020, Jair Bolsonaro dijo que no todo es lo que parece en la causa contra Flavio. “Tú tienes una cara de homosexual terrible y no por eso te acusan de homosexual”, le espetó a un trabajador de prensa.
Con lo cual, si ya tenía en la lista de enemigos al diario Folha de São Paulo, ahora se compró a O Globo y a todo el mainstream, que empieza a batir el parche para analizar si Brasil puede estar tranquilo con un presidente capaz de perder la compostura de esa manera.
Pero las ramificaciones del caso van más allá y Queoroz, que aún no declaró, puede ser la clave para llegar a los asesinos de la concejal Marielle Franco. Sucede que Adriano da Nóbrega, uno de los principales sospechosos del asesinato de la militante social y del conductor del auto en que viajaba, a la salida de una charla en el barrio de Lapa, en marzo de 2018, también recibía dinero de ese fondo proveniente de las “rachadinhas”. DanielleMendonça da Costa, exasesora de Flavio, está casada con Da Nóbrega, un excapitán de la Policía Militar sindicato como el líder de una de las milicias más antiguas y violentas de Río de Janeiro, en la favela del Río de las Piedras, conocida como Escritorio del Crimen.
Evo Morales no pierde la calma ni el ánimo. A pesar de enfrentar una dura persecución del gobierno de facto de Jeanine Áñez en Bolivia, de estar en carácter de refugiado en la Argentina y de tener que comandar una campaña electoral clave en la historia de su país desde el exilio forzoso, el presidente se permite una humorada sobre su situación, que tiene mucho de definición política: “En mi carrera como antiimperialista, sólo me faltaba ser asilado y refugiado”.
En la visita que realizó el viernes por la mañana a la redacción de Tiempo Argentino, en una extensa y generosa charla, repasó detalles de su salida de Bolivia, las maniobras golpistas, una mirada de la región y sus expectativas sobre el escenario electoral que se avecina. “Ahora sí que puede haber fraude”, afirmó preocupado.
–Evo, le vamos a llamar presidente porque entendemos que si bien presentó su renuncia todavía no le fue aceptada.
–Este miércoles nos informaron que tengo una orden de aprehensión como parte de un juicio ordinario. Por Constitución y por ley corresponde a presidentes y ex vicepresidentes, juicios por responsabilidad. Esta orden de aprehensión es inconstitucional e ilegal, al margen de ser injusta, arbitraria, persecutoria. Se explica por tres razones importantes. Por razones políticas: policía amotinada, fuerzas armadas pidiendo mi renuncia, la OEA que se suma al golpe de Estado con semejante informe, que incendió y dejó tantos muertos. Seguían quemando casas de los familiares nuestros, de diputados, de ministros, de gobernadores, de asambleístas. Del racismo pasan al fascismo, atentando contra instituciones públicas como los tribunales electorales departamentales. Para que no sigan quemando y que no provoquen una masacre al día siguiente, presento mi renuncia. Para mí el derecho a la vida está por encima de cualquier derecho. Y en mi gestión no ha habido ni un muerto a bala. Hemos evitado eso. Tal vez eso me costó el golpe. Por Constitución, mi renuncia debe ser tratada en la plenaria asamblea plurinacional, que debe ser convocada por reglamento y hasta ahora no han aceptado ni rechazado mi renuncia y por tanto los juristas me dicen que sigo siendo presidente. Estoy esperando que mi renuncia sea tratada de una vez. Me rechazan o me aprueban. Si hubieran aprobado mi renuncia, tiene que haber una sucesión constitucional, que tampoco hubo. No se respetó el reglamento. Convocó la derecha pero no hubo quórum y se autonombra una presidenta bajo una interpretación comunicada al Tribunal Constitucional. Eso no es legalidad. En tercer lugar, hay una ley nacional, la 651, del 20 de diciembre de 2015, que me proclama presidente del 22 de enero de 2016 al 22 de enero del 2020. Esa ley sigue vigente, no fue abrogada. Por eso no me corresponde juicio ordinario sino juicio de responsabilidades. Cualquiera puede iniciar proceso penal al presidente o expresidente vía la fiscalía, pero para eso se necesitan dos tercios de los votos de la asamblea. No me corresponde un juicio ordinario y menos una orden de aprehensión, que fue una decisión política que tomaron por una instrucción desde EE UU a la presidente autonombrada y a los ministros. No hay independencia de poderes. Por todas esas razones sigo siendo presidente y no corresponde un juicio ordinario.
–Aun con toda esta situación jurídica usted apostó a la política, está en campaña, dispuesto a buscar un candidato y ganar las elecciones. ¿Cómo imagina esa campaña teniendo en cuenta el grado de virulencia que ejerce permanentemente la derecha y la amenaza de que use recursos no transparentes para evitar un triunfo del MAS?
–Es el temor que tenemos. Ahora sí de verdad puede haber fraude. En el informe final de la OEA habla de irregularidades en 226 actas. Hemos hecho números y aunque todos los votos de esas actas fueran para la oposición, aun así ganábamos en primera vuelta. Ahí no se habla de fraude sino de irregularidades. Si hay irregularidades corresponde volver a votar en esas mesas, pero no nuevas elecciones generales. Al fraude le tengo miedo porque dos veces me robaron el triunfo. Cuando por primera vez fui candidato en 2002, hubo fraude, no hemos reclamado porque recién estábamos empezando. Quiero ser sincero, la primera vez que me ofrecieron ser candidato nos ha sorprendido la votación. Obtuvimos más del 20% entre cuatro partidos. A mí me ha sorprendido porque no estaba convencido de que podíamos ganar, pero a partir de ese momento dije: “En cualquier momento voy a ser presidente”. Ahora hemos ganado por 648 mil votos, esa vez hemos perdido por 43 mil. Tengo mucho miedo del fraude. Yo estoy convencido: cuando el imperio muerde, no suelta. Ese es nuestro temor. Siento que están en campaña para eliminar al MAS. Yo dos veces pedí la legalidad de nuestro instrumento político como movimiento indígena: ASP, Asamblea Soberana del Pueblo, en el ’95. Hemos cumplido con todas las normas y nos rechazaron. En 2001 creamos el Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (IPSP) y también nos rechazaron. Exmiembros de la Corte Nacional Electoral nos dijeron que lo habían rechazado por instrucciones de la embajada de EE UU. El MAS lo hemos como comprado. Era una legalidad que no tenía militantes, por eso es MAS-IPSP. Quieren anularnos, proscribirnos. No quieren que el 50% de la población participe en las elecciones. Públicamente dicen que no van a participar votantes de Argentina y de trópico de Cochabamba. En el trópico ganamos por 95%, en Argentina por más del 70%. Y donde no ganamos es donde quieren que haya elecciones. ¿Qué clase de democracia en esa? Si quieren elecciones libres y soberanas entonces hay que acabar con la persecución política y la represión.
–¿Cómo se contrapondrán al eventual?
–Yo tengo mucha esperanza en la comunidad internacional. Por eso pido una misión electoral formada por instituciones creíbles del mundo, formada por notables. De izquierda o derecha, porque hay notables internacionales que son institucionalistas, es decir que hacen respetar la norma. En estos días tengo reunión con el premio Nobel de la Paz, el hermano Adolfo Pérez Esquivel, quiero que con otros premios Nobel puedan garantizar y acompañar a nuestros técnicos. Tengo mucha confianza en la ONU, el Centro Carter, que son expertos en estas cuestiones de procesos electorales. Comparto la preocupación de ustedes, porque es la preocupación del pueblo boliviano.
–Cuando habla del gobierno de facto, siempre habla de (Jeanine) Áñez, (Luis) Camacho y (Carlos) Mesa.
–¿Por qué (hablamos de) Áñez, Camacho y Mesa? Al día siguiente de las elecciones del 20 de octubre, Carlos Mesa convoca movilizaciones. Queman dos tribunales electorales en Sucre y Potosí. Al día siguiente, el de Cobija, Pando. Ahí empieza el golpe. Aunque ahora me informan qué había: al que comandaba una región le daban dinero. Que hermanos bolivianos fueran a cortar caminos, calles, destrozar casas… Camacho era unos de los líderes y dijo en una de sus intervenciones que hay que hacer igual que Pablo Escobar y levantar nóminas de los traidores de Santa Cruz. No hubo sucesión constitucional. Y entonces aparece la Áñez. Los tres son responsables. Hay corresponsables como Marco Pumari, algunos movimientos sociales, algunos sectores…
–¿Cree que se van a unir para las elecciones? ¿Es bueno para el MAS o no?
–Sería lindo que se juntaran… Pero dudo de que puedan juntarse porque el Departamento de Estado de EE UU pidió que el candidato fuera de Carlos Mesa. La derecha tiene derecho a unirse. Ahora se presenta otro candidato: cuando se fraccionan es más fácil para nosotros. No estamos bien, debo reconocer. Pero hay un voto duro, duro, duro y vamos a ganar. Al ver la parte económica de este gobierno, siento que la gente va sumándose. Una cosita del tema económico: desde que llegamos al gobierno, nunca hemos usado un dólar del Banco Central de Bolivia para pagar sueldos y aguinaldos. En diciembre se pidieron 2800 millones de bolivianos del Banco Central para pagar sueldos y aguinaldos. Casi con un mes de paro, se han perdido exportaciones por casi 4 millones de dólares al día. Pero además, la derecha violenta tomó los impuestos. La gente siente que estamos peor. Por eso somos optimistas…
–¿A qué obedece la traición de la cúpula de las FF AA. Eso fue esencial para producir el golpe.
–El aniversario de las FF AA es el 7 de agosto. El comandante en jefe seguía hablando de antiimperialismo, apoyando el proceso de cambio. Cuestionaban los programas de la derecha, que hablaban de cerrar escuelas de sargentos, entre otras cosas… ¿Sabe qué estimo? Dos cosas: una, la plata, se comenta, se rumorea, aunque no hay pruebas, o es una cuestión de clase. ¿Por qué digo esto? En mi gestión, cuando fui a las promociones, casi la mitad de subtenientes egresados eran de apellido aymara-quechua: Condori, Mamani, Quispe. Cuando había ido por primera vez, había unito, dositos. Se hacían cambiar el apellido. En vez de Mamani, Majmonis, en lugar de Condori, Condorcet, para entrar al colegio militar, pero ahora, orgullosamente, Quispe, Mamani, Vilca. Yo he visto eso de cerca. ¿Y qué me informan algunos pilotos quechuas aymaras que estaban en la represión? Que no querían disparar. “Al frente está mi mamá, mi papá, no voy a disparar”. A esos oficiales los han encuartelado, no los han dejado salir, especialmente a oficiales del trópico de Cochabamba. Alguna subteniente me llamó llorosa, que estaban como fichados. Esto demuestra que esa traición de las FF AA es una cuestión de clase.
–¿Y por qué no se dio esa traición antes?
–Varios golpes de Estado hemos derrotado, recuerden en 2008, recuerdo que (Michelle) Bachelet y Cristina (Kirchner) convocaron a una reunión. Fue derrotado. Otro en 2012, una marcha que llegó a La Paz y no reprimimos. La policía había hecho dos semanas de paro. Estuvieron marchando dos semanas y los derrotamos. No sé cuántos golpes derrotamos. Pero ahora con las mentiras, estos fascistas, racistas, confundieron con mentiras. Creo que tienen que ver algunos medios de comunicación y especialmente las redes sociales. Yo diría que junto a algunos medios de comunicación le están haciendo mucho daño a la humanidad. Pero también hay unos factores que creo que son parte de la lucha de clases. Yo tuve reunión en Santa Cruz, como siempre tantas reuniones, porque para mí la democracia no termina el día de los votos, es cada día. Y tuve una reunión con un grupo de jóvenes, hijos de empresarios, clase alta y clase media. Uno de ellos qué me dijo: “Presidente Evo, ¿los politólogos qué tenemos que hacer?”. Nosotros tenemos una politóloga, la joven senadora Adriana Salvatierra. Dije que tienen que hacer lo que hace la senadora: hagan política. “Ah, entonces –me dijo– haga una ley que solamente los politólogos debemos hacer política”. Claro, yo no soy politólogo. Todos hacemos política, obreros campesinos, indígenas. Mi interpretación es que se sienten desplazados los politólogos por indios, campesinos. Segundo, con las nacionalizaciones ha habido movimiento económico, por eso el crecimiento. Cuando llegamos al gobierno nos han dejado con 9000 millones de dólares del PBI. Año pasado, diciembre, hemos terminado con 40.800 millones dólares del PBI, para un país que tiene 10 millones de habitantes. Durante tiempos de privatización y neoliberalismo, 3000 millones de dólares de renta petrolera. El 1 de mayo de 2006 nacionalizamos y en diciembre del año pasado hubo un balance con 38 mil millones de dólares de renta petrolera. Cuando había movimiento económico, algunos compañeros que estaban en la pobreza pudieron salir. Ustedes saben, cuando hay movimiento económico se organizan, hay empresas familiares, negocios. Abandonaron su identidad, no saben de dónde vienen. Dejaron la pobreza: y hay otra mentalidad. Quieren más, y no porque son del MAS (ríe).
–¿Perdieron la mentalidad indígena?
–Algunos, digo, que este año se juntaron, ahí viene la mentalidad racista fascista. Hubo agresión a la gente humilde, quemaron la wiphala, que es un símbolo no solamente de identidad nacional, sino hasta continental. El movimiento indígena estuvo en la resistencia al golpe. Los muertos en La Paz, en Senkata, en Sacaba, Cochabamba, hay aymaras y hay quechuas. Si la COB hubiera acompañado en una huelga general indefinida con bloqueo de caminos se derrotaba a los golpistas.
–¿Y por qué no acompañaron?
–Hay que preguntarles. Hay un debate interno.
–¿Hay algo de lo que se arrepienta?
–Tal vez haber aceptado de la Central Obrera Boliviana y otros sectores sociales esta cuarta candidatura. Que es constitucional bajo una sentencia constitucional aplicada en algunos países de América Latina como Honduras, Costa Rica y Nicaragua y en base al Pacto de San José…
–¿Esa postulación generó rechazo en la sociedad?
–Dijeron que era una dictadura. Desde la década del ’60 por primera vez un partido ganaba por más del 50%, el 60%. Antes había lo que se llama democracia pactada. Como ninguno sumaba la mayoría pactaban entre cuatro partidos. Cada uno mandaba un ministro, un viceministro, cada uno respondía a su jefe de partido y no al presidente. Nunca había gobernabilidad así y eso ha perjudicado bastante. «
El miedo, la solidaridad, las traiciones
–¿Tiene miedo de que comentan un atentado en Buenos Aires?
–Eso veremos. Tengo mucha confianza en el pueblo argentino. En todo el mundo hay gente que no comparte la lucha de los humildes, con la gente pobre. Pero sí, se tiene miedo. Sería largo comentarles cómo nos salvamos ese día en que dejé Bolivia.
–¿Se siente cobijado en la Argentina?.
–Me siento bien. Muchas gracias por tanto cariño del pueblo argentino. Le agradezco al presidente Fernández por hacer gestiones no sólo por mi refugio sino ese mismo día: por lo menos cuatro presidentes estuvieron haciendo gestiones para que salga. El presidente de México, de Paraguay, de Venezuela y por entonces el presidente electo hermano Alberto Fernández. Si no, qué hubiera pasado. El 11 llegó mensaje de nuestro embajador en la OEA de que ellos estaban dispuestos a poner un avión para sacarnos. Yo decía que eso era directamente para llevarme a Guantánamo. Quién les puede creer. Lo peor es que hicieron seguimiento al avión mexicano preguntando quiénes eran los pilotos del avión.
–¿Se puede decir que la intervención de Alberto Fernández y los otros presidentes le salvaron la vida?
–Nosotros estábamos el día 11 monte adentro, selva adentro, esperando que llegara el avión. Con más de 10 mil compañeros concentrados por tema de seguridad en el aeropuerto de Chimoré, esperando, si hay permiso, si no hay permiso, si hay aval, si no hay aval. Lamentablemente el comandante de la Fuerza Aérea Boliviana nos jugó muy sucio. Yo hablé con él, porque nos decía que faltaba un permiso, que una carta de la embajada de México… Hasta que nos dijo: “Presidente, no puede entrar un avión militar a Chimoré”. Me enojé. Le dije: “Cómo es que antes llegaban aviones militares de EE UU cuando era base de ellos y semanas atrás, Turquía ofreció aviones a la Fuerza Aérea y han traído un avión militar y lo han llevado a mostrar en La Paz como parte de los negocios de Estado a Estado. Y ahora me dice que no puede entrar un avión militar, comandante”. Se quedó calladito. Me dice: ¿por qué no te viene a recoger un avión privado? El motivo es que tal vez lo tumbaran. Algunos militares ya no dependían del gobierno sino de la DEA y de EE UU.
“Demostramos que es posible otro mundo sin el FMI”
–¿Qué le quedó por hacer?
–Primero hemos recuperado la democracia. El segundo proceso de cambio fue que millones y millones volvieran al gobierno. Ahora, debemos volver y continuar, para demostrar que otro mundo es posible sin el FMI, que otro mundo es posible sin el Banco Mundial. No estar sometidos a las políticas de privatizaciones, porque el FMI y el BM, si dan créditos, luego chantajean. Las privatizaciones son políticas para concentrar el capital en pocas manos. Cuando llegamos en 2006, Bolivia era el último país de Sudamérica y en los primeros seis años fue primero en crecimiento económico. En el Banco Central de Bolivia estaban las oficinas del FMI. En el estado Mayor del Ejército, estaba el grupo militar de los EE UU, las oficinas de la CIA estaban en el Palacio Quemado. Nos hemos liberado de todo eso.
–¿Todos ellos se unieron para el golpe?
–Desde afuera y desde adentro se unieron para el golpe. ¿Qué faltaba? Hemos garantizado la liberación política, ideológica. Hemos garantizado la liberación económica. Lo que faltaba es la liberación tecnológica. Varias naciones de América Latina lo planteaban y hay que trabajar unidos. ¿Hasta cuándo vamos a seguir importando tecnología de Europa o de Asia? Los más avanzados son Argentina y Brasil, pero no es suficiente. Nos faltó esa liberación tecnológica. Hay que pensarlo seriamente, tenemos semejante materia prima: ¿hasta cuándo vamos a depender de ellos? Y aquí, compañeros, quiero que sepan: al margen de ser un golpe al indio, al proceso de cambio, demostramos dos cosas. Hemos demostrado que otro mundo es posible sin el FMI. El plan de industrialización de 41 plantas, laboratorios, plantas piloto, hemos inaugurado la planta de industrialización del litio. Hemos inaugurado la planta de cloruro de potasio; hasta diciembre hemos exportado 16 toneladas a Brasil y un poco a Chile. Para el próximo año está previsto inaugurar la gran industria de carbonato de litio y para este año está previsto producir 400 toneladas de la planta piloto. Y teníamos el plan de tener una planta de baterías de litio. Convocamos a una licitación pública internacional para tener socios en el mercado mundial. Socios de China, de Alemania, de EE UU, de Rusia, pero con el Estado a la cabeza. Todos saben la importancia que tiene el litio en la industria y la energía. Por eso estoy convencido de que también fue un golpe al litio.
“Tanto nos hacen falta Néstor, Chávez, Lula…”
–¿Cómo ve este momento de la región?
–Lo mejor fue en tiempos de Kirchner, Lula, Chávez. Acá en la Argentina acabamos con el Alca, Área de Libre Comercio de las Américas. Yo decía que debía cambiarse por ALGA Area de Libre Ganancia de las Américas, que era parte del Consenso de Washington. Derrotamos acá. Fui en tren con Maradona, estaba Fidel. Esa generación de Néstor, todos, la integración sudamericana, Unasur. Ahora, que tanto hacen falta Chávez, Kirchner, Lula. Hemos retrocedido. La derecha está destrozando a la Unasur. Ahora no se llama Consenso de Washington ni Alca, se llama Grupo de Lima. Gobierna la derecha, están con las privatizaciones, sometidos a las políticas que vienen del norte. Para ellos los servicios básicos son negocio privado. Para nosotros, los progresistas, los izquierdistas, los antiimperialistas, son un derecho humano. Como salud y educación. Excepto Bolivia, no hay golpes de dictaduras militares como en los ’60/’70 con Plan Cóndor. Ahora son golpes judiciales o congresales. O como este de Bolivia, cívicos con violencia. Otra vez, el imperio norteamericano tiene otros mecanismos para descabezar. Usa la Justicia. En el caso boliviano, usar la policía y la fiscalía, las FF AA y de yapa, la OEA. Pero también tengo mucha confianza en los movimientos sociales. En Bolivia hay golpe de la derecha, pero en Ecuador, Colombia, Chile, sorprenden los movimientos sociales, las juventudes. Están convencidos de que la forma de no buscar cierta igualdad entre seres humanos no es ninguna solución. Yo he participado de tantas reuniones en las cumbres de jefes de Estado, en la ONU y todos los presidentes de países capitalistas proclaman paz, paz. Pero no va a haber paz sin justicia social. No va a haber paz con intervenciones y con bases militares. No va a haber paz cuando las políticas están orientadas a concentrar el capital en pocas manos. No va a haber paz ni vamos a garantizar la vida en su conjunto si no se respeta la madre tierra. La Pachamama, la madre tierra, planeta tierra, puede existir mejor sin el ser humano. Pero el ser humano no puede vivir sin la madre tierra. Es otra de las diferencias con el sistema capitalista. Las juventudes se dan cuenta y se organizan por encima de sus dirigentes. Me ha sorprendido El Alto. Sus dirigentes neutralizaban y no se han ido con todo, porque saben que se está jugando su futuro, su vida, la vida de las nuevas generaciones.
–Mencionó su cuarta gestión trunca, es como un karma en la región, por golpes o elecciones. Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia…
–No, son movimientos que vienen del falangismo, del banzerismo y 20 años de neoliberalismo. Esa gente que estaba acostumbrada a vivir de la política se sintió desplazada. Hemos tenido grupos que se levantaron. Pero también hay arrepentidos. Que votaron por Mesa. También algunos jóvenes que dijeron ni Mesa ni Evo, por jugar votaron por Chi, y ahora dicen: el chiste nos va a salir caro. A mí más me duele la muerte de seres humanos que de la economía. Las nuevas generaciones nunca han vivido lo que nosotros. Le hicieron creer que Evo era dictadura por los medios de comunicación. ¿Y después de 13 días de este golpe qué han dicho? Era mejor vivir 13 años de dictadura de Evo que con la democracia de la derecha con más de 30 muertos.
Lo viejo y lo nuevo
“Tenemos excelentes compañeros, nuevas generaciones de jóvenes del campo y de la ciudad. Grandes profesionales. No es problema de liderazgo. Yo vengo desde 1988 como dirigente sindical. Lo más difícil es unir, unir, unir… Primero unimos a mi región, pasando el Trópico de Cochabamba. En cinco generaciones, cada uno andaba por su lado. Con mucha paciencia hemos unido a todos los campesinos indígenas originarios y luego a la Central Obrera Boliviana… Los movimientos obreros siempre proclaman independencia sindical y pluralismo ideológico, pero es una doctrina norteamericana. Obreros e indígenas eligen sus sindicatos pero no puede hacer política. ¿Por qué? Tenemos derecho a hacer política. Le hemos preguntado a los dirigentes en los ’80, en los ’90: ¿Hasta cuándo nos van a gobernar desde arriba y afuera? ¿Cuándo nosotros mismos nos vamos a gobernar? Durante el tiempo del neoliberalismo hasta el 2005, nos gobernaron Sánchez de Lozada y Quiroga, egresados de la Harvard de EE UU, hablaban más inglés que castellano; Banzer que estudió en el comando Sur de los EE UU; Jaime Paz Zamora, en Lovaina, Bélgica. Por eso nos preguntamos hasta cuándo. Pasamos de la lucha comunal y social, a la lucha electoral. Tenemos derecho. Como el sector obrero minero: conseguimos su independencia sindical; no podían hacer política y cuando había una elección, votar por la derecha… Y cuando la COB se levantaba, el paro acababa en estado de sitio, o confinados, detenidos, procesados. Nosotros dijimos: la lucha social y sindical debemos convertirla en una lucha electoral. Nace del movimiento campesino y unimos y llegamos… Para estas elecciones del 20 de octubre la COB dijo en su congreso ordinario: ‘el único candidato es Evo Morales’. Primera vez en la historia. La derecha tiene el miedo de que nos organicemos”.
MARADONA
Evo le envió sus “respetos a Diego Armando Maradona”. Aún no lo vio. Dijo que quiere jugar al fútbol con él y se interesó por su presente en Gimnasia.
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