Seleccionar página
La estrategia de los rusos en territorio ucraniano analizada por un alto mando argentino

La estrategia de los rusos en territorio ucraniano analizada por un alto mando argentino

Se nota su conocimiento sobre estrategia militar en los posteos que hace regularmente en su cuenta de Twitter @TomELawrence1, pero prefiere escudarse en un lejano homenaje al mítico Lawrence de Arabia porque como alto miembro de la cúpula militar argentina dice no está en condiciones de hablar de temas en que el gobierno nacional, salvo la condena a Rusia, “no se ha expresado más”. De todas maneras, este analista tiene mucho para decir desde el anonimato sobre lo que ocurre en esos campos de batalla que, con datos corroborados por fuentes muy imbuidas del tema, desmienten el carril que muestra la mayoría los grandes medios internacionales.

“Nadie es objetivo –acepta de entrada– y yo no niego estar del lado ruso por el sencillo hecho de que Rusia apoya el reclamo argentino en Malvinas y Ucrania quiere ingresar en la Otan, donde están los ingleses”.

–Se dice que las tropas rusas están empantanadas, y que ahora anuncian una nueva fase para ocultar un fracaso.

–Como decía (Carl von) Clausewitz, la guerra es la continuidad de la política; entonces, el poder político determina los objetivos estratégicos, las herramientas que va a utilizar y en el caso de una guerra, qué herramientas militares va a disponer. Putin, después de ocho años de Donbass, dijo “acá no hay más que hablar” y fijó objetivos militares. Lo que en términos profesionales se llama el Estado Final Estratégico, que era desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Cualquier analista tiene que partir de eso y desde ahí empieza a desgranarse todo el planeamiento para cumplir con los objetivos operacionales. Para definir el tema: el ámbito de la estrategia es todo lo que pasa en Ucrania, Europa y EE UU, lo operacional es lo que pasa dentro de Ucrania y lo táctico es lo que pasa en Kiev, Mariupol, Dnieper. Yo me enfoco en lo operacional, lo que pasa en el campo de batalla, en la campaña.

–¿Pero no están trabados en Kiev?

–Hay en eso una trampa informativa. Hace 2500 años Sun Tsu decía que el peor negocio es atacar una ciudad. Y sigue siendo así. Si me dicen “vamos a desnazificar y desmilitarizar”, tengo que pensar en términos de lo que se llama Centros de Gravedad, que es donde está su poder y su libertad. En Malvinas el centro de gravedad de los británicos era el portaaviones, eso les daba libertad de acción y poder; el nuestro era Puerto Argentino. Si hablo de «desmilitarizar y desnazificar», el centro de gravedad está representado por las fuerzas ucranianas que están en Donbass, es ahí donde hay que pegar para lograr el Estado Final Estratégico que fijó Putin.

–¿Qué significa que hay una trampa informativa?

–Operaciones de información y de profecía autocumplida: si decimos que el objetivo de Putin es conquistar Kiev y no la conquista, entonces perdió la guerra. Pero también veo una deformación de 20 años de guerra global contra el terrorismo, donde las ciudades eran el centro de gravedad y objetivos operacionales. Los grupos insurgentes se ocultaban en las ciudades y así reducían las brechas tecnológica y de fuego con las fuerzas regulares. Eso dificultaba la gobernabilidad y la estabilización en el posconflicto. Por eso se peleaba en las ciudades, no porque tuvieran un valor en sí mismo. Nosotros, desde el año ’91, no vemos una guerra convencional, no tenemos el ojo acostumbrado a este tipo de operaciones. Yo creo que muchos siguen presos del paradigma de la guerra contra el terrorismo. Yo interpreto desde mis conocimientos profesionales, pero además leo, consulto fuentes rusas y ellos dicen que el objetivo es Donbass. Lo que veo es que en Kiev ahora hay 12 brigadas y fuera de Kiev hay nada más que dos divisiones rusas. Para atacar necesita una relación de combate de 3 a 1, pero si va a atacar una posición fortificada como una ciudad, necesita una relación de 6 a 1. Hoy no pasan de 1 o 1,5 a 1. Lo que hacen los rusos en Kiev, en Chernihiv, en Sumy, en Jarkov, es aferrar fuerzas, para lo cual le basta una relación de combate de 1 a 1. Porque usted les tapa la salida y desde adentro necesitan una relación de 3 a 1 para atacar.

–¿Qué es aferrar?

–Es no dejar mover a la fuerza, entonces todas esas fuerzas se quedan ahí. Si se van, quedan presas de su propia narrativa, “dejaron la ciudad” y la conquistan los rusos con fuerzas menores. Ese es el movimiento que están haciendo en el norte del país. Por los números que uno ve de los rusos, y yo llevo todos los días la Carta de Situación.

–¿De dónde saca la información? ¿Dónde hay fuentes confiables?

–Tengo una lista en Twitter de cuentas tanto occidentales como rusas, sigo un canal de YouTube ruso que a veces traduce al español, al Ministerio de Defensa británico, a un think tank norteamericano que se llama ISW (Institute for Study of War – https://www.understandingwar.org/), sigo a RUSI (Royal United Services Institute, rusi.org), que fundó en 1831 el duque de Wellington. Yo trato de explicar que en Donbass se está creando una bolsa; para ganar el poder de combate necesario para cerrarla, los rusos tendrán que solucionar el tema Mariupol, donde había seis brigadas ucranianas. Una vez que consigan esto, van a dejar libres dos divisiones más una brigada de infantería de marina y así podrán superar a las brigadas que están en los cuellos de la bolsa.

–¿Pero no está más complicado de lo que parecía?

–Nosotros estamos acostumbrados a todo rápido, todo ya. Se tarda mucho tiempo para este tipo de operaciones. Los norteamericanos en la guerra de Irak, para llegar de Kuwait a Bagdad, que son 550 kilómetros, tardaron cuatro semanas en terrenos que no tienen obstáculos, es un desierto. Ucrania está llena de ríos y los puentes fueron rotos. No es un terreno fácil, salen del invierno. En Malvinas los ingleses desembarcaron el 21 de mayo y hasta Puerto Argentino tardaron 25 días sin nadie en el camino. La velocidad de movimiento de una fuerza militar en una ruta es de 20 km por hora. En combate, con una relación 3 a 1 en un terreno sin fortificar, se avanza 300 metros por hora. Con los tiempos hay que tener mucho cuidado. Pero además no es que los ucranianos están mal preparados y son pocos. Pusieron 200 mil tipos del ejército sobre la mesa y a eso hay que agregarle otros 100 mil de la Guardia Nacional, que no son como nuestra Gendarmería, son fuerzas militares. Los rusos atacaron con 150 mil y ahora están el 175 mil. Eso demuestra que Putin quería un objetivo limitado, no quería que arrasen Ucrania. Que por otro lado es lo que tiene que hacer, porque después le quedaría un problema para el posconflicto. Es como que nosotros vayamos a una guerra contra Uruguay. Por eso fue cuidadoso en abrir corredores humanitarios, evitar el mínimo daño colateral. Yo le veo lógica a esto. Y Mariupol, por lo que veo, en una semana se termina, de ahí se van a tener que reorganizar y mandarse para el norte. Imagino una fase de aferramiento y destrucción de la capacidad operacional ucraniana. Y ellos en realidad no tienen cómo contraatacar. Lo que se ven son solo contraataques en lugares muy focalizados. Además, en Donbass está el corazón económico de Ucrania, por el puerto de Mariupol y la industria. Ucrania se está financiando con lo que la Otan le presta, pero eso se lo va a cobrar, no va a ser gratis.

Tiempo Argentino, 26 de Marzo de 2022

Rusia y Occidente reagrupan sus fuerzas en Ucrania

Rusia y Occidente reagrupan sus fuerzas en Ucrania

Al cumplirse el primer mes de hostilidades en Ucrania pareciera que todas las fuerzas se están reagrupando, tanto en el campo de batalla como en los escritorios donde se discuten las consecuencias de la guerra en el Este europeo en todos los ámbitos. Mientras que en Moscú los jefes militares anunciaban el inicio de una segunda fase de la “operación especial” que Vladimir Putin ordenó el 24 de febrero pasado, los líderes de EE UU, la Otan y el grupo G7 debatieron en Bruselas lo que podría considerarse como un Nuevo Orden Occidental. 

El anuncio de una nueva etapa en la estrategia militar rusa disparó la interpretación de una derrota para las tropas invasoras, lo que no se corrobora in situ. Un informe del Ministerio de Defensa de Rusia indica que 1351 efectivos de ese país perdieron la vida en la ofensiva y otros 5000 resultaron heridos. Datos aportados por la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU, Michelle Bachelet, señaló a su vez que la intervención produjo en Ucrania 1100 muertos y 1700 heridos. La cifra de refugiados se acerca a los 3,75 millones, según Acnur, de los cuales más de la mitad huyeron a Polonia.

El canciller alemán, Olaf Scholz, informó al término de la cumbre de siete de los países más ricos del bloque occidental, que se había acordado “revisar constantemente las sanciones contra Rusia para determinar su efectividad” y, además, “estar listos para nuevas restricciones”.  

La Comisión Europea, en tanto, decidió realizar compras conjuntas de gas para abaratar costos en virtud de los castigos al proveedor ruso y también aceptó una “excepción ibérica” y permitir medidas fuera de los esquemas del bloque a España y Portugal para paliar el incremento de precios en la luz.

En la tercera de las reuniones en Bruselas, la de la Otan, el presidente Joe Biden anunció la continuidad del apoyo al gobierno de Volodimir Zelensky con «cantidades significativas y crecientes de asistencia en materia de seguridad” y el establecimiento de cuatro nuevos batallones de combate en Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria y Hungría para “fortalecer los planes defensivos”  de la Alianza Atlántica.

Biden, por otro lado, advirtió a Moscú que la Otan “responderá como corresponde” al posible uso de armamento químico en Ucrania. Vladimir Putin había denunciado que hallaron un laboratorio de armas químicas en territorio ucraniano, lo que fue confirmado en el Capitolio por la Subsecretaria de Estado Victoria Nuland.  Pero el jefe de la cartera, Antony Blinken, no solo desmintió la información sino que alertó sobre una supuesta operación de bandera falsa de Moscú para acusar a  los ucranianos.

Llamó la atención, en este contexto, una publicación de este viernes del Daily Mail, el segundo diario más leído de Gran Bretaña, en la que reconoce que las palabras de Putin son “al menos parcialmente ciertas”, y agrega que el hijo de Biden, Hunter Biden -que tuvo un cargo en una empresa energética ucraniana luego del golpe de 2014 por el que cobraba 50.000 dólares al mes- ayudó a financiar un programa de investigación con armas biológicas estadounidenses en Ucrania.

“Los mails de una computadora de Hunter muestran que ayudó a asegurar millones de dólares en fondos para Metabiota, un contratista del Departamento de Defensa que se especializa en la investigación de enfermedades que causan pandemias y que podrían usarse como armas biológicas”, dice el periódico, luego replicado en EE UU, Canadá, México y España.

La historia no es nueva: en 2019, Hunter, de 52 años, llevó una Macbook Pro a arreglar en un local en Wilmington, Delaware, y nunca la pasó a retirar. Pasado el tiempo de gracia, el dueño de la tienda, John Paul McIsaac, hizo una copia y la entregó a allegados a Donald Trump, que se hicieron un festín en plena campaña electoral. Ante la ofensiva “canceladora” contra Trump, la información no causó el efecto esperado. Ahora el Daily volvió a la carga con partes explosivas del contenido de 103.000 mensajes de texto, 154.000 correos electrónicos y 2000 fotos.

Desde Moscú, Putin celebró la publicación que confirma “al menos en parte”, como aclara, sus alarmas previas. En una ceremonia de entrega de premios de literatura, Putin lanzó sus dardos contra la ”cancelación” de todo lo ruso que se expandió en Occidente con más intensidad desde el 24F. “Están tratando de abolir a todo un país de 1000 años, a nuestra gente”, dijo. 

Pero también Rusia ejerce su poder de cancelación, al menos económica, y esta semana anunció que en virtud de las sanciones financieras ya no aceptará ni dólares ni euros para el pago de gas y petróleo que sigue vendiendo a Europa. Cada compra debe abonarse en rublos. En esa misma moneda abonarán ellos las acreencias externas.

El castigo económico, aunque podría no ser tan determinante como esperaban en la Casa Blanca, sí tiene efectos nocivos para Rusia. Y según indicó el canciller Sergei Lavrov, los tomó por sorpresa el congelamiento de activos del Banco Central por unos 300.000 millones de dólares. “Nadie que predijera qué sanciones aprobaría Occidente podría haberlo imaginado. Es un robo”, dijo Lavrov. Esa cifra es casi la mitad del total de reservas de oro y divisas de la Federación Rusa, que ahora percibe el error de haber creído en la intangibilidad de los depósitos bancarios en países occidentales.

Tiempo Argentino, 26 de Marzo de 2022

Condenan al fiscal que encarceló a Lula a indemnizarlo por daño moral

Condenan al fiscal que encarceló a Lula a indemnizarlo por daño moral

Deltan Dallagnol fue, junto con el ex juez Sergio Moro, uno de los arietes en la persecución judicial contra Lula da Silva. Evangélico convencido de que la suya era la lucha del bien contra el mal encarnado por el dos veces presidente de Brasil -decía que actuaba como Elliot Ness en Los intocables- no dudó en recurrir a cualquier tipo de armas con tal de impedir su regreso al Palacio del Planalto en la elección de 2018, en tándem con el otro “adalid” que vestía la toga de juez en el estado de Paraná.

Moro mostró su verdadero talante cuando integró el primer gabinete de Jair Bolsonaro como ministro de Justicia y ahora se ofrece como candidato del “centrao” para los comicios de este año. Las causas contra el ex dirigente metalúrgico fueron cayendo porque las pruebas en su contra estaban tan amañadas que no resistían el menor análisis de tribunales un poco más sensatos. Y así Lula quedó liberado para postularse nuevamente este año y encabeza las encuestas para terminar con la ultraderecha en el gobierno brasileño.

Dallagnol también se fue del sistema judicial, en noviembre del año pasado, para integrarse a un partido político de derecha. No solo quedó muy golpeado cuando se fue descubriendo el entramado ficticio para condenar a al fundador del Partido de los Trabajadores (PT), sino que la filtración de comunicaciones en la plataforma Telegram entre él, el juez y el equipo de fiscales a su cargo reveló las maniobras ilícitas para perseguir a representantes del PT y especialmente a Lula.

De hecho, la causa Lava Jato, que parecía destinada a limpiar la corrupción política y empresarial en el gigante sudamericano, se cayó también como un castillo de naipes a medida que esta información vio la luz, fundamentalmente a través de investigaciones del portal The Incercept.

La última mala nueva para Dallagnol se la dio la Sala Cuarta del Superior Tribunal de Justicia de Brasil que este martes, por 4 votos contra 1, condenó al ex procurador de la República a indemnizar en unos 75.000 reales en concepto de daño moral a Luiz Inacio Lula da Silva por el delito de “ataques a la honra”. El hecho se produjo cuando el titular del ministerio fiscal presentó mediante un Power Point lo que pretendió eran las pruebas de corrupción del exmandatario en la supuesta compra de un triple en Guarujá, San Pablo.

Fue en 2016, el momento de mayor gloria para el dúo Dallagnol-Moro. El procurador hizo una presentación a todo esplendor en un hotel de Curitiba frente a ávidos periodistas y embelesado por las cámaras de la Tevé. Lula pasó 580 días en prisión por esta y otras causas armadas con el mismo esquema y que también se fueron diluyendo como el agua entre las manos.

En cuanto a Dallagnol, los abogados del expresidente reclamaron por los términos que había utilizado para denostar al acusado en el Power Point en que describía la estructura de un sistema de coimas mediante círculos identificados con palabras. El relator del caso ante el tribunal, el juez Luis Felipe Salomao, consideró que había recurrido a “expresiones y calificaciones lesivas para la honra y de la imagen”. Había catalogado a Lula como de “un gran general” del esquema de Petrobras desde el que comandaba una “propinocracia” (coimocracia, se diría en estas tierras).

El “supremo” agrega que las palabras que usó “se apartaban de los términos típicos del derecho penal y del derecho procesal penal” y remata: “La precisión, certeza, densidad y coherencia que se exige en la denuncia se impone también en el acto de divulgar la denuncia”.

Otro juez de la corte, Raúl Araújo evaluó que “había demasiado poder (para los que investigaban en el Lava Jato). Actuó más allá de su competencia legal. El error original de todo esto se debió a ese típico juicio excepcional que se dejó funcionar en Curitiba. Se creó un juicio universal” que resulta inadmisible, concluyó.

La pena impuesta a Dallagnol -que todavía no está firme- fue de 75.000 reales más el incremento por inflación, con lo que el castigo llega a 100.000 reales (unos 20 mil dólares).

Tiempo Argentino, 22 de Marzo de 2022

Ucrania y las cuestiones nacionales

Ucrania y las cuestiones nacionales

Los textos escolares definen el surgimiento de los nacionalismos como el período de consolidación de los Estados burgueses tras la Revolución Francesa. Fue cuando se unificaron la nación italiana (1861) y poco después la alemana (1871), aunque bajo monarquías imperiales. Se cuenta que la Primera Guerra Mundial fue la tumba de los últimos Estados multinacionales, como el Imperio Otomano, el Austrohúngaro y el Zarista.

Entreguerras, el fascismo y el nazismo fueron intentos por mantener la cohesión en sociedades dispersas bajo Estados fuertemente represivos que dibujaban dentro de un círculo de tiza los límites de la nacionalidad. Quedaban afuera y por lo tanto era lícito perseguir a comunidades “exóticas”, como judíos, gitanos y hasta homosexuales.

La caída de la Unión Soviética también fue la desarticulación de un Estado que cobijaba a varias naciones, etnias, repúblicas, cuando no religiones. También en 1991, la cruenta disgregación de Yugoslavia –ese experimento de juntar a serbios, croatas y eslovenos bajo una nación de Eslavos del Sur en los Balcanes– preanunció lo difícil que sería mantener la unidad de los Estados nacionales en el nuevo orden mundial. Los británicos lo padecen con los ímpetus separatistas de los escoceses. 

En los últimos años, desde Europa y Estados Unidos vienen creciendo grupos ultraderechistas que comparten aquellos fundamentos, aunque ahora los enemigos de la “pureza” son africanos, árabes, hispanos, ajenos que con el tiempo fueron “contaminando” a los propios por la “laxitud” de los gobiernos.

Partidos ultranacionalistas proliferan en Francia, España, Italia, Alemania. En EE UU nunca dejó de tener vigencia el Ku Klux Klan. En el caso español, junto con la emergencia de grupos franquistas como Vox, se extendía el independentismo catalán. El Estado español respondió con violencia para abortar el referéndum del 1 de octubre de 2017.

Los catalanes aspiran a ampliar su soberanía desde siempre. Entre los más aguerridos defensores de la Segunda República, fueron tratados con particular saña por la dictadura tras la guerra civil. De una forma más sutil, en 2010 el Tribunal Constitucional anuló sin más el Estatuto de Autonomía votado por la ciudadanía. La enseñanza en idioma catalán es una de sus reivindicaciones históricas.

La guerra en Ucrania tiene bastantes de estos componentes. Para Vladimir Putin, esa región, conocida por siglos como Rutenia, es un invento de Lenin, que en 1922 le dio entidad en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Es curioso que tres líderes de la URSS que tuvieron fuerte influencia en el destino de Ucrania no hayan sido rusos. Stalin era nacido en Georgia; Nikita Jruschev –que incorporó Crimea a la República de Ucrania en 1954– era ucraniano de una aldea fronteriza que hoy día forma parte de Rusia; Leonid Brezhnev, que gobernó la URSS entre 1966 y 1982, era nativo de Kamenskoïe, en Dnipropietrvosk.

Con el golpe de febrero de 2014, descollaron grupos neonazis en la nueva dirigencia de Kiev, sobre todo en las fuerzas armadas. Y arreciaron denuncias sobre matanzas y persecuciones en la región del Donbass, cuya población se define como de etnia rusa. Declararon su independencia las repúblicas de Dontesk y Lugansk en mayo en ese año. No tenían cabida en la nueva administración y avizoraban su eliminación física. Aparte de los hechos de violencia cotidiana, tenían el antecedente de las “limpiezas étnicas” en los Balcanes. En marzo, Crimea había votado su independencia y fue reincorporada a Rusia.

En julio del año pasado la Rada, el parlamento ucraniano, aprobó una ley que delimita cuáles son los pueblos originarios que configuran la nación ucraniana y cuáles son sus derechos. Puede consultarse acá: <https://zakon.rada.gov.ua/laws/show/1616-20#Text>. El traductor de Google ayuda a entender de qué se trata.

El artículo 1 define a “los pueblos originarios de Ucrania” como una comunidad étnica “autoconsciente” que es “portadora de la lengua y cultura originales”. Determina luego que esos pueblos son “tártaros, judíos caraítas y tártaros de Crimea”. Deja afuera a eslavos y rusoparlantes, a los que impide el uso de su idioma.

Dicen los españoles más sensatos que si en 2017 no estalló una nueva guerra civil fue porque la Unión Europea no aceptó el desmembramiento de España. También, podría pensarse, porque ninguna potencia exterior apoyó con armas y recursos a los rebeldes (Cataluña en este caso), como en 1936 el nazismo había hecho con Francisco Franco. O como la Otan hizo en Yugoslavia, Libia, Siria y ahora está haciendo en Ucrania.

Un arreglo civilizado en España sería copiar la Constitución boliviana de 2009, que definió al país como un Estado Plurinacional y reconoció la existencia de 36 naciones diversas. Algo así quedará plasmado en la nueva Constitución chilena.

Los Acuerdos de Minsk de 2014 y 2015, firmados por Ucrania, Alemania, Francia y Rusia, establecían una solución similar para el conflicto en esa región. Pero Kiev nunca los respetó. Dice que fue obligado a firmar bajo presión, y como solo se quejó Rusia…

Tiempo Argentino, 19 de Marzo de 2022