Seleccionar página
Zona de conflicto

Zona de conflicto

Desde antes de que las urnas consagraran a Javier Milei como nuevo presidente de los argentinos ya se evaluaba en los mentideros políticos el peso legislativo con el que el libertario podría gobernar. Es que las bancas se repartieron en la primera vuelta, que resultó, dentro de lo adverso del resultado en la presidencial, bastante beneficioso para Unidos por la Patria (UxP): quedó con 108 diputados y es la primera minoría. El futuro oficialismo, por su parte, logró con su segundo puesto en octubre 38 asientos en la Cámara Baja. En el Senado, La Libertad Avanza (LLA) queda con 8 curules contra 33 de UxP, que está, así, a cuatro votos del quórum propio. En ambos recintos resultará clave la bancada de Juntos por el Cambio (JxC) –93 en Diputados y 24 en el Senado tomada en conjunto, aunque se auguran particiones–, pero aquí la cuestión es qué posición tomarán los «halcones y palomas» ante cada propuesta, desde las anunciadas privatizaciones hasta el superajuste estatal, que incluye la clausura total de la obra pública y el cierre de los grifos de los fondos coparticipables.
Por lo pronto, Elisa Carrió anunció que considera a JxC una alianza literalmente rota «por voluntad ajena a la Coalición Cívica» y por lo tanto la agrupación «retoma su plena autonomía y va a luchar por los principios fundacionales, el contrato moral, el contrato republicano y el contrato de desarrollo económico» y añade que no van a participar de ningún tipo de negociación con el nuevo Gobierno. Los diputados Emilio Monzó y Nicolás Massot están terciando para unir a los descontentos del PRO y del radicalismo para armar un bloque que en principio tendría una docena de congresistas que no comulguen con LLA, entre los que integran a Margarita Stolbizer y aspiran a agregar a Miguel Ángel Pichetto.
El «poroteo» en la deshilachada coalición PRO-UCR será decisivo para que el nuevo «inquilino» de la Quinta de Olivos, como se autodefinió, pueda hacer realidad dentro del marco constitucional las iniciativas ultraneoliberales que mostró en la campaña y el programa de gobierno.
Milei no se queda quieto mientras esto ocurre. Habría abierto una línea de negociación con Florencio Randazzo y Juan Schiaretti para construir su propia «pata peronista». De hecho, por esas negociaciones, Alejandro Rodríguez y Graciela Camaño, legisladores del Interbloque Federal abandonaron el grupo y conformaron una nueva bancada denominada Consenso Federal.
Por su parte, la Unión Cívica Radical, que mantuvo una posición ambigua antes del balotaje, no apoyando de palabra a ningún candidato y atribuyéndose el rol de oposición en cualquiera de las opciones, emitió a las pocas horas del comicio un comunicado protocolar en el que saluda «al presidente electo Javier Milei y expresa su predisposición a la cooperación republicana para sumar soluciones a la recuperación argentina». A continuación, el texto sostiene que «hace 40 años recuperamos la democracia que permitió nuevamente que el pueblo se exprese y otorgue una visible mayoría que respetamos aportando nuestros propósitos de más democracia con igualdad y equidad social».

Preocupación provincial
Como sea, los diez gobernadores alineados con JxC se reunieron este miércoles en la Casa de la Provincia de Mendoza en CABA para acordar un mecanismo común ante lo que se avizora como un brutal recorte de presupuesto nacional y para urgir a la gestión de Alberto Fernández el envío de partidas de coparticipación antes del 10 de diciembre.
Extraño pedido en quienes no pueden decir que no sabían qué estaba en juego en las urnas: Milei no fue un Carlos Menem o un Mauricio Macri, quienes reconocieron que si decían lo que pensaban no los iban a votar. En el documento que firman los mandatarios electos y en funciones Jorge Macri (CABA), Leandro Zdero (Chaco), Ignacio Torres (Chubut), Gustavo Valdés (Corrientes), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Carlos Sadir (Jujuy), Alfredo Cornejo (Mendoza), Marcelo Orrego (San Juan), Claudio Poggi (San Luis) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe), remiten puntualmente a la demanda de los mandatarios del Norte Grande de un decreto de la actual gestión para compensar la detracción de fondos coparticipables a partir de la nueva ley de impuesto a las Ganancias que impulsó Sergio Massa.
Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (Catamarca), Ricardo Quintela (La Rioja), Gerardo Morales (Jujuy), Jorge Capitanich (Chaco), Gildo Insfrán (Formosa), Oscar Herrera Ahuad (Misiones) y Osvaldo Jaldo (Tucumán), a los que se sumó también el correntino Valdés, habían pedido a Fernández no solo que «arbitre los medios necesarios para que se incorpore a la masa coparticipable el 25% de la recaudación del Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios y el 35% de la recaudación del Impuesto País», sino que prorrogue el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial «creado por Decreto N°286/95, hasta el 27 de febrero de 2050». En estos días febriles, ante el resultado tan inesperado como abultado en favor del libertario, también el Foro de Vicegobernadoras y Vicegobernadores argentinos (Fovira) expresó que se juntaron para pedir la restitución de fondos coparticipables en tándem con los gobernadores norteños. 

Temerarias afirmaciones
Cornejo, el dueño de casa en la cumbre de «cambiemitas», asumirá en diciembre un segundo mandato en Mendoza y mantiene una puja partidaria con el jujeño Morales, que aún lidera la UCR y se mostró más cercano a Massa. Otro cercano al fallido candidato en esta instancia como Martin Lousteau apuesta a convertirse en el nuevo líder partidario en competencia con Valdés. En esa puja se juega seguramente el rol que tendrá el radicalismo, que en verdad se diluyó bastante a la sombra del Gobierno de Macri. Las elecciones provinciales le dieron ánimos; sin embargo, en la segunda vuelta, algunos de los experimentados caciques comprobaron que la ciudadanía acompañó sin dudarlo a Milei.
En el país, salvo Formosa, Santiago del Estero y la provincia de Buenos, el resto se tiñó de violeta, el color elegido por LLA. En el caso mendocino, Cornejo se encontró con que el apoyo fue del 71% de sus comprovincianos y no quiso estar en contra de esos vientos que corren, de modo que señaló a la salida del encuentro que «Argentina tiene la necesidad de reformas económicas fuertes, que son necesarias». Pero luego consideró que «las reformas tienen que tener consenso político y este consenso hay que conversarlo».
Pero Milei siente que el respaldo ciudadano obtenido es determinante y, por lo demás, no parece querer consensuar nada. Lo mostraba en campaña y en su primer discurso como electo se dirigió a «los argentinos de bien», aunque no les cerró las puertas a quienes se quieran incorporar a su espacio.
Mauricio Macri, que también estuvo presente en los estudios televisivos amigos de un modo insistente –tiene sus propias cuitas por el reparto de cargos con Milei y además compite en Boca Juniors por destronar a Juan Román Riquelme– ante la percepción de un escenario conflictivo, no apeló a la legalidad sino a una respuesta temeraria más propia de barras bravas: «Los jóvenes no se van a quedar en casa si estos señores empiezan a tirar toneladas de piedra, los jóvenes van a salir en su oportunidad, entonces los orcos van a tener que medir muy bien cuando quieran salir a la calle a hacer desmanes». Nadie le repreguntó ni le advirtió sobre el riesgo para el sistema de convivencia democrática de esa amenaza.

Revista Acción, 23 de Noviembre de 2023

Una nueva etapa

Una nueva etapa

Javier Milei ganó por una diferencia de 12 puntos en el balotaje y anunció el comienzo de una nueva e incierta etapa política para la Argentina, donde el nuevo presidente se reivindica como «liberal y libertario» y tiene una compañera de fórmula que es defensora sin tapujos de la dictadura militar. Con el 95% de los votos escrutados, Milei obtenía casi el 56% contra el 44% del oficialismo, un resultado inesperado incluso para los mismos integrantes de La Libertad Avanza (LLA), el partido creado hace apenas dos años. En su primer discurso como presidente electo, Javier Milei saludó a «los argentinos de bien» y agradeció el apoyo del exmandatario Mauricio Macri y de la excandidata Patricia Bullrich.
El libertario comenzó a hablar a las 22 horas tras la presentación de su hermana Karina y leyó un discurso de tono fuerte y enfocado en la promesa de que con sus propuestas, que identificó como continuadora de las de Juan Bautista Alberdi «y de los padres fundadores», el país sería una «potencia mundial» como, considera, fue en algún momento del pasado. «Estamos dando vuelta a una página de nuestra historia», añadió. Luego explicó su modelo sobre tres bases: Gobierno limitado, respeto a la propiedad privada y comercio libre. Y amenazó con que no habrá tibieza y que será implacable para quienes se resistan.
El candidato de Unión por la Patria (UxP) reconoció apenas pasadas las 8 de la noche que había llamado a su competidor «para felicitarlo porque es el presidente que eligieron los argentinos» y agregó: «Fue una campaña difícil y en algún momento tuvo tintes ríspidos –dijo Sergio Massa– que ojalá Argentina abandone y el valor de la convivencia democrática y el respeto por el que piensa distinto se instalen para siempre». El ministro de Economía insistió en que «esta jornada ratifica que la Argentina tiene un sistema democrático sólido y transparente».

La jugada de Macri
Las primeras sensaciones sobre el resultado final, precisamente, las dio el vocero y futuro ministro del Interior Guillermo Francos, luego de varias controversias y discusiones –algunas bastante violentas, incluso– que llevaron a las autoridades de la Cámara Nacional Electoral y la jueza federal María Romilda Servini a advertir sobre chicanas y maniobras para deslegitimar el resultado del comicio. «No faltaron boletas como decían, las pudimos reemplazar. Hemos tenido una elección transparente, fiscalizada por ambas propuestas electorales», dijo el hombre designado por La Libertad Avanza para relacionarse con el resto de la dirigencia política, convertido en el portavoz del siempre explosivo Javier Milei. 
Cuando todavía todo está en caliente, puede decirse que el expresidente Mauricio Macri hizo una jugada arriesgada luego de la primera vuelta que le resultó positiva y lo convierte en algo así como el líder de una gobernabilidad inesperada, mientras aparece como el que detrás de Milei fogoneará para «ir mas rápido» hacia el neoliberalismo que, entiende, no pudo poner en marcha cuando ocupó el Sillón de Rivadavia. Es decir, tiene un segundo tiempo, como esperaba, aunque a través de interpósita persona. Hay que ver cómo funcionará esa dupla.
Por otro lado, la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, resulta un personaje que las organizaciones de derechos humanos y gran parte de la sociedad jamás hubieran esperado ver al frente del Senado desde el próximo 10 de diciembre, porque con su sola presencia pone en discusión consensos que ya llevan 40 años. Pero, además, claramente se presenta como la contracara de esa construcción democrática de la sociedad.

Futuro incierto
Como fuera, lo que queda claro es que este 19 de noviembre comienza otra etapa en la vida política argentina, no exenta de tensiones y acechanzas. Por un lado, habrá que ver cómo prosigue la vida política del ahora excandidato de Unión por la Patria e incluso el peronismo en su conjunto. El gobernador bonaerense Axel Kicillof destaca como el uno de los mejor posicionados en el espacio. Por el otro, el radicalismo quedó también atravesado por una elección fallida que lo pone contra las cuerdas como pocas veces en su más que centenaria vida. Si bien es cierto que logró la gobernación de cinco provincias, pero la reconfiguración política es inevitable en todos los espacios. 
Las eventuales medidas que tomará la nueva gestión, según las promesas y anuncios de campaña, no auguran nada bueno para los trabajadores, las pequeñas y medianas empresas y los organismos públicos, desde la educación hasta la salud y las empresas estatales. Tampoco hay un buen pronóstico para relaciones internacionales que resulten beneficiosas para el país.
El futuro es incierto. Ahora más que nunca, la esperanza debe estar centrada en lograr consensos democráticos y no volver, luego de cuatro décadas, a una segunda coalición cívico-militar tan destructiva como la que comenzó en 1976. Y, por cierto, analizar que Milei no llega a donde la ciudadanía lo puso por sus virtudes sino por errores de la dirigencia en su conjunto.

Revista Acción, 19 de Noviembre de 2023

Macri hace su juego

Macri hace su juego

Si alguien creía que Mauricio Macri planeaba su pase a retiro cuando a fines de marzo pasado anunció que se bajaba de una eventual candidatura presidencial, las últimas movidas del fundador del Pro le habrán mostrado cuán equivocado estaba. No solo sigue con los botines puestos, sino que además provocó un vendaval dentro de Juntos por el Cambio, donde no dejó callo sin pisar. Desde la candidata Patricia Bullrich, su elegida en la PASO, hasta Elisa Carrió, la articuladora del frente de derecha que lo llevó a la Casa Rosada en 2015, pasando por radicales históricos como Federico Storani. Y todo, como juzgó su exministro de Economía Alfonso Prat Gay, por coquetear con Javier Milei, el aspirante ultraderechista a la primera magistratura que fue el más votado en las primarias.
Ya antes del 13 de agosto, Macri había manifestado su simpatía por el líder de La Libertad Avanza. Algo que no debería llamar la atención: desde que dejó el gobierno, el fundador del PRO profundizó sus relaciones con los sectores más conservadores del mundo, sobre todo en el universo hipanohablante. De allí sus encuentros con el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien dirige la Fundación Internacional para la Libertad (FIL), y con el ala más derechosa del Partido Popular español, como la diputada Cayetana Álvarez de Toledo y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. De allí, también, su promesa de hace un tiempo, cuando todavía soñaba con volver a la Casa Rosada, de volver a gobernar igual, pero «mucho más rápido».
Si en algo coinciden estos dirigentes –a esta altura, Vargas Llosa también lo es, al menos ideológicamente– es en su desprecio visceral por cualquier forma de populismo progresista y especialmente, en lo local, por el peronismo en su versión kirchnerista. La suma de «libertad» entendida como iniciativa privada sin limitaciones estatales y antikirchnerismo explícito da como resultado un apoyo a las propuestas de su exministra de Seguridad en la interna del frente que integra y si el viento dice que Milei es un factor ineludible en la política nacional, tentar algún tipo de alianza que integre los votos de ambos espacios para vencer al peronismo.
El entusiasmo de Macri, sin embargo, deja malheridos dentro de la alianza que se armó con la UCR y la Coalición Cívica, la agrupación de Carrió. La ferviente exdiputada renunció a su candidatura al Parlasur luego de las PASO alegando problemas –reales– de salud, pero también en rechazo al acercamiento con Milei. Carrió había apoyado a Rodríguez Larreta y había argumentado que el proyecto de Bullrich implicaba un ajuste brutal y represión sangrienta, en una sorprendente coincidencia con voceros del oficialismo. Lo de Milei pinta para peor. Maximiliano Ferraro, el presidente de la CC, pidió ponerse la camiseta de JxC «sin especulaciones o ambivalencias personales», lo que se interpretó como un sablazo al expresidente sin nombrarlo.

Río revuelto
El corrimiento de Macri también afecta a la referente del PRO y supuestamente quien debería recibir su máximo apoyo para la elección de octubre. La cara de sorpresa de la ganadora de la interna en la noche de la primaria fue elocuente cuando en el escenario Macri se presentó exultante por lo que parecía un triunfo personal y dijo que «Argentina entra en un cambio de era». La apuesta por su primo en la Ciudad de Buenos Aires y por Bullrich en lo nacional había sido refrendada en las urnas.
La candidata presidencial de JxC, en cambio, quedó algo descolocada por el resultado de las PASO y más aún por la simpatía de su jefe político con quien es su principal competidor para llegar al balotaje. Para colmo, Milei dijo que en caso de ser presidente le ofrecería a Macri ser su «representante ante el mundo». Si un cargo le puede interesar al exmandatario es cualquiera que lo coloque en un aeropuerto. Su nominación a la Fundación FIFA ni bien se fue de la Rosada y sus frecuentes participaciones en los mundiales de Bridge son datos relevantes acerca de su afición por los viajes.
«Queremos a todos nuestros dirigentes, incluido a Mauricio, haciendo campaña. Necesitamos a todos. No hay que descartar a nadie», cita Página/12 a Damián Arabia, hombre cercano a Bullrich. «Dijo que iba a ser neutral en la interna y no fue neutral en la interna. Y ahora resulta que no solo no fue neutral en la interna, sino que está siendo neutral en la general, porque hay una especie de coqueteo con Milei que confunde mucho al votante», agregó Prat Gay. Lo de Storani va más al hueso. Los radicales, fundamentales para que Macri fuera ungido presidente en 2015, se sintieron, con razón, ninguneados durante sus cuatro años de gestión. Rodríguez Larreta hizo una alianza fuerte con el más que centenario partido en busca de los apoyos que necesitaba para derrotar a Bullrich, que a su vez convocó a un radical como compañero de fórmula. El aparato partidario y su titular, Gerardo Morales, estaban junto con el jefe de Gobierno porteño. Pero no le alcanzó.
«Si votara en Capital no votaría por Jorge Macri (porque) está puesto ahí para custodiar negocios», lanzó Storani, todavía dolido por la derrota de Martín Lousteau en el distrito capitalino. Y concluyó: «Es indisimulada la alianza que existe entre Mauricio Macri y Javier Milei, los guiños que se hacen, Macri le daría la gobernabilidad que Milei no tiene, con legisladores, gobernadores, intendentes».
Desde la ciudad marroquí de Marrakech, donde se disputa el Mundial de Bridge, Mauricio Macri articula nuevas movidas en ese aristocrático juego, despreocupado de la situación de un país atosigado por el cepo más dañino, el del FMI, al que convocó en 2018 para que –infructuosamente– lo ayudara a ganar las elecciones de 2019.  Y entre partida y partida no se privó de cuestionar al gobierno por el reciente ingreso al grupo BRICS. En redes sociales difundió un mensaje al respecto: «El Presidente nos compromete en uno de sus momentos de mayor debilidad a ser parte de los Brics, mientras Rusia invade Ucrania; y a ingresar nada menos que con Irán», escribió Macri quien, en 2018 participó de una cumbre del grupo que ahora critica, también en Johanesburgo, donde mantuvo reuniones con Putin y Xi Jimping, a quienes elogió efusivamente.

Revista Acción, 25 de Agosto de 2023

Triunfo y conflictos internos

Triunfo y conflictos internos

Juntos por el Cambio dio el batacazo en San Juan con un amplio triunfo de Marcelo Orrego que puso fin a 20 años de liderazgo del peronismo provincial. Si bien la elección de este domingo estuvo impregnada por la decisión de la Corte Suprema de la Nación de impedir la candidatura de Sergio Uñac en mayo, lo que en la práctica llevó a una suerte de desdoblamiento de los comicios a gobernador y de los legislativos, es difícil no inscribir este resultado como una de las consecuencias de la división del hasta ahora oficialismo sanjuanino. Por lo pronto el jefe histórico del PJ, José Luis Gioja, superó en el espacio de San Juan por Todos a Rubén Uñac, el hermano del aspirante vetado.
Gioja, que ganó su primera gestión en 2003, fue un gran articulador dentro del peronismo nacional en momentos de graves enfrentamientos internos y ahora queda devaluado por una derrota de alto impacto. Había sido muy crítico del intento de Sergio Uñac de volver a presentarse para un nuevo mandato, una posibilidad que surgía de una interpretación algo forzada de la Constitución sanjuanina que fue abortada en un polémico fallo del supremo tribunal de la Nación a dos días de la elección de mayo. Y venía advirtiendo que esa intentona llevaría a la derrota al oficialismo, cosa que se verificó este domingo.
Orrego, abogado laboralista, exintendente de Santa Lucía y actual diputado nacional, había perdido por 12 puntos en 2019 contra Sergio Uñac: 33,91% contra 55,84% del aún gobernador. Ahora se tomó revancha y en la suma de los lemas del frente Unidos por San Juan logró 51,15% contra 44,26% del sector sanjuanino del Frente de Todos (FdT), donde Gioja obtuvo 27,27% ante 16,99% de Rubén Uñac.
Que se venía un cambio de época en San Juan se pudo percibir el 14 de mayo, cuando la diputada Susana Laciar ganó la intendencia de la capital provincial, otro enclave del justicialismo local. Tanto ella como Orrego integran Producción y Trabajo, un partido fundado en 2005 por el actual senador Roberto Basualdo que originalmente se alineó dentro del Peronismo Federal, el ala antikirchnerista del PJ. Desde 2015 se sumaron a Cambiemos y a la marca posterior, Juntos por el Cambio (JxC), donde aportan para Horacio Rodríguez Larreta.
Por esta razón es que el jefe de Gobierno porteño viajó a San Juan acompañado por las principales figuras de su fracción: Martín Lousteau, de la UCR, Miguel Ángel Pichetto, del peronismo macrista, Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, y José Luis Espert por el liberalismo extremo.

Fuego cruzado
Como telón de fondo del triunfo en San Juan, en JxC las diferencias entre los dos sectores que compiten por la candidatura presidencial se fueron profundizando a niveles que parecen irrecuperables. El último incidente se desarrolló a partir de declaraciones de Rodríguez Larreta en las que sostuvo que su contrincante, Patricia Bullrich, defiende una propuesta de país como la del expresidente Mauricio Macri, «que fracasó, y mirá cómo estamos hoy, siguiendo ese modelo», según le dijo a Radio 10.
No tardó mucho la exministra de Seguridad en responderle. «Me parece de una enorme bajeza moral, oportunismo y falta de ética que Larreta, que se jacta de haber trabajado 20 años con Macri, haga cualquier cosa con tal de conseguir un voto».
Rodríguez Larreta viene de punta contra su mentor, el expresidente y fundador del PRO, desde que decidió dar vía libre para la postulación de Lousteau a la alcaldía porteña en contra del deseo de Mauricio Macri de que el candidato sea su primo Jorge. Una osadía que puso al actual alcalde porteño en la vereda de enfrente pero que a la vez le era necesario para mostrar carácter en una primaria en la que del otro lado tiene a una mujer que hace de la intemperancia, su marca de fábrica.
Con el correr de los días, «los melones se fueron acomodando» en rincones contrarios del carro. Así, el precandidato a vice de Rodríguez Larreta, el jujeño Gerardo Morales, que ya había mostrado que no le tiembla el pulso para la represión social, salió en defensa de su compañero de fórmula. «Que hayamos dejado el Gobierno en el 2019 y haya vuelto el kirchnerismo no fue un éxito. Yo me siento parte de eso, de que hayamos sido responsables de que lo peor de la política argentina regrese».
Rodríguez Larreta ofrece tejer una alianza política de un 70% para dejar afuera al kirchnerismo. Así se entiende su relación con un coequiper como Morales, que gobierna la provincia con la anuencia del peronismo local y tiene en la mira desde el primer día al movimiento social liderado por Milagro Sala, el verdadero enemigo de la elite provincial y símbolo de ese 30% que se proponen eliminar de la discusión política nacional.
Se acomodó a este nuevo ámbito del debate interno el candidato bonaerense, Diego Santilli. «No corresponde descargar esas miserias con quien vas a tener al lado el día después de la elección porque confundís a la sociedad», le dijo a Bullrich. Agregaron otro clavo en la pared los bullrichistas Cristian Ritondo y Jorge Macri, quienes acusaron de un «pasado kirchnerista» a Elisa Carrió y Lousteau.
«No me interesa entrar en el juego de Carrió, su modo de actuar la desprestigia cada vez más a ella. No me gusta el juego sucio», dijo el exintendente de Vicente López y candidato a jefe de Gobierno por JxC en la Ciudad de Buenos Aires, para pontificar a continuación: «Cada uno que marca una herida, está jugando para el kirchnerismo». Tuvo una «caricia» también para su adversario en la carrera a la alcaldía porteña. «Principalmente lo que me diferencia de Lousteau es que yo estuve siempre lejos del kirchnerismo (Lousteau fue ministro de Economía de Cristina Fernández). Él en 2015 compitió diciendo cosas muy duras de nosotros». El referente radical le salió al cruce de un modo no menos filoso. «Gobernó hasta hace pocos días un municipio que tiene el tamaño del barrio de Belgrano», por el partido bonaerense de Vicente López.
Por ahora es difícil determinar como quedarán los tantos luego de las PASO del 13 de agosto en JxC. No son pocos los opositores que, tras los alentadores triunfos en San Luis y San Juan, ahora se plantean si la vieja consigna de que «el que gana conduce y el que pierde acompaña» se vaya a cumplir. Al menos en Santa Fe, la diputada Carolina Losada, alineada con Bullrich, dijo que si pierde con Maximiliano Pullaro por la candidatura a gobernación, no hará nada para que su rival pueda llegar a la Casa Gris.

Revista Acción, 3 de Julio de 2023