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Señales peligrosas en la desaparición Santiago Maldonado

Señales peligrosas en la desaparición Santiago Maldonado

La foto es de Horacio Paone

La desaparición de Santiago Maldonado representa uno de los hechos más graves desde la recuperación de la democracia. Porque recuerda a lo peor de la dictadura cívico-militar de los 70, y también por la respuesta del gobierno, los medios hegemónicos de comunicación y hasta ciertos sectores sociales.

Maldonado participaba de una movilización en el Lof de Cushamen, en Chubut, una comunidad que reclama tierras que les fueron despojadas históricamente y donde hubo un operativo de Gendarmería Nacional. Durante este año la región que media de Esquel a El Bolsón estuvo en el tapete por el rechazo local a proyectos inmobiliarios, uno de ellos ligados a un empresario británico amigo del presidente de la Nación.

Al frente de los gendarmes estaba el viceministro de Seguridad, Pablo Noceti, que fue abogado de acusados en juicios por delitos de lesa humanidad. Hay testigos que sindican a los uniformados por la detención del artesano de 28 años, pero las autoridades y algunos medios de información se apresuraron a culpar a integrantes de la comunidad mapuche poco menos que de formar parte de una organización guerrillera entrenada por las FARC –que estos días entregaba las armas para integrarse a la política en Colombia– en busca de construir un Estado separado de Argentina y Chile.

Sería una desmesura acusar al gobierno de haber planificado una desaparición forzosa, pero hay testimonios de que, desde un estamento estatal, hubo un hecho que la ONU caratula como tal. La negativa de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a ponerse a la cabeza de una investigación minuciosa no es una señal tranquilizadora. Más aún cuando se repiten situaciones de represión y violencia de fuerzas de seguridad en todo el país.

La responsabilidad de un dirigente político es sostener y promover políticas de Estado a largo plazo. Esas políticas deben estar por sobre las personas y si hay errores es saludable asumirlos en bien de la comunidad. Acusar a la oposición o culpabilizar a las víctimas es una señal peligrosa. Sobre todo en temas como el del respeto a la condición humana en una sociedad que apostó por celebrar una suerte de renacimiento el Día de los Derechos Humanos.

La incipiente democracia argentina, no por casualidad, comenzó un 10 de diciembre, y desde entonces los presidentes renuevan período en esa fecha que conmemora el día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Simbólicamente, se recuerda el voto de esperanza por crear un mundo mejor luego del Holocausto. En Argentina la cruenta dictadura tuvo aceptar la entrega del poder en esa fecha y lo hizo a un gobierno como el de Raúl Alfonsín, que había basado su programa electoral en el juzgamiento de los responsables de la desaparición forzada de miles de ciudadanos. Cierto que en estos años no todo fue un jardín de rosas. Están en la memoria los levantamientos militares, como el de Semana Santa. Esa vez el pleno de la dirigencia política, los medios de comunicación y la sociedad demostraron que no había vuelta atrás posible.

Con Carlos Menem vinieron las amnistías pero también se desarticularía totalmente la influencia de las Fuerzas Armadas en la política nacional. La llegada de Néstor y Cristina Kirchner significó un profundo avance en el juzgamiento de los responsables de los crímenes más horrendos. Al mismo tiempo, debieron sentarse en el banquillo de los acusados miembros del Poder Judicial y cómplices civiles de la dictadura.

La sociedad y la dirigencia acompañaron esta construcción democrática para que el Nunca Más no fuera solo una consigna vacía. Es cierto que desapareció Julio López, testigo en la causa contra el excomisario Miguel Etchecolatz, pero no se pudo atribuir el hecho a fuerzas estatales. Lo de Santiago Maldonado preocupa porque la respuesta del gobierno se parece a esconder la suciedad debajo de la alfombra.

Revista Acción
Agosto 27 de 2017

Una empresa china quiere entrar a Fiat-Chrysler con el Jeep

Una empresa china quiere entrar a Fiat-Chrysler con el Jeep

La marca Jeep, un mítico todo terreno fabricado para cumplir propósitos militares en la Segunda Guerra mundial, podría ser la avanzada de una empresa china para quedarse con el séptimo fabricante de de automóviles del mundo Fiat-Chrysler Auto (FCA). Si es que el presidente Donald Trump no se interpone en esta operación que involucra a una empresa con sede en el estado de Michigan y al nuevo enemigo comercial de su gestión.

La primera información sobre la posibilidad de una oferta por el grupo industrial nacido de la fusión de la tradicional fabricante de autos italiana y la más chica de las estadounidenses fue en un artículo de la revista Automiortive news.

La confirmación vino desde entonces en cuentagotas pero los especialistas en el sector automotriz ya no dudan que hay una oferta seria y concreta de la china Great Wall Motors (Gran Muralla Motores, GWM por su siglas en inglés) por FCA para quedarse sino con el total del grupo al menos con el Jeep. Una marca que, según cuentan los historiadores, tiene su origen en un proyecto de la ejército EE.UU. en los años 40 para combatir contra las tropas nazis y la maquinaria bélica germana. Dicen incluso que el nombre habría surgido de un latiguillo de los cortos de Popeye, Eugene the Jeep, un personaje con poderes sobrenaturales que luchaba por la justicia al grito de «jeep jeep».

Este auto multipropósito se esperaba que también tuviera esos poderes y al menos para la industria vaya si los tuvo. De Willys Overland, su primer fabricante, pasó a American Motors y luego a Chrysler. Y hoy día se vendes unos dos millones de Jeeps en todo el mundo. A todos les salvó la vida y parece que lo seguirá haciendo.

Es que la propuesta de GWM aparece como el tercer gran salvataje para dos firmas internacionales que vienen padeciendo consecuencias de crisis internacionales y de sus propias malas administraciones.

Chrysler tuvo un primer gran rescate durante el gobierno de Jimmy Carter, en 1979, cuando pidió un crédito blando de 1500 millones de dólares para no entrar en bancarrota. En ese momento apareció como salvador un personaje que tuvo su cuarto de hora de fama, Lee Iaccoca, que había llegado a presidente de Ford Motor Company tras su pegada con el Ford Mustang pero había tenido el mal tino de pelearse muy fuerte con el titular de la empresa, Henry Ford II.

Llamado de urgencia para salvar a Chrysler, Iaccoca desarrolló Dodge Caravan y el Plymouth Voyager, de los que se ufanaba que fueron claves para sacar a flote a la empresa creada en 1925 por Walter Percy Chrysler. Hay críticos que le bajan el precio a la intervención de Iaccoca y dicen que simplemente fue un buen lobista para conseguir que los gobiernos de Reagan le quitaran impuestos y pusiera trabas a los modelos japoneses.

Como sea, la cuestión es que cuando Icaccoca se retiró, la empresa volvió a dar perdidas y en 1998 hizo una alianza con la alemana Daimler-Benz, fabricante de Mercedes -Benz. El nuevo conglomerado, el tercero más grande del mundo en ese entonces, no tuvo una vida muy larga y para 2007 desde Alemania se informó de la venta del 80% al grupo inversos estadounidense Cerberus.

Negocios militares

La nueva propietaria de la mayoría accionaria de Chrysler fue definida en el mundo empresario como un fondo buitre, actualmente está dirigida por John W. Snow -ex secretario del Tesoro de George Bush hijo- y expandió sus negocios hasta convertirse en uno de los mayores proveedores del complejo militar estadounidense.

En su caso, desde la firma DynCorp, con al menos 25000 «empleados» declarados, es contratista de mercenarios que brindan «servicios» en Irak, Afganistán, Colombia y todo sitio donde se el Pentágono quiera intervenir sin dejar manchas directas de sus tropas. Tiene en su directorio al ex vicepresidente de Bush Jr, Dan Quayle, y en España cuenta para sus inversiones -no bien vistos porque fueron parte del desguace de bancos y la compra a precio vil de hipotecas durante la crisis de 2008- a José María Aznar Botella, hijo del ex presidente de gobierno español y la ex alcaldesa de Madrid, ambos por el Partido Popular (PP)

Cerberus parece que no logró una buena tasa de retorno en Chrysler y en 2009 la empresa pidió ayuda nuevamente el gobierno de EE.UU., esta vez en manos de Barack Obama. Elmamdatario ya había salvado a la General Motors ante una crisis de mayores consecuencias para le país por lo que el fabricante de Chevrolet significa por aquello de que «lo que es bueno para GM es bueno para Estados Unidos». Es así que Chrysler se acogió al capitulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos. Fue en ese escenario que Fiat comenzó a comprar acciones de la empresa luego de haber fracasado su propia asociación poco feliz con GM del año 2000, que duro apenas hasta 2005.

La empresa de los Agnelli, sin el apoyo que desde siempre le daba el gobierno italiano por ser también un emblema de la industria italiana, tiene fabricas en Argentina desde los 60 y en un tramo de su participación en estas tierras había formado el grupo Sevel, junto con la francesa Peugeot.

Eran tiempos de la dictadura y la firma estuvo en manos de la familia Macri. De esos tiempos es el proceso por evasión impositiva contra el actual presidente argentino, Mauricio Macri. Como se recuerda, la causa fue cerrada por la corte menemista e incluso la deuda con el estado condonada por el entonces ministro Domingo Cavallo, mediante un decreto de 1955 que por esa razón recibió el nombre de Sevel.

En cuanto a la Fiat italiana, en 2009 se anuncia la compra de acciones y el intento de fusión con Chrysler y poco a poco fue aumentando su participación hasta que en 2013 se registra la creación de Fiat Chrysler Automobiles (así, con B). Al mismo tiempo, en un acto de birlibirloque, Milán deja de ser el centro neurálgico de sus negocios y se informa que la sede legal será en Holanda y las oficinas de operaciones estarán en Londres.

La presidencia del grupo fue para el factótum de esa fusión, Sergio Marchione, y en esa ocasión de anunció que habían logrado acuerdo también con los otros accionistas de la estadounidense, como fondos de pensión y el gobierno de Canadá.

Este nuevo «salvataje» con los chinos estaría sujeto a aprobación de las autoridades de EE.UU. y de China. Se sabe que en país asiático la propuesta enmarcaría en el plan gubernamental de extender inversiones en el resto de mundo. «Gran Muralla», creada en 1984, es el mayor fabricante de 4×4 y de pick ups de China y su presidenta, Wang Fengying, es la séptima mujer más poderosa de Asia, según al revista Fortune. También, que GWM está valuada en 16 mil millones de dólares, algo menos que los 20 mil de FCA. También que la marca Jeep es el bien más valioso del fabricante occidental y que quizás la asocitividad podría comenzar por allí.

Trump, por su parte, es una incógnita. Por un lado esta operación salvaría la producción de un rubro fundamental para sus aspiraciones de responder a sus promesas de campaña. Pero al mismo tiempo el polémico presidente se encuentra enfrascado en una guerra comercial con China que podría llevarlo a bloquear cualquier intento de enajenación de una firma que al fin y al cabo podría llevarse sus marcas para fabricarlas en el exterior exclusivamente.

Tiempo Argentino
Agosto 20 de 2017

Chicago: mexicanos enfrentan la angustia por las deportaciones

Chicago: mexicanos enfrentan la angustia por las deportaciones

«Este gobierno ha sido más agresivo, ha ido detrás de personas con muchos años de residencia, ha hecho redadas en comunidades que se consideran seguras, lo que genera una sensación de inseguridad para toda la comunidad», detalla Ana Padilla, directora de Operaciones de Pilsen Neighbors Community Council (PNCC), una ONG que se ocupa de dar asistencia a mexicanos de Chicago en ese vecindario con nombre de cerveza que alguna vez fundaron inmigrantes checos y desde hace más de medio siglo es el barrio de los venidos del sur del río Bravo.

Padilla, coordinadora de la Fiesta del Sol, que cada año reúne durante un fin de semana largo a los connacionales para juntar fondos con qué financiar las actividades de la organización, no olvida que Barack Obama, que hizo toda su carrera en esa ciudad y fue senador por Illinois antes de llegar a la presidencia, «fue uno de los que más personas deportó, y eso que era aliado. Si ese era aliado, cómo serán los enemigos, ¿no?», ironiza desde la esquina de Cermak y Loomis, un tramo donde se desarrolla el evento.

Donald Trump basó su campaña a la presidencia en el combate a la inmigración y la promesa de construir un muro entre México y Estados Unidos, lo que repercutió de lleno en los residentes originarios del otro lado de la frontera. De acuerdo con una encuesta de Gallup, aumentó un 2,5% la angustia cotidiana entre los hispanos, que hoy día son unos 56,6 millones (los registrados), casi el 18% del total de habitantes de EE UU.

En el caso específico de Chicago, la situación tiene sus matices. El alcalde, Rahm Emanuel, es amigo personal de Obama y, como describe Padilla, la ciudad es amigable con los inmigrantes, o «santuario», como se la denomina en la jerga burocrática. Esto es, que la policía local no lleva adelante persecuciones a inmigrantes ilegales. La embestida de Trump es tal que consiguió aprobar una normativa que priva de fondos federales a las ciudades que protejan a sus residentes de las autoridades nacionales de inmigración. Tanto Emanuel como los jefes de gobierno de California y de San Francisco presentaron demandas judiciales, pero chocan con el procurador de Justicia, Jeff Sessions, que celebró el enfoque presidencial contra la inmigración.

«Si te arrestan por un cargo serio –señala Padilla– entonces sí se involucra Migraciones, por eso la gente no está segura». El detalle es que en estos casos al acusado le tiran las carpetas con su pasado para sumarle otros cargos «por causas menores de cuando eran adolescentes». O los tienen en la mira y si salen del país a visitar a parientes, le impiden el regreso en la frontera.

Lo curioso, puntualiza Padilla –nativa de Jalisco y graduada en Arte con especialización en Latinoamérica en el Harold Washington College– es que muchos hispanos votaron a Trump, aun sabiendo lo que amenazaba hacer con los inmigrantes. «Ellos se enfocaron en el tema del aborto y dejaron afuera lo demás. Es una de las maneras de entrar que tuvo en la comunidad, porque son personas de religión, creyentes, para quienes ese tema es importante».

Desde PNCC dan asistencia legal, pero también apuntan al desarrollo comunitario, de empleo y temas de salud. Cuenta Ana Padilla que la organización nació en 1954 y lleva adelante la Feria del Sol desde hace 45 años como un modo de juntar fondos para sostenerse. Allí se despliegan puestos de venta de comidas típicas de México, artesanías y un escenario donde residentes y visitantes se aventuran con el cancionero popular, cosa de no perder las raíces.

El trabajo del PNCC comenzó por reclamos puntuales, como tener un colegio secundario en el barrio, para evitar los riesgos de que los chicos tuvieran que viajar ante el acoso, por entonces, de las pandillas. Así se construyó la Escuela Benito Juárez. También pedían que el municipio recogiera la basura, como en el resto de la ciudad, para lo cual todavía se recuerda una iniciativa popular de juntar residuos y llevarlos hasta el centro de Chicago en protesta. «Luego los juntaban hasta dos veces por semana», sonríe Padilla.

En cuanto a lo educativo, la joven destaca que el objetivo es consolidar liderazgos en base a las ideas de un estadounidense, Saul Alinski, quien postuló el término «organizador comunitario» para definir a ese personaje clave en detectar los problemas de un sector social y encontrar la forma de lograr resolverlos con modelos de lucha pacíficos e innovadores. Alinski, que murió en 1972, escribió Reglas para Radicales (que es la palabra para definir a quienes plantean reformas profundas en la sociedad) y Reveilleforradicals (Despertar para Radicales). «Cuando se une la comunidad logra cosas increíbles y eso es lo que queremos», añade Padilla. «

El indulto de Trump al racista Arpaio

El presidente de EE UU, Donald Trump, considera ejercer su derecho de gracia en favor de Joe Arpaio, el exsheriff recientemente condenado por violar la prohibición impuesta por un juez de patrullar sistemáticamente en busca de inmigrantes ilegales. «Considero seriamente perdonar al sheriff (Joe) Arpaio», declaró Trump, en una entrevista difundida en el sitio de Internet de Fox News.

Según el mandatario, Arpaio es un «gran patriota estadounidense» que «se implicó mucho en la lucha contra la inmigración ilegal», agregó, y «no merece ser tratado de la forma en que lo ha sido». Arpaio, de 85 años y ferviente partidario de Trump, llevó durante casi un cuarto de siglo una persecución reivindicada e implacable en el condado de Maricopa, estado de Arizona, contra los inmigrantes latinos. Entre otras vejaciones, imponía a los detenidos bajo su custodia dormir en tiendas bajo un calor sofocante, vestidos con ropa interior de color rosa.

«No nos equivoquemos: se trataría de la promoción presidencial oficial del racismo», comentó Cecillia Wang, portavoz de ACLU, organización estadounidense de defensa de los derechos civiles.

Tiempo Argentino
Agosto 19 de 2017

Cataluña-Madrid, la interna que develó el atentado en Barcelona

El jefe de Gobierno español, Mariano Rajoy y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se dieron la mano con frialdad y luego encabezaron junto al rey Felipe de Borbón y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la marcha de repudio a los atentados del jueves en La Rambla. Al menos para la foto, el enfrentamiento entre Madrid y Cataluña quedaba de lado ante el horror por el ataque de un grupo yihadista en el tradicional paseo, repleto de turistas, que dejó un saldo de al menos 13 muertos y casi un centenar de heridos. Pero como bien dicen en la península, la procesión iba por dentro.

Si bien en la superficie hubo colaboración entre las fuerzas nacionales y los Mossos d’Esquadra, la policía autonómica catalana, que trabajó en el caso ni bien se supo que una camioneta había atropellado a la multitud de transeúntes, con el correr de las horas fueron saliendo a la luz las desavenencias previsibles en una situación como esta.

Así, mientras el ministro del Interior de España, Juan Ignacio Zoido, se apuró a declarar que la célula implicada en el caso había quedado totalmente desarticulada luego de la balacera que costó la vida de cinco presuntos terroristas en la localidad de Cambrils, el portavoz de los uniformados catalanes, Albert Oliva, replicó de modo cáustico que la investigación continúa y que serán los Mossos quienes darán la última palabra. «De la misma manera que cuando se produjo el atentado fueron los Mossos d’Esquadra el cuerpo que dio la primera información y somos los que estamos dando la información, seremos nosotros los que concluiremos el resultado final de la investigación cuando consideremos que la célula esté totalmente desarticulada», fue la frase que usó.

El Periódico de Cataluña, a su turno, destacó el malestar de autoridades catalanas por la supuesta falta de colaboración en temas relacionados con el terrorismo, ya que se supo de un informe de la CIA advirtiendo hace al menos dos meses a Madrid del riesgo de un ataque precisamente en La Rambla.

Los medios españoles, sin embargo, destacan en general que para lo que es el cruce entre Cataluña y Madrid a semanas del referéndum independentista convocado para el 1 de octubre, el operativo frente al golpe en La Rambla no permitió avizorar fisuras graves entre el Estado Español y el poder autonómico. Recuerdan, de todos modos, que la primera declaración de Rajoy al conocerse el hecho, luego de los pésames de rigor, fue para decir que «al terrorismo se lo vence con unidad institucional». Lo que adelanta que esa será la clave para lo que resta hasta la consulta, declarada ilegal por el gobierno central.

Mientras tanto, las autoridades revisaban minuciosamente las viviendas de los implicados en el ataque, Moussa Oukabir, de 17 años, Mohamed Hychami, de 24 y Younes Abouyaaqoub, de 22, todos de Ripoll; y el de Said Aallaa, de 18 años, de Ribes de Freser, ambas localidades en la provincia de Girona.

Pero parecían enfocarse especialmente en la residencia de Abdelbaki Es Sattii, un imán de 43 años que llegó hace un par de años a la mezquita de Ripoll con el objetivo de resolver una interna clerical y que los investigadores piensan que fue un personaje clave para la radicalización del grupo de jóvenes, que según todo indica, venían planeando un ataque mucho más grande pero les falló el explosivo que pensaban utilizar y destruyeron una casa en Alcanar, Tarragona.

Lo que no sabían aún es si viajó apresuradamente a Marruecos el martes, como trascendió en un primer momento de un vecino de departamento, o fue uno de los abatidos en Cambrils que aún no habría sido identificado. Entre sus antecedentes, la policía destaca su cercanía con uno de los acusados por los atentados del 11 de marzo de 2004 en estaciones ferroviarias de Madrid.

Tiempo Argentino
Agosto 20 de 2017