La derrota del Gobierno nacional en las elecciones bonaerenses podría ser el disparo de largada hacia otra era en la política argentina. Y así como hace dos años, cuando Javier Milei emergió como el abanderado de los tiempos, ahora también analistas, comunicadores y dirigentes repiten en letanía la frase «no la vimos venir». El impacto en el propio presidente fue de tal magnitud que, a regañadientes, ensayó cambios –apenas cosméticos– en un intento por recuperar iniciativa. Mientras tanto, es fácil descubrir los movimientos tectónicos cuando muchos de los que desde los medios tradicionales y las redes sociales –un territorio en el que el anarcocapitalismo parecía tener todo bajo control– se pelean por los botes, como oliendo naufragio. Otros intentaron explicarle al Gobierno algunas maneras de capear el temporal y apostaban a ver si Milei era o no capaz de «dejar de ser lo que es». No sucedió. En la semana en que quedó debilitado por el resultado provincial y necesita apoyo de los gobernadores, el presidente vetó las leyes de financiamiento universitario, la emergencia en salud pediátrica y el reparto de fondos de los Aportes del Tesoro de la Nación (ATN).
Triángulo oxidado. Caputo y Karina, guerra interna abierta agudizada tras la derrota libertaria en Buenos Aires.
Foto: @LLibertadAvanza
Libertarios con linaje Sería conveniente en este punto un poco de historia. El próximo martes se cumplirán 70 años del golpe cívico-militar contra Juan Perón, un hecho dramático íntimamente ligado a la ideología de Milei. Aquella dictadura venía, a sangre y fuego, a desbaratar el modelo estatista que Perón había construido desde 1946. No por casualidad se autodenominó «revolución libertadora». El patriarca de la dinastía de los Alberto Benegas Lynch, abuelo del actual diputado libertario «Bertie» Benegas Lynch, fue designado el 23 de septiembre de 1955 ministro consejero de la Embajada argentina en Washington. Miembro precoz de la Sociedad Mont Pelerín, creada por el economista austríaco Friedrich Hayek, sería su hijo homónimo –integrante además del Instituto Cato, de EE.UU., otro foro libertario– quien en 1978 lanzaría la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE) en la que se formó Milei. Otro difusor de la Escuela Austríaca fue el varias veces ministro de Economía, Álvaro Alsogaray. Un dato importante: el 20 de septiembre de 1956 el dictador Pedro Eugenio Aramburu firmaría la adhesión de Argentina al FMI mediante el Decreto-Ley 15970.
Todo esto para decir que una de las características de esa tendencia paleolibertaria y que tantas generaciones de argentinos escucharon en cada giro derechista es que los problemas del país debían ser arreglados con una terapia muy fuerte que debe ser tolerada en aras de un futuro venturoso. De aquel «pasar el invierno» de Alsogaray a la «luz al final de túnel» de Macri, sin olvidar el «estamos mal, pero vamos bien» de Carlos Menem, una clave es que se debía tolerar el trago amargo para estar mejor en el futuro. Y si algo no salía de acuerdo al plan es porque se abandonaba la medicina para hacer demagogia.
Decálogo Solía repetir Alsogaray una frase atribuida al canciller Otto von Bismarck, el hacedor de la unificación alemana en 1871: «El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación». ¿Alguien que viene de ese esquema ideológico podría hacer otra cosa que persistir en la misma senda, aunque no reditúe favor ciudadano? Quizás incluso ese sea su mejor incentivo ante una tribuna extremista –la única que le importa– que lo aplaude a manos rojas. Una tribuna como la que expresa el cuestionado Santiago Caputo en una de sus cuentas de X, donde despliega sus diez verdades ultralibertarias, una de las cuales pontifica: «El Estado no debe ser gestionado, sino desmantelado».
DIEZ VERDADES INCÓMODAS DE LA ERA MILEIÍSTA.
1- Nos chupa un huevo lo que opinen los que arruinaron el país. Nuestro compromiso es con la sociedad. 2- Vamos a destruir la inflación a cualquier precio. Es la unica variable que importa. 3- El estado no debe ser gestionado, sino…
Las palabras de Milei el domingo pasado fueron elocuentes en ese sentido. Justo es resaltar que en vez de seguir ejemplos antidemocráticos de sus correligionarios Jair Bolsonaro y Donald Trump, aceptó sin chistar el veredicto de las urnas y se comprometió a analizar los errores cometidos. Pero a renglón seguido advirtió: «No se va a modificar el rumbo, sino que se va a redoblar y acelerar», y prometió defender «con uñas y dientes» la política fiscal, monetaria y «de capital humano» y continuar con las desregulaciones.
¿Qué errores dejan traslucir los funcionarios y el vocero presidencial? Fallas de comunicación, otro viejo recurso de la política argentina. «Hacemos todo bien, pero comunicamos mal». Sin embargo, desde sus medios más amigables los hasta ayer leales van marcando distancias. Si hay alguien que siempre abrazó esas políticas que venía a reivindicar Milei es el veterano columnista Joaquín Morales Solá, quien desde La Nación señaló, en un tono ciertamente despectivo para con el presidente y su hermana Karina, y en el que reclama expulsar a los Menen de sus cercanías, que «la única modificación que se les ocurrió a la diarquía que gobierna es la creación de una mesa política con los mismos protagonistas que ya estaban y que, al final del día, actuaban como asesores políticos de la perdidosa administración. Solo cambiaron el lugar de las sillas. Punto. Nada más para ofrecerles a los argentinos que esperaban ver cómo se salva o cómo derrapa un Gobierno de apenas 21 meses».
Otros más vinculados aún al proyecto libertario, como Alejandro Fantino, extreman la indignación que mostraron cuando se difundieron los audios de Diego Spagnuolo. El ultraderechista Fernando Cerimedo, investigado en Brasil por promover discursos de odio, declaró en la fiscalía interviniente que el extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad le había hablado en reiteradas ocasiones del esquema de coimas que atribuyó a la hermana presidencial. El streamer Gordo Dan, con similar ferocidad a la que usó hasta ahora para denostar a cualquiera que atacara al Gobierno, critica que no se hayan hecho cambios y apuntó también contra los parientes del fallecido expresidente. Con lo que a este clima se suman acusaciones cruzadas de «traición».
Pero venidos de aquellos tiempos de la dictadura «libertadora», aparecieron otras explicaciones ciertamente abominables para la derrota. Como las del economista Miguel Ángel Boggiano y de un empresario cordobés sobre la supuesta preferencia de los bonaerenses por hacer las necesidades en un tacho. Para el comunicador y piloto de aviación Antonio Laje los votantes provinciales deben sufrir castigos incluso bíblicos por no elegir como corresponde. «No se quejen más cuando tengan inseguridad y cuando te maten, por (lo) que acaban de votar. Era la elección para decirle al gobernador que estaba haciendo una gestión espantosa y le dijeron que está haciendo una gestión bárbara».
A todo esto, el Consejo Universitario Nacional (CIN, que nuclea a los institutos superiores del país), junto con profesionales del Hospital Garrahan, anunciaron una movilización en reclamo del rechazo al veto presidencial durante la sesión de la Cámara Baja de esta semana.
El @CINoficial, el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la @laFUA y profesionales del @HospGarrahan acordaron confluir en una gran manifestación nacional el día que la Cámara de Diputados trate los vetos a la leyes de emergencia pediátrica y financiamiento universitario. pic.twitter.com/1RWymAcZUn
El flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán, ensayó su primera reunión con gobernadores para tratar de calmar las aguas. Apenas estuvieron los todavía fieles: Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, Leandro Zdero, de Chaco, y Alfredo Cornejo, de Mendoza. Al rato se anunció el veto a la ley de ATN. Otro grupo de mandatarios que acompañó al Gobierno en sus inicios, y que decidió construir una «tercera vía», ni K ni antiK, analizaron cómo se plantan ante este nuevo desafío en la exposición rural de Río Cuarto. El cordobés Martín Llaryora fue el anfitrión del encuentro, que reunió al santafecino Maximiliano Pullaro, al correntino Gustavo Valdés y al jujeño Carlos Sadir. El santacruceño Claudio Vidal y el chubutense Ignacio Torres, cofundadores de Provincias Unidas, alegaron problemas de agenda para asistir. Juan Schiaretti, exgobernador y candidato a diputado el 26 de octubre, ya manifestó su rechazo al veto presidencial. Lo que no se sabe es cómo votarán los diputados de esos distritos.
El gobierno nacional se quiere quedar con los recursos que corresponden a las provincias. Por eso vetó la ley de ATN.
Los Aportes del Tesoro Nacional no son propiedad del Presidente ni del Ministerio de Economía: son recursos que nacen en las provincias y deben volver a ellas de…
Si algo demuestra la elección bonaerense es que no hubo último clavo en ningún ataúd. Que como muchos puntualizan desde hace añares, polarizar una elección puede ser una buena estrategia electoral, pero es mal negocio para gobernar. Y que, como muestra la historia argentina desde 1955, del otro lado de la Argentina siempre hay alguien al que no se puede eliminar, por más violencia –incluso criminal– que se aplique. ¿Aceptaría esto Milei, o los que están cerca, o quienes se prueban el traje?¿Lo aceptarán los que ganan en río revuelto que, al fin y al cabo, son los mismos de siempre?
En una semana de duelo por la muerte del papa argentino, que dejó como legado un intento de avanzar hacia sociedades más justas y que abracen al desamparado –lo contario del paleolibertarianismo en boga–, la política vernácula logró bajar decibeles en su confrontamiento en el Parlamento, pero no llegó a calmar las aguas en la feroz interna entre el PRO y La Libertad Avanza a nivel bonaerense. Al mismo tiempo, se produjo la impertinente intromisión de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kistalina Georgieva, en los asuntos internos argentinos, al reclamar no solo que los ciudadanos «voten bien» en octubre, sino que la dirigencia no se tuerza del rumbo económico que se digita desde el edificio del 700 de la Calle 19 de Washington DC. Una injerencia prontamente rechazada por las fuerzas opositoras, pero con el mismo énfasis silenciada por las derechas locales.
El impasse por la muerte de Jorge Bergoglio llevó a que muchos espacios que habían fustigado los ejes de su papado descubrieran la trascendencia de su paso por la Santa Sede. Tanto que el presidente Javier Milei se deshizo en elogios y se sumó a la lista de mandatarios que irían a su funeral.
Pero la calma beatífica de la política nacional se vio trastocada por la visita del fundador del PRO a Mar del Plata el miércoles. O para ser más claros, por lo que dijo Mauricio Macri en la conferencia de prensa posterior al encuentro con el intendente Guillermo Montenegro y el diputado nacional Cristian Ritondo, dos que vienen coqueteando con LLA.
Allí, respondiendo sobre posibles acuerdos a nivel bonaerense, el expresidente dijo que había que limar asperezas para juntarse y derrotar al peronismo en el distrito más grande del país. Pero en un contexto en que la discusión clave es si habrá una alianza ultraconservadora o el mileismo se saldrá con la suya y seguirá sumando acólitos salidos del macrismo, lanzó: «Los dirigentes que tenían precio ya fueron comprados. Los que quedamos no tenemos precio. Tenemos valores». Así lo posteó en su cuenta de X Fernando de Andreis, secretario de la presidencia durante la gestión macrista.
“Los dirigentes que tenían precio ya fueron comprados. Los que quedamos no tenemos precio. Tenemos valores". Mauricio Macri hoy en Mar del Plata. pic.twitter.com/21zSTOS8MZ
La andanada de críticas contra Macri desde el oficialismo solo fue opacada por la defensa propia de quienes se sintieron aludidos, entre ellos el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, quien había anunciado en marzo su conversión libertaria y ahora creyó oportuno sumar en su favor a Patricia Bullrich. El que se plantó especialmente ácido fue el presidente Javier Milei, que aprovechó una intempestiva visita al estudio de tevé donde entrevistaban a un referente del anarcocapitalismo, el español Jesús Huerta de Soto, y preguntado por el reto de Macri, lo azuzó: «Que traiga la factura y la muestre».
Lo que despertó decenas de respuestas, jocosas algunas, corrosivas las más. Como que ese tipo de intercambios sería más difícil de rastrear que su intervención en la criptoestafa $Libra, o que los periodistas a los que acusa de ensobrados le deberían pedir, a su vez, que muestre las facturas. Otro caso fue el de la cuenta macrista PRO Virtual, que fue bajada de la red X tras publicar una factura de un presunto pago del INCAA a una empresa ligada a un hijo de Valenzuela.
Parece que a algunos les da miedo que unos pibes tuiteen. Nos bajaron la cuenta de @pro_virtuall, pero tranqui seguimos acá. Más afilados, más vivos y con más ganas de incomodar. Abrazo.
La gran batalla Una división en la provincia de Buenos Aires entre los dos sectores que, juntos, tendrían más chances de ganar el comicio es preocupante para las élites locales vinculadas al proyecto de Milei, para el FMI y también para la administración de Donald Trump, que la semana anterior envió a su secretario del Tesoro, Scott Bessent, en un intento por calmar los mercados el lunes 14 de abril, el primer día del nuevo esquema monetario. El mismo funcionario, ya en Washington, dijo el martes pasado que en caso de un shock externo se dispondría de un crédito especial del Gobierno estadounidense preveniente del Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF en inglés). Eso sí, en esas dos ocasiones afirmó que las «mileinomics» están funcionando y que serán la salvación de la Argentina.
La frutilla de este postre tóxico vendría el jueves 24, cuando en la Asamblea de Primavera del FMI y el Banco Mundial que se desarrolló en la capital estadounidense, tras deshacerse también en elogios sobre la consistencia del plan que lleva a cabo el Gobierno de Milei e insistir en que «esta vez será diferente», la titular del FMI dijo: «El país se dirige a elecciones en octubre. Es muy importante que no se descarrile la voluntad de cambio. Hasta ahora, no vemos que ese riesgo se esté materializando, pero insto a Argentina a que mantenga el rumbo».
Uno de los que más se indignó ante esta frase fue el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, quien negoció con Georgieva en 2021 por el crédito que el organismo le había entregado en 2018 al Gobierno de Macri, «para que no volviera el peronismo», como reconoció Mauricio Claver Carone, que en la anterior presidencia de Trump se encargó de aceitar aquel grosero empréstito.
Inaceptables, repugnantes y honestas las declaraciones de la directora del FMI.
Por si quedaba alguna duda, blanquea al 100% que el préstamo del FMI al Gobierno de Milei fue político, y se mete de lleno en la campaña electoral para poder cobrar la deuda que otorgaron violando… pic.twitter.com/0WcQwqzTYC
La lista de cuestionamientos a esta frase desafortunada de la economista búlgara incluyó al PJ y al mandatario bonaerense, a esta altura el representante más irritativo para el programa, tanto del FMI como de las élites locales, que tienen en ese vetusto organismo al garante de su propia permanencia como clase dominante.
El Partido Justicialista repudia la intromisión electoral de la directora del FMI, Kristalina Georgieva, quien hoy en conferencia de prensa pidió votar a los candidatos de Milei en las próximas elecciones.
— Partido Justicialista (@p_justicialista) April 24, 2025
Kicillof recordó aquella vieja disputa de hace 80 años entre el embajador estadounidense Spruille Braden, que llamaba descaradamente a votar contra Juan Domingo Perón.
Las declaraciones de Kristalina Georgieva son un escándalo y una gravísima intromisión en la vida democrática de nuestro país.
El FMI no sólo impuso recetas de ajuste que empobrecieron a millones, ahora pretende también elegir quién debe gobernar la Argentina.
Quizás por ese revuelo que armaron sus palabras, y en un intento por salirse de un posible eslogan de campaña («FMI o Patria», como propuso el mandatario provincial) la directiva dijo el viernes que sus palabras iban dirigidas al Gobierno, ya que «muy a menudo, antes de las elecciones, los Gobiernos debilitan su determinación de hacer reformas».
La experiencia del FMI con Macri y con Luis Caputo es como haberse quemado con leche. Y en el FMI deben de estar viendo vacas, porque tantos halagos y tantas palmadas a la Casa Rosada levantan sospechas.
Este viernes, también, Georgieva se reunió con el ministro de Economía griego, Kyriakos Pierrakakis y subió a sus redes la maravilla actual del país helénico. «Grecia ha logrado avances notables en la reducción de la deuda pública, gracias a la continua prudencia fiscal, a la vez que mantiene un sólido crecimiento económico».
Excellent meeting with Greece 🇬🇷 @MinEcoFinGR Minister @Pierrakakis at the #IMFMeetings. Greece has made notable progress in bringing down public debt, thanks to continued fiscal prudence, while maintaining robust economic growth. pic.twitter.com/l8Pjh8nw64
Hace diez años Grecia fue noticia por el brutal ajuste promovido por el FMI y las instituciones europeas, la llamada «troika». En 2015, hubo un fenomenal apriete al Gobierno de centroizquierda de Alexis Tsipras para hacer ajustes en pensiones, sueldos y salud que el ministro de Economía, Yanis Varoufakis, repudió. Hubo un referéndum que rechazó esos planes abrumadoramente, pero la troika no le dio entidad a la voluntad popular, Varoufakis se tuvo que ir, y el propio Tsipras terminó aplicando hasta un 60% de recorte en las pensiones sobre los valores de 2010, hubo miles de despidos en la función pública y un aumento de la pobreza acorde con esos tajos de motosierra. Actualmente, Grecia es el segundo país más pobre de Europa, apenas detrás de Bulgaria, la patria de nacimiento de Georgieva, y su economía aún está un 20% debajo de los niveles de 2007. Difícil no pensar que a eso iba el posteo de la directora del FMI.
El festejo del presidente Javier Milei y el equipo del Ministerio de Economía que encabeza Luis Caputo parecía el de los ganadores de una prenda televisiva en competencia por un automóvil o un viaje a Bariloche. La «celebración» ocurrió tras el encuentro con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, en la Casa Rosada, en el primer día del sistema de bandas para la cotización del dólar impuesto por el FMI. Era un mal ensayado intento por mostrar que «todo marcha acorde al plan», como dice el latiguillo al que se aferran en la Casa Rosada cuando la realidad se muestra esquiva. Tanto que el vocero Manuel Adorni posteó esa foto de estudiantina con la frase «Nerviosismo total en el Gobierno», que dice mucho más sobre la preocupación oficial que sobre el clima de jolgorio que pretendía reflejar.
Luego de una semana para el olvido, en que el Gobierno vio cómo se le esfumaban la reservas y los datos de la inflación golpearon fuerte en el principal activo desde que asumió, finalmente el directorio del FMI acordó un salvataje de 20.000 millones de dólares, que sumados a aportes del BID y el Banco Mundial por otros 22.000 millones, deberían calmar a los mercados. Para reforzar la imagen de solidez, llegó el «ministro de Economía de Donald Trump».
En otra muestra del nivel de stress del Poder Ejecutivo –luego de que el Senado le volteara la designación a dedo de dos jueces de la Corte y en Diputados se aprobara la comisión investigadora del escándalo $Libra– Milei dio una entrevista de más de cuatro horas a su amigo Alejandro Fantino en el canal de streaming Neura. Querer mostrar tanta calma deja al desnudo que algo no anda bien. Más cuando la reacción comunicacional del Gobierno se parece tanto a otros momentos de la historia reciente. El 2001 o el 2018, por no ir más lejos.
Plata no hay Como sea, si el Gobierno esperaba fondos adicionales de Estados Unidos y no solo una palmadita en el hombro, se quedó con las ganas. «No está bajo consideración», dijo el enviado de Trump. Que no perdió ocasión para dar un tirón de orejas por el swap con China. Para clarificar las cosas: Bessent vino a Buenos Aires no tanto a brindar su apoyo a Milei en una estrategia –también antigua e inefectiva en otras ocasiones– de cara a la elección de medio término, más bien, su visita estaba enfocada en «una ofensiva diplomática destinada a frenar la creciente influencia de China en América Latina, donde se ha convertido en uno de los principales proveedores de financiación, un socio comercial de primer nivel y una espina cada vez más molesta para Washington», según detalló Bloomberg Línea, el portal financiero estadounidense.
«Lo que intentamos evitar es lo que ha ocurrido en el continente africano», declararía Bessent a Annmarie Hordern, de Bloomberg Television, ese mismo lunes. «China ha firmado varios de estos acuerdos rapaces, presentados como ayuda, en los que se han apropiado de derechos mineros y han añadido enormes cantidades de deuda a estos países», agregaría a lengua suelta. El martes, ya en Washington, Bessent recibió al ministro de Economía de España, Carlos Cuerpo. También lo reprendió por el viaje del jefe de Estado ibérico, Pedro Sánchez, a Beijing, de unos días antes, en el que tuvo una bilateral con Xi Jinping.
🇪🇸🤝🇺🇸Reunión constructiva y franca con el Secretario del Tesoro de EEUU Scott Bessent @SecScottBessent para fortalecer los lazos entre aliados históricos. pic.twitter.com/upY4JUFUzq
Ese mismo martes, la embajada china en Buenos Aires emitió un comunicado de una dureza pocas veces vista en una nación milenaria que hace de la «paciencia estratégica» un sello cultural.
— Embajada de China en Argentina (@ChinaEmbArg) April 15, 2025
«Es falsa la afirmación sobre los acuerdos calificados de rapaces y las supuestas grandes cantidades de deuda en los que ha incurrido la República Popular China. Lo que sí es verdad es que algunas personas con motivos encubiertos están intentando sembrar discordias en las relaciones sino-argentinas y sino-africanas. A ellos les recordamos que, en la medida de sus posibilidades, China acompaña a los países en su camino hacia el desarrollo –incluyendo a los de América Latina y de África– sin imponer ningún condicionamiento político. La intención de estas cooperaciones ha sido contribuir al desarrollo socioeconómico y a la mejora del bienestar de los pueblos, los cuales han sido muy bien acogidas por los Gobiernos y pueblos beneficiados», señala.
CELAC. Cumbre en Honduras del espacio de integración regional dejado de lado por el Gobierno libertario.
Foto: @celacppthn
Causa uruguaya Unos días antes se desarrolló en Tegucigalpa la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC). Nacida en 2010 como una OEA sin EE.UU. ni Canadá, la organización se destaca por amalgamar a los Gobiernos sin distinción ideológica en busca de la integración regional. Como muestra, el primer presidente pro tempore –el cargo es rotativo y por un año– fue el conservador chileno Sebastián Piñera, quien le entregó el «bastón presidencial» al líder revolucionario Raúl Castro en La Habana en enero de 2013.
La mandataria hondureña Xiomara Castro presidió la cumbre del 8 y 9 de abril que se desarrolló en la sede del Banco Central de Honduras. El debate de los jefes de Estado se centró en el particular momento que vive el mundo, por los aranceles de la administración Trump y la guerra comercial de Estados Unidos con China. Hubo coordinación entre Buenos Aires y Asunción en contra de esa agenda, y cuando se debatía el documento final a plasmarse en la Declaración de Tegucigalpa y el tema aranceles y China estaban rondando en las mesas de discusión, Milei viajo sorpresivamente a la capital paraguaya para una bilateral con el presidente Santiago Peña. El documento final en la capital hondureña no parece tan confrontativo. No nombra a la potencia asiática ni a Trump, aunque sí plantea «rechazar la imposición de medidas coercitivas unilaterales, contrarias al Derecho Internacional, incluidas las restrictivas al comercio internacional». Además, reafirma el reclamo de «respeto a la autodeterminación, la no injerencia en los asuntos internos, la soberanía y la integridad territorial», y de declarar a la región como Zona de Paz.
En Asunción, Milei repitió su mantra de que la base del crecimiento de las naciones es la libertad –cosa que desmiente Trump, por cierto– y dijo que así Paraguay «ha superado la inflación, no para de crecer hace más de 20 años y gracias a esto atrae inversores», cosa que podrían en discusión los casi 750.000 paraguayos que viven en Argentina. En Tegucigalpa, las delegaciones de ambas naciones, integradas por funcionarios de menor rango, quisieron destacar que sus Gobiernos no firmaban el texto de la CELAC. Tampoco lo hizo Nicaragua, por otros motivos.
Por primera vez un documento de la organización no dejó asentado el reclamo argentino sobre las Islas Malvinas, simplemente porque nuestro país no lo formuló. Quien sí lo hizo fue el presidente uruguayo, Yamandú Orsi, en su discurso ante los jefes de Estado, donde pidió que se respete el derecho internacional. «En nuestra región este llamado nos lleva a reafirmar dos reivindicaciones históricas: la defensa a la soberanía de los Estados de derecho, a vivir sin amenazas, agresiones o medidas coercitivas unilaterales, como se dijo acá, respecto al bloqueo a Cuba o al derecho de la Argentina sobre las Islas Malvinas», dijo.
Cuando se están por cumplir 200 años de la independencia de Bolivia conviene recordar que fue Bernardino Rivadavia quien en 1824 concretó la primera deuda externa en la historia argentina, con la Banca Baring. Y que para entonces Simón Bolívar esperaba respuesta de Buenos Aires sobre los pasos a seguir luego de que el mariscal Antonio José de Sucre hubiera derrotado a las ultimas tropas realistas en el Alto Perú. Ante el silencio, el 6 de agosto de 1825 el territorio se constituyó en nación homenajeando al Libertador venezolano. Extraña coincidencia entre deuda externa y renuncia a la soberanía que la posición de la gestión libertaria sobre Malvinas subraya.
El gobernador bonaerense es como la contracara del presidente de la nación: es también economista, de la misma generación, con gestión en el territorio más poblado y que aporta la mayor porción provincial al PBI del país, pero está ubicado exactamente en la vereda de enfrente ideológicamente. Eso podría explicar las continuas arremetidas de Javier Milei contra Axel Kicillof. Los ataques más recientes centrados en la inseguridad, que lo llevaron a amenazar con una intervención federal, sin embargo, indican una estrategia que intenta desviar la atención sobre el escándalo de la criptomoneda.
Pero este y otros atajos para cambiar de tema en la agenda pública, lejos de haber logrado ese objetivo, siguieron profundizando un lento pero persistente abismo entre grandes sectores de la sociedad que lo apoyaron en el balotaje de noviembre de 2023 –quizás con un broche en la nariz–, pero ahora perciben el riesgo que corren las instituciones y, de arrastre, el futuro del país, según indican varias encuestas. En un escenario en que la situación del ciudadano común se deteriora de modo sostenido por una baja inflacionaria que resulta ilusoria ante el desempleo y los escuálidos incrementos salariales, al tiempo que desde la Casa Rosada se sigue tensando la cuerda, pretendiendo gobernar por decreto, algunas de las últimas medidas –que bien parecen desesperadas– conducen a una deriva impredecible.
Una de las urgencias del plan económico vigente es cómo conseguir fondos frescos para sostener el tipo de cambio, pilar de las cifras que registra el INDEC. El FMI, según traslucen medios de toda laya, se muestra remiso a abrir sus faltriqueras sin una devaluación, palabra prohibida en el vademécum oficial. Por eso el Gobierno no piensa debatir en el Congreso Nacional un nuevo acuerdo y se apuró a presentar un DNU para la aprobación de un acuerdo que no existe ni se conoce.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) March 6, 2025
El relato mileísta original sostenía que había inversores privados que estaban dispuestos hacer del país una nueva Roma. Pero nada quedó de aquella promesa electoral de 30.000 millones de dólares de financistas internacionales para dolarizar la economía nacional de un plumazo. Ni qué decir de levantar las restricciones cambiarias. Tampoco muestran mucho dinamismo quienes se podrían beneficiar con la ley RIGI. Porque básicamente se trata de inversiones en sectores de la economía real, que necesitan reglas claras y a largo plazo. Eso que llaman seguridad y previsibilidad jurídica. La ley 27.742 garantiza «intocabilidad» de 30 años, pero un Gobierno que designa jueces en la Corte por decreto habilita a que un sucesor haga lo mismo en el futuro, cambie las reglas y deje a todos pedaleando en el aire. Por otro lado, la experiencia de $LIBRA es demoledora.
¿La nominación in extremis de Manuel García-Mansilla fue solo otra forma de desviar la atención o un modo de querer correr con la vaina a una oposición que no mostraba su acuerdo legislativo con la propuesta del Gobierno? Porque aquí se plantea un problema. Ariel Lijo también había sido designado por DNU, pero no quiso renunciar al juzgado federal que tiene a su cargo desde 2004. ¿No quería quedarse sin el pan y sin la torta? La Corte rechazó la jugarreta por 3 votos a 1, pero el dato sería que si ni siquiera un peso pesado de Comodoro Py cree que lo suyo puede durar, ¿qué pueden esperar los que quieran concretar emprendimientos de alto vuelo?
Enemigos en fila Hubo un reciente cruce del presidente con uno de los periodistas más seguidos por el establishment, Carlos Pagni, quien en su programa Odisea Argentina deslizó que la luna de miel con la ciudadanía se terminó para Milei luego de dos errores no provocados, uno su discurso en el Foro de Davos, el otro el Criptogate.
🔹Se terminó la luna de miel: "El Gobierno tiene que empezar a dar explicaciones"
Carlos Pagni tituló "Aguas de marzo" a su primera editorial del año en Odisea Argentina.
Dado que Pagni también mencionó la palabra prohibida (devaluación), el titular del Ejecutivo se creyó obligado a responder con su habitual tosquedad.
OPERADORES DE LA DEVA Sinceramente me repugnan de modo superlativo todos esos periodistas operadores que se quejan de los salarios en dólares diciendo que eso golpea negativamente sobre la competitividad. A esas basuras les pregunto ¿cómo hacen países como EEUU, Alemania,… https://t.co/TqiMJH6jX5
Con Kicillof los encontronazos continuaron luego de que el gobernador bonaerense diera su propio discurso de apertura de sesiones en la legislatura bonaerense. «Parece irreal, pero el presidente de la nación amenazó con intervenir la provincia y pretendió echar al gobernador por redes sociales. Tal como ocurrió con la criptomoneda, ahora dice que no quiso decir eso», señaló Kicillof, que gracias a Milei se posiciona para liderar el espacio de la oposición y recibió en esta ocasión el apoyo de espacios alineados con Cristina Fernández y hasta del propio Sergio Massa, que se mostró en las redes luego de meses de ostracismo.
Cada muerte por la inseguridad duele, y duele muchísimo más cuando se trata de una niña. Y más todavía cuando quieren usarla para sacar rédito político, proponiendo soluciones imaginarias a problemas reales y concretos. Cada muerte es el 100% de la estadística.
La embestida contra el columnista de La Nación, en cambio, ocurrió unos días después de la fallida entrevista de Milei con Jonathan Viale, en donde quedó en evidencia el modo en que algunos comunicadores se adecuan a las necesidades presidenciales. Ese día también fue palpable el rol que cumple el ministro sin cartera Santiago Caputo. El funcionario ad hoc se volvió a destacar el 1º de marzo cuando amenazó al diputado radical Facundo Manes. El hecho fue viralizado rápidamente y pronto desplazó del ranking al propio discurso. Otra señal de que las mieles no duran para siempre, en un lugar en que los libertarios habían tenido preminencia desde mucho antes de las elecciones de 2023.
La respuesta del jefe de Estado, realizada en una entrevista con otro de sus comunicadores cercanos, Luis Majul, fue fustigar a la periodista que estaba reporteando al legislador cuando Santiago Caputo lo agredió, como se vio en grabaciones desde todos los ángulos. «(Manes) dijo que fueron dos trompadas, pero fueron dos palmaditas en el pecho. No me sorprende porque lo impulsó una periodista del Grupo Clarín, que me la tiene jurada». Habrá que decir que la cronista Jazmín Bullorini hizo su trabajo profesional, estaba en el lugar correcto en el momento indicado, algo para destacar.
No menos cierto es que el multimedios es un problema para la democracia argentina, algo que debieron reconocer a su turno Raúl Alfonsín, Carlos Menem y los Gobiernos kirchneristas. Ahora es Milei el que se enfrenta al grupo que a través de una de sus empresas compró el paquete accionario de Telefónica de Argentina, convirtiéndose de hecho en un cuasi monopolio.
CLARÍN: LA GRAN ESTAFA ARGENTINA
Se ve particularmente enardecidos a buena parte de los empleados del Grupo Clarín. No paran de hostigar con mentiras al Gobierno simplemente porque dijimos que íbamos a defender a los argentinos del abuso de la posición dominante que el Grupo…
Insólito cruce de caminos entre un presidente que ya desbordó los límites institucionales y un grupo empresario que está acostumbrado a hacer y deshacer a su antojo. Entre un presidente que hasta no hace tanto destacaba el valor de los monopolios como muestra de eficiencia empresarial y un holding que ya no tiene el núcleo de sus negocios en el periodismo, aunque le pueda ser útil como ariete.
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