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La vuelta al keynesianismo militar

La vuelta al keynesianismo militar

John Kenneth Galbraith fue un economista estadounidense nacido en Canadá que ocupó el cargo de subdirector de la Oficina de Administración de Precios durante la presidencia de Franklin D. Roosevelt en 1940 y luego fue asesor de John Kennedy y embajador en la India en 1961. Es decir, siempre estuvo ligado a sectores considerados “progresistas” dentro del Partido Demócrata y sería algo así como un keynesiano “portador sano”. Escribió infinidad de libros –con un estilo sencillo, esclarecedor y hasta divertido– durante su dilatada vida. Murió a los 97 años en 2006, en plena lucidez, o sea que tuvo mucha tela para cortar en esos años.

En uno de sus trabajos, La sociedad de la opulencia, de 1958, señala que desde el fin de la II Guerra Mundial surgió una puja ideológica en EE UU entre los conservadores y los liberales acerca del gasto público como impulsor de la economía del país. La forma de resolver la cuestión, desliza, fue que los conservadores abrazaron la doctrina keynesiana y abdicaron del monetarismo porque finalmente el Estado gastaba el dinero en armas “para proteger a los ricos de la amenaza comunista”. Así, todos votaban para solventar las aventuras en Corea y Vietnam sin reparar en gastos.

En 1992 retoma el asunto en La cultura de la satisfacción, donde agrega que desde entonces “ningún político, fuese cual fuese su identificación partidista, podía permitir que se dijera que era «blando con el comunismo». Dada la necesidad de evitar semejante calumnia y consciente de que el poder militar era decisivo para una resistencia eficaz, no podía votar sin riesgo contra las asignaciones destinadas al aparato militar o a su arsenal armamentista”.

De estos años es el enorme presupuesto de la administración de Ronald Reagan en la llamada “Guerra de las Galaxias”, un proyecto, destaca Galbraith, que se llevó adelante “a pesar de la opinión prácticamente universal de científicos e ingenieros competentes de que no había ninguna base racional que permitiese suponer que funcionaría”. Y agrega, lapidario: “Los gastos de defensa, como las operaciones de socorro a bancos y cajas de ahorro, a diferencia de los gastos en educación o en ayuda social en barriadas urbanas, beneficiaba a individuos –ejecutivos, científicos, ingenieros, miembros de grupos de presión, trabajadores de la industria armamentística– sólidamente instalados en el amplio electorado de la Satisfacción”. Como «Cultura de la Satisfacción» define a una Mayoría Electoral Satisfecha que es la que decide las elecciones en cualquier país del mundo, y especialmente en Estados Unidos.

Si cuando escribió Galbraith el gasto militar había aumentado de 142 mil millones de dólares a 299 mil millones entre 1980 y 1990, ni bien asumió el cargo Joe Biden, en enero del año pasado, llevó ese presupuesto a 760 mil millones de dólares. Entre los objetivos de lo que llamo el plan BBB (Build Back Better, Reconstruir Mejor) que presentó en su campaña electoral, figuran proyectos para obras públicas, salud, conectividad.

El rubro infraestructura, por 1,2 billones de dólares, logró pasar el filtro del Congreso. Pero de la iniciativa original de destinar 3,5 billones de dólares a programas sociales, se pasó primero a 2,2 billones por la reticencia de los republicanos en la Cámara de Representantes y terminó aprobado en 1,75 billones en noviembre pasado. El rechazo de dos senadores demócratas, Joe Manchin y Kystern Sinema, durmió el BBB en la Cámara Alta hasta ahora.

“La Casa Blanca está desesperada por obtener victorias en el Congreso, ya que la aprobación del presidente cae en las encuestas y se prevé que el partido pierda el control de al menos una cámara del Congreso en las elecciones de mitad de período de noviembre. Los expertos advierten que los legisladores tienen solo semanas para aprobar cualquier legislación antes de que los miembros del Congreso abandonen Washington para comenzar la campaña”, refleja un artículo del Financial Times firmado por Kiran Stacey este jueves.

Si Galbraith no estaba muy equivocado –y no hay razones para creer otra cosa– la “ayuda” a Ucrania por 33 mil millones saldrá rápidamente. 

Tiempo Argentino, 29 de Abril de 2022

Estados Unidos apuesta a inundar Ucrania de armas para derrotar a Rusia

Estados Unidos apuesta a inundar Ucrania de armas para derrotar a Rusia

La visita del domingo pasado a Kiev de Antony Blinken, secretario de Estado, y Lloyd Austin, de Defensa, resultó muy ilustrativa de la estrategia estadounidense desplegada en el este europeo, que era obvia por documentos que circulan desde hace años pero que hasta ahora no había sido evidenciada de manera tan clara por el gobierno. Blinken prometió más ayuda económica a Ucrania para sostener la guerra contra Rusia y este jueves el presidente Joe Biden anunció un plan de 33 mil millones de dólares en “ayuda”. Austin, general de cuatro estrellas y a la sazón jefe del Pentágono, fue aun más explícito: «Queremos ver a Rusia debilitada al punto de que no pueda hacer el tipo de cosas que ha hecho al invadir Ucrania. Ya perdió mucha capacidad militar, y muchas tropas, para ser franco, y quisiéramos que no pueda reconstituir rápidamente esa capacidad».

Desde la Casa Blanca, Biden dijo que “ceder” ante Rusia no es una opción para los países occidentales. «El costo de esta pelea no es barato. Pero ceder ante la agresión va a ser más costoso si permitimos que suceda», avanzó el mandatario. Luego pidió urgencia a los legisladores para sostener la iniciativa que, entre otras cuestiones, contempla 20 mil millones de dólares en asistencia militar que, en una respuesta típica del far west, debería servir para que “armas y municiones vayan al pueblo ucraniano”. En un momento de baja de popularidad (ver aparte) parece una medida destinada a recuperar iniciativa puertas adentro.

El resto de los fondos pedidos por Biden al Congreso sería destinado a que el gobierno de Volodimir Zelenski pueda “responder a la crisis inmediata” generada por la guerra, otros 3000 millones para enfrentar el alza de alimentos y una cantidad no totalmente determinada para apoyar a “medios independientes” de comunicación.

La ofensiva estadounidense no se guarda ningún as debajo de la manga, al punto de que Biden visitará este martes la fábrica de la Lockheed Martin en Alabama, donde se producen los misiles Jevelin. Por otro lado, es bueno recordar que el general Austin, entre 2016 y 2021 –ya retirado del servicio– integró la junta directiva de Raytheon Tecnologies, el otro gran fabricante de armamento estadounidense. También tuvo un carguito en la minera Nucor y en Tenet Healthcare, de servicios de salud, pero esa es harina de otro costal.

Austin se dio tiempo en Kiev para alentar a las tropas ucranianas como un comandante detrás de escena: «La primera cosa para ganar es creer que se puede ganar. Y ellos están convencidos de que pueden ganar”, dijo. «Y pueden ganar si tienen buenos equipamientos, el apoyo adecuado», agregó.

Más armas para la guerra

Pero no solo EE UU apuesta a incrementar sus aportes militares a Ucrania. Alemania, violando autorrestricciones desde el fin de la II Guerra Mundial para el caso de regiones en conflicto, anunció el envío de tanques Guepard. Francia no se queda atrás, y se sumó con cañones Caesar, mientras que el Reino Unido presenta en esa trágica exposición armamentística sus misiles Starstreak.

Para no quedar atrás, Rusia reconoció este viernes que había sido responsable del ataque en Kiev durante la visita del secretario general de la ONU, Antonio Guterres. El ataque provocó la muerte de la periodista Vira Hyrych, productora en la emisora Radio Free Europe/Radio Liberty, financiada por EE UU. El Ministerio de Defensa ruso dijo que se trató de un artefacto de alta precisión y largo alcance contra los talleres del fabricante de misiles Artyom.

Guterres, que había estado antes en el Kremlin con Vladimir Putin, viajó a Kiev con el objetivo de acercar posiciones para un eventual acuerdo de paz auspiciado por Naciones Unidas. El portugués condenó el ataque, mientras que su vocero, Saviano Abreu, señaló que «es una zona de guerra, pero causa conmoción que esto haya ocurrido cerca del lugar en que nos encontrábamos».

En el campo de batalla, las tropas rusas se siguen extendiendo en el este del país y ya desde la Otan advertían que iban a seguir hacia el oeste para establecer un corredor con Trasnitria, el sector prorruso de Moldavia. Desde Moscú, sin embargo, la vocera de la cancillería María Zajarova protestó por los “intentos de implicar” a esa región reconocida por el gobierno de Putin como república independiente. «Estamos preocupados por el aumento de las tensiones en Transnistria», dijo Zajarova en relación con un par de explosiones registradas en la semana y catalogadas como actos terroristas. Putin fue más lejos y advirtió que tomará represalias contra los países que intenten extender el conflicto.

Combustibles en disputa

El otro campo de batalla es la provisión de combustible a los países europeos. Causó rechazo la decisión de la empresa Gazprom de cortar el suministro a las distribuidoras de Polonia y Bulgaria hasta que no paguen los servicios ya prestados en rublos, de acuerdo al decreto del Kremlin del 1 de abril pasado. Para los líderes europeos, se trata de una extorsión. “Europa tiene la capacidad de sustituir el gas que le provee Rusia”, alentó sin embargo Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea. Desde Washington consideraron que es una forma de eludir las sanciones impuestas contra Rusia desde la invasión del 24 de febrero. «No permitiremos que use su petróleo y gas para evitar las consecuencias de su agresión», dijo Biden.

Pero para las autoridades rusas se trata no solo de otra forma de combate sino de una necesidad imperiosa, ya que otro modo de cobrar por sus exportaciones implicaría correr el riesgo de nuevos bloqueos a sus fondos, como ya ocurrió con unos 300 mil millones de dólares del Banco Central incautados en el Oeste y otros 30 mil millones en activos.

De todas maneras, la medida parece haber sido efectiva ya que, sin levantar polvareda, ya otros países usaron rublos para pagar por el gas. Y el Banco Central ruso volvió a recortar la tasa de interés del 17% al 14%. En febrero había sido elevada al 20% ante las primeras sanciones contra activos y bancos rusos.

El gobierno de Zelenski, en tanto, ya dijo que espera poder hacerse de todos los activos a su alcance para financiar la reconstrucción del país, según adelantó el primer ministro Denys Shmyhal en su cuenta de Telegram.

El miércoles, mientras tanto, fueron intercambiados un piloto ruso y un exinfante de marina estadounidense en Turquía a instancias del mandatario turco Recep Tayyip Erdogan, que sigue teniendo línea directa con Putin y aspira a ser un actor importante para acercar posiciones entre Moscú y Kiev. «

China pide explicaciones por armas biológicas

Tan Kefei, portavoz del Ministerio de Defensa Nacional de China, acusó a Estados Unidos de ser el verdadero creador de las crisis biológicas y reclamó que Washington aclare sus actividades biomilitares. El vocero, según un cable de la agencia oficial de noticias Xinhua, dijo que las actividades biomilitares emprendidas por Estados Unidos en violación de la Convención sobre Armas Biológicas (CAB) «se han convertido en una fuente de preocupación para los miembros de la comunidad internacional, incluyendo a China».

«La parte china considera que esta es una importante cuestión de seguridad que la parte estadounidense debe aclarar», indicó Tan, quien se refirió a la evidencia de que el ejército estadounidense utilizó armas biológicas en la década del ’50 en la guerra de Corea, incluyendo la zona que limita con China, «un hecho que historiadores estadounidenses han reconocido en público».

El portavoz también recordó el agente naranja durante la guerra de Vietnam, que causó un daño irreparable al pueblo y medio ambiente de Vietnam.

«Estados Unidos es el único país del mundo que ha utilizado armas de destrucción masiva, incluyendo armas nucleares, químicas y biológicas, contra otros países», señaló Tan. «Existe un creciente número de preguntas realistas que no es posible evadir», agregó Tan, para destacar luego que Estados Unidos reconoció que tiene 336 laboratorios biológicos en 30 países, entre ellos, centros de investigación biológica en Ucrania con el apoyo de Estados Unidos, que teme que caigan en manos rusas.

Tiempo Argentino, 29 de Abril de 2022

Las tropas rusas cierran el cerco sobre el sur de Ucrania y atacaron arsenales en Odesa

Las tropas rusas cierran el cerco sobre el sur de Ucrania y atacaron arsenales en Odesa

El general Rustam Minnekayev, subcomandante del Distrito Militar Central de Rusia, pateó el hormiguero señalando que la segunda fase de las operaciones en Ucrania, iniciadas hay hoy justo dos meses, implicaban establecer “un control total sobre el Donbass y el sur” de ese país para garantizar un corredor terrestre de la península de Crimea hasta Trasnistria, la región prorrusa de Moldavia. Eso permitiría también mantener un cerrojo sobre todos los accesos por mar a Ucrania, con las consecuencias económicas imaginables para las exportaciones industriales y agropecuarias de ese país. Mientras tanto, la situación en Mariupol se centraba en el bloqueo de todas las salidas de la extensa planta siderúrgica de Azovstal, donde se habían refugiado tropas nacionalistas y algunos civiles. Para Moscú, entre ellos hay un batallón de mercenarios de varias nacionalidades y efectivos del batallón nazi Azov.

Parece lejana la posibilidad de una mesa de negociaciones para poner fin al conflicto. Ni siquiera se espera un alto el fuego para la celebración de la pascua ortodoxa, este domingo. Sin embargo, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky propuso una reunión con su par ruso, Vladimir Putin, con un mensaje que pudo ser tomado como desafiante. «Creo que quien empezó la guerra podrá ponerle fin», dijo ante un grupo de periodistas a los que convocó en una estación de subte en Kiev. Pero agregó que abandonaría cualquier negociación si las tropas rusas matan a los ucranianos atrincherados en la acería.

Zelensky recibirá en la semana dos visitas con objetivos contrapuestos. Este domingo está programada una entrevista con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken y el titular de Defensa, Lloyd Austin. Es sencillo comprender que el objetivo del dúo estadounidense no es asesorar al ex comediante en técnicas para tranquilizar los espíritus sino avanzar hacia la provisión de armamento y mantener el pedido de “no aflojar” ante Rusia.

Gira de Guterres

Luego viajará a la capital ucraniana el secretario General de la ONU, Antonio Guterres.  Zelensky se mostró ofendido con esta visita, no por algo personal contra el portugués, sino porque primero viajará a Moscú para hablar con Putin. No está claro si Guterres conseguirá hablar con los presidentes, como era su propósito, aunque si están confirmados los encuentros con los ministros de Exteriores, el ruso Sergei Lavrov, y el ucraniano Dmytro Kuleba.

Putin celebró en la semana la toma total de la estratégica ciudad portuaria de Mariupol y recomendó en un video difundido especialmente al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, que no atacaran a los ucranianos escondidos en la siderúrgica Azovstal, para no arriesgar la vida de los soldados propios sin necesidad. Eso si, le pidió “que no entre ni salga ni una mosca”. 

El presidente ruso habló también con el titular del Consejo Europeo, Charles Michel, quien le reclamó, según las agencias internacionales, que permita el acceso de ayuda humanitaria para la población de Mariupol. Desde Moscú le respondieron que es Kiev quien no permite la rendición de los últimos soldados, sometiéndolos inútilmente a la posibilidad de perder la vida.

Las informaciones sobre este tema son contradictorias. La vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, indicó que “estamos intentando evacuar de nuevo a las mujeres, los niños y los ancianos”. Fotos publicadas en las redes sociales mostraban que además de efectivos militares hay niños en esos extensos túneles de la planta, edificada en los años 30 en uno de los planes quinquenales de la Unión Soviética.

Este sábado, y en consonancia con la declaración del general Minnekayev, fuerzas aeroespaciales rusas destruyeron un depósito de armas provistas por EEUU y la OTAN en Odesa, informó el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, según la agencia Sputnik. Añadió que fueron destruidos otros tres almacenes de armas, municiones y pertrechos militares en Ilichevka y Kramatorsky un complejo de misiles antiaéreos en Nóvaya Dmítrovka.

Espacio aéreo

El gobierno turco anunció el cierre de su espacio aéreo para aviones militares rusos con destino a Siria.  “Entregamos los permisos por tres meses. Ellos tenían permiso hasta abril. Nuestro presidente habló con Putin sobre eso. Entonces los vuelos cesaron. Es decir, nosotros estamos llevando a cabo el proceso mediante el diálogo, basado en la convención de Montreux», dijo Mevlut Cavusoglu, canciller turco.

En Alemania, el jefe de gobierno, Olaf Scholz, surfea para evitar la ruptura de la coalición que le permitió llegar al gobierno en diciembre pasado. El tema de fondo es la entrega de armas a Ucrania. Scholz insiste en que su posición es evitar que la guerra se extienda a los países de la Otan. “No debe haber una guerra nuclear. Estoy haciendo lo posible para evitar que una escalada conduzca a una tercera guerra mundial”, sostuvo a Der Spiegel.

Desde el otro lado de Eurasia, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Zhao Lijian, protestó contra declaraciones de la subsecretaria de Estado Wendy Sherman. La funcionaria estadounidense había declarado que China “debe aprender las lecciones correctas de la situación en Ucrania”.  

«La posición de China sobre la cuestión de Ucrania es legítima, justa, objetiva e irreprochable. Por el contrario, es la parte estadounidense la que tiene un mal historial sobre las cuestiones pertinentes», retrucó Zhao. «Aconsejamos a la parte estadounidense que se mire en el espejo y maneje apropiadamente sus propios asuntos antes de señalar con el dedo a otros», abundó.

Tiempo Argentino, 24 de Abril de 2022

El desarrollo del Donbass según lo vio el embajador de Roosevelt en la URSS

El desarrollo del Donbass según lo vio el embajador de Roosevelt en la URSS

Franklin Delano Roosevelt era pragmático pero además, la terrible crisis económica de 1929 le hizo ver la necesidad de abrirse al mundo. Un poco por propia convicción pero también por el reclamo de empresarios que veían en la Unión Soviética -que sostenía planes de desarrollo industrial extraordinarios- una oportunidad para hacer negocios, entre sus primeras decisiones en la Casa Blanca, en 1933, estuvo el reconocimiento diplomático al gobierno de Josif Stalin. Su primer embajador fue William Bullitt, que había realizado gestiones ante Vladimir Lenin años antes. Pero Bullit era más antiestalinista de lo que los tiempos recomendaban. De modo que en 1936, FDR designó a Joseph Edward Davies.

Ambos tenían una estrecha relación desde chicos, al punto que Davies llegó a recordar que fueron “jóvenes compañeros dedicados a la causa progresista dentro del Partido Demócrata”.  Este nativo de Wisconsin estuvo dos años recorriendo la URSS, hablando con todos los dirigentes y contó sus experiencias en el libro Misión en Moscú, donde analiza y hasta critica los planes quinquenales soviéticos. Pero queda tan admirado de la capacidad que se ponía en juego que no dudó en recomendar que EE UU facilitara créditos y asistencia tecnológica a la URSS.

El libro, publicado en 1941, recopila los informes y despachos de Davies al Departamento de Estado o directamente a FDR. En 1943, cuando ya EE UU estaba metido hasta los tuétanos en la guerra europea, la compañía Warner aceptó el pedido de FDR para apoyar la alianza con la URSS llevando al cine el material elaborado por Davies.

Una relectura del texto de alguien que vio sin prejuicios lo que ocurría en esos tiempos resulta útil incluso históricamente, porque asiste a sesiones en los juicios durante las purgas de Stalin. Pero hoy día es asombroso el contenido a la vista de la guerra en Ucrania.

Se puede ver en inglés acá: Misión en Moscú

Davies cuenta que se construyó la mayor represa hidroeléctrica europea de ese momento en Zaporizhia, donde hasta hace unas semanas se libraron combates alrededor de una planta nuclear. La represa Dnipro HES-1 se terminó en 1932 y fue un proyecto del coronel-ingeniero Hugh Cooper frente a un equipo de especialistas estadounidense. Las primeras turbinas fueron elaboradas por General Electric. Dinamitada por los soviéticos en 1941 para que el caudal del rio Dnieper dificultara el paso de las tropas nazis, fue reconstruida entre 1947 y 1950.

El embajador también describe lo que era el Donbass de aquella época. “En este distrito se encuentran las mayores plantas siderúrgicas, plantas de turbinas eléctricas y de construcción de maquinaria pesada, plantas de aluminio, plantas de tractores y químicas, maquinaria agrícola y otras grandes operaciones industriales. Estas plantas se construyeron, se capacitó a los operarios y se aseguró la producción, algunas empleando hasta 38.000 hombres y mujeres, todo en los últimos seis o siete años. La región también contiene algunas de las mejores tierras agrícolas del país».

Y luego agrega: “La empresa más grande en esta región es la planta siderúrgica diseñada para producir arrabio, alambre de acero, productos laminados de alta calidad, ferroaleaciones, etc. Cuando estuvimos allí, estaba casi terminada la mitad, pero esta mitad estaba en operación”. La planta de la actual Zaporizhstal se puso en marcha en 1932 y fue la más grande de Europa de entonces. En 1933, no muy lejos de allí, comenzó a funcionar la acería Azovstal, en Mariupol, en cuyos extensos túneles se refugian tropas ucranianas bajo el asedio ruso.

El embajador de Roosevelt muestra también lo que era Kharkov, otro escenario de enfrentamientos desde el 24F. “No se sabe en general, pero es el hecho de que la Unión Soviética produce más maquinaria agrícola que cualquier país del mundo, incluido Estados Unidos. Son nuestros competidores —y serios competidores— en todo el Cercano Oriente e incluso en Asia. La planta de maquinaria agrícola es la más grande de su tipo en la U.R.S.S.”, para señalar a continuación que hacían tractores con orugas para convertirlos en tanques de guerra en un simple paso posterior.

En su resumen de esa excursión, dice Davies: “he pasado diez días viajando por el país, cubriendo los distritos industriales: Leningrado, Kharkov, la gran área de Cooper Dam (la represa del Dnieper) y la región de Donbass que, junto con el área de Moscú, cubre aproximadamente del 70 al 80% de la industria pesada soviética”. Se entiende entonces lo que Ucrania significa para la historia de lo que fue la URSS y lo que implica una guerra en ese territorio con Rusia. 

Una película cancelada por la Guerra Fría

Con guión de Howard Koch, que había trabajado con Orson Welles, y dirección de Michael Curtiz, que luego dirigiría «Casablanca», Misión en Moscú muestra la visión favorable a la experiencia soviética del embajador, algo asombroso habida cuenta de la Guerra Fría posterior. Puede verse acá:

El libro, el filme y sus autores serían hoy cancelados en las redes. Aunque Koch fue acusado de “actividades antiamericanas” e incorporado a la lista negra de Hollywood, el director zafó, pero borró su intervención en el CV. FDR murió a días de la caída del nazismo. Davies se salvó de la cancelación quizás porque había sido enlace con Stalin y acompañó a Harry Truman en la Conferencia de Postdam.

Davies, Stalin y Molotov

“Cuando fui a Rusia me esforcé mentalmente por llegar allá libre de todos los prejuicios y con amplitud mental(…) Como le dije al Sr. Stalin, al presidente Kalinin y a los demás líderes soviéticos, definitivamente no soy comunista. Soy uno de los llamados capitalistas. Estoy orgulloso de la designación», se define.

Tiempo Argentino, 24 de Abril de 2022