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Cuba en búsqueda del modelo de prensa para el socialismo

Cuba en búsqueda del modelo de prensa para el socialismo

La foto es de TIempo Argentino

Que Cuba esta viviendo tiempos de transformaciones no es ninguna novedad. Y que atraviesa una situación clave desde la muerte del líder de la revolución, Fidel Castro, en noviembre pasado, tampoco. Sobre todo, porque con el cambio de gobierno en EE UU surgen nuevas amenazas tras el anuncio de un nuevo enfriamiento de relaciones que hizo Donald Trump. Los periodistas cubanos, en ese contexto, debaten cómo adecuarse a estos tiempos en que, además del cambio generacional que se impone en la isla, están las nuevas tecnologías que modificaron totalmente el panorama. De eso y de la construcción de un modelo de prensa socialista habla la periodista Rosa Miriam Elizalde, editora del sitio Cubadebate.

«En mi país no ha habido una ley de comunicación desde la colonia –adelanta Elizalde, que también es vicepresidenta de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) y de la Federación Latinoamericana de Prensa (Felap)–. Durante todo el siglo XX se ha actuado con artículos de la Constitución que refrendan derechos de la comunicación pero no hemos tenido una política determinada hacia ese sector. Ese es un debate que tiene nuestro gremio».

–¿En torno de qué temas giran esos debates?

–El eje del debate es que nunca fraguó en el socialismo un modelo de prensa que le corresponda. Heredamos un sistema de prensa de la tradición norteamericana, que tuvo que convivir con un proceso de construcción y con muchas limitaciones, no tanto por las posibilidades que les dio a los periodistas, porque hubo momentos luminosos para la prensa. Pero aun así todavía padece de cierta incapacidad por incorporar nuevas estéticas, un proceso más deliberativo, más enfocado hacia la demanda ciudadana y no hacia la oferta informativa. A veces nuestro periodismo consiste en la cobertura de actos o cosas que no necesariamente concilian o le interesan a la agenda ciudadana. A veces nos retrasamos mucho en informar.

–¿Como debería ser esa prensa del socialismo? En algunos sectores es un clásico cuestionar a la prensa de su país.

–La prensa en el socialismo debería ser un espacio para gestionar la participación ciudadana donde quiera que esté, para abrir fuentes de interlocución con las autoridades, con la sociedad. Ese es un ideal que todavía no se ha logrado en ninguna parte plenamente. Tenemos esa gran desventaja: a nosotros nos acusan sobre temas de libertad de prensa. Pero Cuba es un país que ha logrado el milagro de no tener un periodista ni secuestrado, ni asesinado en 59 años. El último periodista asesinado en Cuba se lama Carlos Bastida, ecuatoriano, que murió en mayo de 1958 por el crimen de ir a entrevistar a Fidel en la Sierra Maestra. Ese es un reto, el otro es que con esta revolución tecnológica en curso ha cambiado también la infraestructura, los medios, ha aparecido un entorno digital que es muy complejo en el que todo el mundo se está adaptando de manera traumática, y nosotros también. Cuba tiene una experiencia muy particular con Internet. No olvides que EE UU le impidió conectarse a la red hasta finales de los ’90.

–¿Cómo es eso?

–A Cuba se le conecta Internet a través de la Ley Torricelli (sancionada en 1992 y que extremó las condiciones del bloqueo), que dice que así se va a ayudar a democratizar la sociedad cubana al estilo norteamericano, por lo que hubo cierta resistencia. Sin embargo, Fidel vio desde el inicio las posibilidades que tenía para los cubanos y en un congreso de periodistas llegó a decir: «Internet parece inventada para nosotros». Porque era el sueño de poder acceder muy fácilmente a un cúmulo de información y conocimientos extraordinarios. Pero eso se ralentizó, no así los procesos y los planes educativos para capacitar a la gente. La Unión Internacional de Telecomunicaciones decía hace poco que Cuba era uno de los países de más baja infraestructura de Internet, pero estuvimos en el quinto lugar en cuanto a apropiación de tecnologías. Cuba gradúa 10 mil informáticos en todo el país. Desde que empiezan la primaria tienen laboratorio de computación. Lo que pasó fue que sobre todo los jóvenes han inventado maneras de conexión naïf, jíbara, silvestre.

–¿Cómo lo hacen?

–Existe una red informal que se llama SNet, que son muchachos que comenzaron jugando de una casa a otra, tirando un cable, y de pronto han cableado toda La Habana. Hay que ver las computadoras que tienen, son grandes Frankenstein. Pero ese es un proveedor de servicios que te pueden crear un blog o dar una plataforma para chatear.

–¿De qué modo afecta la ley Torricelli?

–EE UU siempre vio a esta ley como un espacio para el cambio de régimen. Y una buena parte de los presupuestos públicos del gobierno norteamericano para ese objetivo, que son ilegales porque son la intervención de EEUU contra las leyes y la soberanía del país, lo han estado invirtiendo en el espacio digital. ¿Cómo? Creando infraestructura: hubo un gran escándalo con una red que se llamó Zunzueo, que fue el intento de hacer un Twitter cubano (creado en 2010, con financiamiento de la USAID, según reveló en 2014 la agencia periodística AP). Al final no se discutió si era o no ilegal sino que era ineficiente, porque finalmente lograron lo contrario de lo que se proponían. Era una red para inyectar información dentro de Cuba pero daba posibilidades de mandar SMS en el día fuera de la isla, entonces la gente se inscribió para mandar mensajes a la familia (risas). En infraestructuras como esta y en contenidos hay toda una industria en Miami para proveer servicios a los cubanos en lo que ellos llaman creación de líderes.

–¿El gobierno está planteándose entonces alguna ley para regular este espacio?

–A partir de los debates de la UPEC, la institución que agrupa a los trabajadores de prensa, que básicamente son de medios públicos, es una política que permita hacer un tránsito hacia estos escenarios y ponga un cierto orden. Por ejemplo, el sistema de medios públicos es totalmente subsidiado por el Estado pero los presupuestos son muy limitados. Una nueva ley permitiría que los medios además puedan intervenir en el mercado, que tengan algún tipo de financiamiento para poder mejorar, para fomentar la comunicación, mejorar los salarios de los periodistas, que son de los más bajos del país, y avanzar hacia que cada medio se pueda convertir en un gestor o una multiplataforma de contenidos que ayude sobre estos valores y principios pero que mejore la presencia de esos contenidos en los canales que tiene a mano la gente. En Cuba la penetración de móviles es muy alta. A pesar de todas nuestras limitaciones y de nuestro retraso, en uno o dos años el salto ha sido enorme. Siempre nos criticaban diciendo que la conectividad de Internet en Cuba es solo para el 5% de la población y en los funerales del comandante todo mundo estaba con un celular en la mano transmitiendo y con comportamientos muy parecidos a los que tiene cualquier ciudadano en cualquier sociedad hiperconectada del mundo.

Tiempo Argentino
Julio 16 de 2017

Ricardo Curutchet: «Si querés revolución ciudadana, tenés que meterte en política»

Ricardo Curutchet: «Si querés revolución ciudadana, tenés que meterte en política»

Fotografía: Mariano Martino

Ricardo Curutchet llegó a la intendencia de Marcos Paz en el 2003, «cuando nadie quería agarrar», recuerda con sorna, mediante una alianza de varios partidos que nuclea a la UCR, de la que es originario, el Frente Grande, sectores del Justicialismo, el kichnerismo, Encuentro Popular, sectores independientes, vecinalistas y progresistas. Cuando se le pregunta cómo se definiría, dice como en un mantra que es «vasco, scout y templario». Posicionado dentro de Unidad Ciudadana, este agrimensor y docente en matemáticas hace un culto del diálogo con todos los sectores.

«Nosotros futbolísticamente hablando somos Yupanqui, pero jugamos en la Premier League –dice, apelando a una metáfora futbolera– tenemos una construcción abierta, con una línea de tres en fondo y mucha presión. Sabemos que inexorablemente alguno va a pasar y de un centro puede venir un gol. En la política puede haber una traición, en la gestión puede haber un proyecto que no se concrete. Pero la idea es que la cosa sea abierta y participativa.»

–¿De qué club es hincha?

–De Boca, pero bilardista como agente motivador. Me resulta difícil hablar de fútbol porque tengo un gabinete donde el 85% son mujeres (ríe). Yo les he anticipado a (Jorge) Sampaoli dos años atrás y esperemos que la vaya bien.

–Claro, pero en política se trata de quiénes se benefician con una determinada política.

–Un diputado o un dirigente político puede jugar a «dejo pasar y que le vaya mal» al presidente, nosotros en la intendencia tenemos la necesidad imperiosa de que le vaya bien, porque si no le va bien, que es lo que nos esta pasando ahora, volvemos a repartir bolsones de comida como hace diez años, volvemos a pagar remedios, o prótesis.

–¿Cómo se siente esta nueva realidad en el distrito?

–No nos va mal porque en lo económico aplicamos la heterodoxia económica y entonces podemos sostener ciertos vaivenes. Marcos Paz tiene 60 mil habitantes, tiene de todo un poco. Nunca quisimos una gran industria, yo quiero muchas industrias pequeñas, porque cuando el proceso se te viene en contra es más fácil amortiguar el cierre o la suspensión en una empresa de 30/40 empleados que en una de 3000. ¿Cuál es la principal empresa del distrito?: el Estado. ¿Hay actividad privada? Si, nosotros nos juntamos cada diez días con todas las representaciones gremiales, a mí no me importa si está en la CGT o en la CTA. Y ahí veo, ¿te pagan el sueldo, hay suspensiones? Y también nos juntamos con todos los industriales, que son familias que están al frente de sus empresas, no es el tipo que vive en otro lado. Ahora la están remando. En ese intercambio vas buscando el punto de equilibrio. Por ahí hay que darles una mano con la presión tributaria, pero eso si, lo importante es que todos paguen. La otra vez hablaba de esto con Cristina, nosotros tenemos ese proceso anticíclico que nos permite que si todo se cayó, a nosotros se nos cayó menos que al resto. Eso no quiere decir que nos sobre paño. Somos un pueblo de laburantes, clase media-media baja y punto. No tenemos la gran empresa que da riqueza ni aquel nicho de población que te mueve la economía. Acá podés tener el tambo y la pequeña usina láctea, no la gran empresa. Esto es Yupanqui, sumás por puntito, pero siempre nos metemos entre los tres primeros. En lo productivo, Marcos Paz es el único distrito que tiene el Jamón Crudo Argentino; tenemos toda la cadena de producción, desde la crianza hasta el jamón procesado. Esto es heterodoxia económica, que cuando el jamón crudo te puede estar viniendo de Brasil, de Chile, de Nueva Zelanda, el Jamón Crudo Argentino tiene que tener garantizada la trazabilidad.

–¿Que característica tiene?

–Tiene garantizada la estacionalidad, la forma de alimentarlo, tiene un sabor distinto. No esta alimentado como el español a bellotas, claro, pero tiene un sistema de estacionalidad especial. Esto aunque no lo creas fue un producto positivo de la 125.

–¿Cómo es eso?

–Nosotros somos una «rara avis» de la política. No digo que nos quieran todos, pero me puedo sentar a hablar con todos. Cuando fue la 125 es lo que hicimos. En pleno conflicto Cristina visitó la granja porcina del presidente de la Sociedad Rural y también inauguró una empresa. Todo en base al diálogo. «Ricardo Intendente» hace cosas muy diferentes de las que haría «Ricardo Ricardo», porque acá tenés que sopesar el paladar de todos

–¿Hay algún modelo de gestión en que se inspire?

–De todos sacás un poco. Está todo inventado. Desde que ganamos la elección hasta que asumí recorrí 70 municipios. Todos me recibieron, y de lo que me dijeron, uno pone en la zaranda y hace su camino. Yo no vine acá para ser un mero administrador. Venía del tercer sector, grupos parroquiales, y cuando me preguntan ¿partido político? aplico el modelo «vasco, scout y templario».

–¿Y cómo se metió a intendente?

–En 2003, cuando nadie quería. Para mí esto es la revolución ciudadana de Rafael Correa. Porque él es scout. Cuando estás en una entidad, ya sean grupos juveniles, o tercer sector, vos tenés un universo que queda circunscripto a un sector. Está bueno Cáritas, están buenas las sociedades de fomento, pero si querés hacer el paso en el buen sentido de la revolución ciudadana, tenés que meterte en política.

–¿Nunca sintió que estaba bailando en el Titanic?

–No porque está el sabor de la cosa de poder ser no un mero administrador. Yo acá tengo un Imdec (Instituto Municipal de Estadística y Censos). Se pasaron discutiendo sobre el Indec y estaba mal de un lado y del otro, esta es la realidad. Necesitamos una estadística, que le sirva a la gente. Lo que hicimos fue un mercado regulador, en nuestro rol de Estado, para manejar la variable de los precios. Si vos querías pagar de más, es tu plata, hacé lo que quieras. Pero si vos querías una canasta básica… nosotros tenemos Imdec, feria municipal rotativa y la feria municipal que oficia de mercado regulador, ahí tenemos los productos de la canasta básica y vamos llevando los precios en función del monitoreo que hacen de Salud, vitaminas, proteínas. Ahora le vamos a agregar los precios cuidados municipales, porque sumamos también a los almacenes locales. Por norma no hay grandes cadenas de supermercados. La idea es romper el molde y generar algo distinto. El boleto estudiantil lo tenemos antes de que saliera la ley, porque tenemos dos líneas municipales y los chicos de escuelas públicas viajan gratis. Yo busco otros indicadores de calidad de vida. Hace seis años atrás me discutían porque para mí la pileta es un derecho, y en Marcos Paz tenemos cuatro. El costo de una pileta es una cuadra y media de asfalto, y yo prefiero que los chicos tengan colonia de verano.

Tiempo Argentino
Julio 16 de 2017

Brasil: entre la condena a Lula y la salvaje reforma laboral de Temer

Brasil: entre la condena a Lula y la salvaje reforma laboral de Temer

«¿Dónde están ahora los caceroleros? (os batedores de panela)», se preguntó, exaltado, el expresidente Lula da Silva en un acto desarrollado este sábado en la ciudad paulista de Diadema, en la asunción de la nueva cúpula local del Partido de los Trabajadores (PT). Rodeado de enfervorizados militantes, el mandatario, condenado a nueve años y medio de prisión el miércoles (ver aparte), ligó su sentencia a la aprobación de una ley laboral que retrotrae derechos de los trabajadores a la época previa a Getulio Vargas, que instauró en sus presidencias lo esencial de lo que quedó enterrado el martes y que el jueves, en una demostración de timing llamativo, fue sancionada por el presidente Michel Temer.

No se equivocaba Lula en el análisis. Su acta de condena, señala, estaba escrita y firmada por juez Sergio Moro desde mucho antes de que lo llamara a indagatoria, el 10 de mayo pasado. Pero ese no era el momento político de anunciarla. Tampoco erraba el exdirigente metalúrgico –que ante el magistrado se presentó como de profesión «tornero mecánico»– en cuestionar a los que salieron a las calles contra Dilma Rousseff, en 2014, tras un aumento en el precio de los transportes pero que ahora verán cercenados derechos que tuvieron sus padres y abuelos y que fueron conquistados por sus bisabuelos luego de largas luchas.

«Solo el pueblo puede juzgarme», repitió Lula, luego de pedirle al juez que, «si tiene una mínima prueba en mi contra, me la muestre, y yo me retiro de la vida pública y me quedo tranquilo». Y volvió a la carga con la ley laboral. «¿Dónde terminaron las cacerolas? Lo que nosotros tenemos es orgullo, parece que ellos solo tienen odio».

Entre las reformas está la posibilidad de que la jornada laboral pueda extenderse hasta las 12 horas. Además, la ley permite que los salarios puedan abonarse sobre una base diaria y hasta horaria, a decisión de la patronal, que deberá avisar al trabajador tres días antes cómo será su jornada.

 

Como si esto fuera poco, crea la figura del «trabajador autónomo exclusivo», por la cual la empresa tiene derecho a llamar al empleado para que cumpla tareas solo cuando lo necesite. Otra perlita, que ya en medios de comunicación local tuvo sus defensores, es que se elimina el sistema de indemnizaciones. Se implanta, en su lugar, un fondo con aportes del mismo trabajador, que recupera cuando lo echan. O sea que la patronal tiene las manos libres para disponer de su empleado como si fuera un mueble más en su oficina.

Las mujeres también tienen mucho para reclamar, ya que la normativa aprobada por Temer –que entrará en vigencia 120 días después de su publicación en el Diario Oficial de la Unión– permite que hasta las embarazadas puedan trabajar en lugares insalubres si un médico lo permite.

En pocas palabras, con esta reforma se cumple el viejo sueño neoliberal: que la mano de obra finalmente sea un costo más, sin la menor consideración hacia el ser humano que realiza el trabajo, como desde la izquierda e incluso la Iglesia Católica se postula desde la revolución industrial.

Muchos analistas que interpretan a la ley desde el punto de vista económico, la ven como una destrucción de los derechos de la clase trabajadora inconsistente porque ni siquiera cumplirá el objetivo que declara, que es generar más puestos de trabajo. A este argumento, el procurador general del Trabajo, Ronaldo Fleury, le añade que «oficializa el fraude y es fruto de la mentalidad esclavista que aún persiste en Brasil» .

Para Temer, sin embargo, es la forma de aferrarse al poder aceptando el decálogo empresarial cuando aparece en medio de investigaciones por corrupción con pruebas incluso filmadas sobre maniobras para sobornar a un testigo.

«Las protestas se hacen pero la caravana va pasando, no tengo duda (…) Si hicimos esto en 14 meses –se ufanó este jueves en la ceremonia de sanción de la reforma laboral–, imaginen lo que haremos en otro año y medio de gobierno».

El proyecto que venía del Ejecutivo fue aprobado en abril por la Cámara de Diputados y se demoró hasta ahora en el Senado, muchos de cuyos miembros se mostraron remisos, arguyendo que violaba garantías constitucionales. Pero el martes esa «resistencia» se quebró y terminó votada por 50 senadores y rechazada por otros veintiséis.

La nueva ley está llamada a impactar de este lado de la frontera, ya que el Mercosur, como lo entienden el gobierno de Mauricio Macri y el de Temer, es una plataforma para beneficio de las multinacionales que tienen un pie en cada país y no mucho más. Por eso el canciller argentino Jorge Faurie se apuró a viajar a Brasilia este viernes para entrevistarse con su par brasileño Aloysio Nunes Ferreira y con el presidente. Luego de hacer un panegírico de un posible acuerdo Mercosur-UE, Faurie dijo en relación con el proteccionismo estadounidense: «Si somos razonables podemos ser un modelo en un momento en que se dice que no hay posibilidad de libre comercio. Los cambios culturales se dan con la fe infinita. Hay una fe en este momento de cambio tecnológico que es no cerrar fronteras, hacer un comercio inteligente».

Tiempo Argentino
Juylio 16 de 2017

Una nueva modalidad de terrorismo

Una nueva modalidad de terrorismo

Autos y camiones que se meten y atropellan en zonas neurálgicas. Nueva York, Paris y Londres, ya los sufrieron con decenas de muertos y heridos.

Hace justo un año, el 14 de julio de 2016, mientras una multitud celebraba un nuevo aniversario de la toma de la Bastilla, un camión embistió y mató a 86 personas e hirió a otras 400 en el Paseo de los Ingleses, en Niza, inaugurando así una nueva modalidad de terrorismo. El vehículo estaba manejado por el tunecino Mohamed Lahuaiej Buhlel, quien fue ultimado por la policía.

Imposibles de prever, este tipo de ataques recuerdan al que el 11 de setiembre de 2001 protagonizaron terroristas que tomaron el control de aviones comerciales y se lanzaron contra las Torres Gemelas, de Nueva York, dejando un saldo estimado en alrededor de 3000 víctimas fatales y 6000 heridos. Este ataque implicó el cambio más brutal en las leyes de vigilancia y control estadounidense que, por ósmosis, repercutió desde entonces en la legislación sobre el terrorismo internacional y desplegó una serie de medidas que son muy cuestionadas por organismos defensores de las libertades civiles.

En Francia, el golpe del 14J también sirvió para que el presidente François Hollande promoviera normativas para extremar el control y castigar más duramente acciones consideradas terroristas. Sería su sucesor, Emmanuel Macron, quien hace un par de semanas, ni bien asumió el cargo, aprobó un nuevo proyecto de ley antiterrorista que prevé introducir en la legislación ordinaria el estado de excepción en materia de controles, registros, confinamientos y vigilancia a través de ondas electromagnéticas. La ley es cuestionada duramente por Amnistía Internacional, la Liga de los Derechos del Hombre y Human Rights Watch.

En el último año, fueron reportados cinco ataques con vehículos –camiones o autos- con un centenar de muertos en total en un puñado de países europeos, lo que también creó presión para que la Unión Europea planteara reformas legales y mayores controles. Un cambio que afecta sobre todo a miembros de la comunidad árabe, ya que los atacantes eran musulmanes emigrados o habían tomado la religión en su modo más radical en los últimos tiempos.

Para el periodista canadiense Andrew Coyne este tipo de “microterrorismo” tiene varias ventajas, y una de ellas es que son artefactos que resultan mortales y están al alcance de cualquiera. Los analistas del FBI coinciden en que no se necesitan explosivos, muy riesgosos de conseguir y manipular, y no se necesita ningún tipo de entrenamiento previo.

El último de los atentados fue el 6 abril pasado, cuando el uzbeco Rakhmat Akilov largó su camión a toda velocidad en una calle peatonal de Estocolmo en el momento de mayor tránsito, dejando un tendal de cuatro muertos.

Un mes antes, se registró un ataque frustrado, en Amberes, cuando la policía detuvo a un hombre de origen francés que se había metido a gran velocidad con su vehículo en un bulevar peatonal de esa ciudad belga. En el baúl del coche había armas blancas.

Quizás la intención fue replicar el ataque producido el 22 de marzo por Khalid Masood en Londres. El hombre, convertido al islam, había nacido 52 años antes como Adrian Russell Elms y embistió con su 4×4 contra los transeúntes que circulaban por el puente de Westminster. Luego, bajó del vehículo y apuñaló a un policía. En total mató a cinco personas y fue rematado por los uniformados.

La ola, luego del que abrió la cuenta, en los Campos Elíseos, había continuado el 19 de diciembre de 2016, cuando un camión que conducía el tunecino Anis Amri atropella contra un mercado callejero de Navidad en Berlín. Hubo 12 muertos y más de 40 heridos.

Israel no escapó a esta vertiente terrorista y el 8 de enero un camión se lanzó alocadamente contra un grupo de soldados que visitaban un centro de turismo en Jerusalén. Quedaron 4 muertos y 15 heridos. El conductor, Fadi al Qunbar, palestino, fue abatido por las fuerzas de seguridad.

Tampoco Nueva York permaneció al margen de este tipo de asaltos y el 18 de mayo pasado Richard Rojas, un oficial de la Armada estadounidense, se lanzó con un Honda color borravino por una calle de Times Square contra los peatones que circulaban por la vereda,. Mató a una joven e hirió a 22 personas. Rojas, que había sido dado de baja en la fuerza por problemas psicológicos, dijo al ser apresado que escuchaba voces que le ordenaba lanzarse sobre la gente.

Tiempo Argentino
Julio 10 de 2017