Iván Fiodorovich, uno de los Hermanos Karamazov, en la póstuma novela de Fedor Mijáilovich Dostoyevski esboza que «si Dios ha muerto, todo está permitido». Podría resumirse este momento de la historia en una paráfrasis: “Si la ONU no existe, todo está permitido”. Esa alegoría quedó flotando tras los discursos de jefes de estado en la 80ª Asamblea General de ese organismo surgido desde las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, con abundancia de sugerencias de reformas pero certezas de su inoperancia. Se destacaron la intervención inaugural de Lula da Silva y la de Mahmud Abbas por video conferencia -su ingreso a Estados Unidos estaba vedado por decisión unilateral de los “dueños de la pelota”- pero por su peso, impactó la de Donald Trump, que preguntó retóricamente “¿cuál es el propósito de Naciones Unidas?”, y la de Benjamin Netanyahu. El primer ministro israelí hubiese impresionado a Iván Fiodorovich Karamazov: “Bibi” pudo viajar a Nueva York a pesar del pedido de captura por crímenes de guerra impuesto por otro organismo al que el país anfitrión no adhiere, el TPI; son pocas las naciones de la tierra donde puede darse ese lujo. Una más: el viernes el Departamento de Estado anunció que revocaría la visa a Gustavo Petro por un acto público en las calles neoyorquinas junto a Roger Waters en el que instó a los soldados estadounidense a “no disparar contra la humanidad” y a desobedecer órdenes en tal sentido. “Lo que hace el gobierno de EE UU conmigo rompe todas las normas de inmunidad en que se basa el funcionamiento de las Naciones Unidas y su Asamblea General», respondió Petro en la red X.
El discurso del colombiano había sido fascinante. “Quizás una Edad de Piedra Global se ha abatido sobre la humanidad”, evaluó de entrada. “La política antidroga no es para detener la cocaína que llega a los Estados Unidos, es para dominar los pueblos del Sur en general”, señaló, en su cruzada en defensa de las amenazas contra Venezuela. En otra condena a las acciones del gobierno israelí, dijo que “Naciones Unidas debe detener el genocidio mediante una votación de la Asamblea General; y debe establecer una fuerza de mantenimiento de la paz para proteger a los palestinos (…) Necesitamos un poderoso ejército de países que no acepten el genocidio”. En la apertura del debate en la UNGA 80 (en inglés), Lula dijo que EE UU no debía cerrar el diálogo con el gobierno bolivariano y puntualizó: “nada justifica el genocidio que se está produciendo en Gaza”.
Los cuestionamientos a la ofensiva israelí fueron moneda corriente, salvo excepciones, entre ellas la del presidente argentino. Al inicio de esta Asamblea General ya suman 155 los países que reconocieron al Estado de Palestina, ahora con Francia, Reino Unido, Australia y Canadá. Netanyahu no dejó pasar el reto y consideró que hay líderes que se rindieron a la presión mediática. «¿Cuándo aprenderán? No pueden apaciguar a la yihad y no escaparán de la tormenta islamista», deslizó, para agregar que “las autoridades palestinas pagan a los terroristas para matar a los judíos. Darle a los palestinos territorio cerca de Israel es como darle estado a Al Qaeda a Estados Unidos después del 11 de septiembre. No lo vamos a hacer”. La resolución 181 de la ONU, de 1947, contempla la creación de un estado judío y uno árabe en Palestina.
Trump, acusado por muchos de los simpatizantes que le dieron su respaldo de haberse sometido a Netanyahu, había adelantado que reconocer al Estado palestino significaría “una recompensa a Hamas por sus horribles atrocidades” y consideró que en la ONU se habla mucho «pero las palabras no resuelven guerras». Desde el viernes, tal vez por eso, asegura que está cerca un acuerdo con el Movimiento de Resistencia Islámico, en el que interviene Recep Tayyip Erdogan. Sueña con el Nobel de la Paz.
Sobre el genocidio, lo que se piensa en los despachos del DC puede resumirse en un anuncio del secretario de Guerra (ya no de Defensa) Pete Hegseth del jueves: decidió que 19 soldados del 7ª de Caballería conserven las Medallas de Honor por la masacre de Wounded Knee, ocurrida contra la población indígena de la reserva de Pine Ridge, en Dakota del Sur, en 1890. En 2024 la administración Boden había ordenado revisar las condecoraciones porque los estudios históricos demostraron que de heroicos no tuvieron nada. Fue una matanza a mansalva sobre hombres, mujeres y niños indefensos de la tribu sioux lakota.
Hegseth es el mismo que según The Washington Post, emitió una orden a más de un centenar de altos mandos de las Fuerzas Armadas para una cumbre a desarrollarse en la base de la Marina en Quantico este martes. No se sabía mucho sobre los temas a tratar, pero el diario destaca que «sería extraño movilizar a toda la cúpula militar del país solo para una charla de motivación». Si se une este inusual cónclave a otra información aparecida en el The New York Times unos días antes, la cosa empieza a tomar otro espesor. El periodista Eric Schmitt afirma que según sus fuentes, el Pentágono prepara una operación militar en Venezuela. Los efectivos involucrados no son tan importantes como para una invasión, pero lo suficientes como para generar un caos “y provocar la caída del régimen” chavista. La recompensa de U$S 50 millones por la cabeza de Nicolás Maduro también puede ser un jugoso incentivo desoír los cantos de sirena de Petro. O de la ONU, si los hubiere. «
Tensiones en el Báltico
El Ejército de Dinamarca informó ayer que detectó nuevos sobrevuelos de drones no identificados durante la noche sobre varias bases e instalaciones militares, entre ellas la de Karup, la más grande del país, en lo que califica de un «ataque híbrido». En las últimas semanas se vienen denunciando incursiones aéreas sobre países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que incrementa las tensiones, mientras Rusia anuncia la toma de nuevas localidades en el sur de Ucrania.
El jueves la OTAN dijo haber interceptado cinco cazas rusos cerca del espacio aéreo de Lituania, lo que se suma a denuncias de incursiones en Polonia, Estonia y Rumania. Según la organización atlántica, dos aviones de combate húngaros de la misión de policía aérea del Báltico despegaron desde la base de Siauliai para interceptar a tres Mig-31, un Su-30 y un Su35 próximos al espacio aéreo de Lituania.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, dijo que de repetirse estos incidentes podrían derribar los aparatos “si fuese necesario”. Donald Trump, a su turno, instó a sus aliados a que en un caso semejante abran fuego. Desde Moscú, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov protestó enfáticamente que “una vez más escuchamos esta exaltada histeria sobre que nuestros pilotos habrían violado alguna norma y penetrado en el espacio aéreo de otros países. Pero todas estas afirmaciones son completamente infundadas y carecen de pruebas”. En el canal Rossiya 1 fue más lejos: «las declaraciones de que deben derribar aviones rusos tienen, por supuesto, consecuencias peligrosas».
Veinte minutos y una foto junto a Donald Trump con los pulgares para arriba fue el corolario más esperado de la bilateral que quiso mostrar Javier Milei para llevar algo de calma a los mercados antes de las elecciones del 26 de octubre. Al término del encuentro que se desarrolló en Nueva York, en el marco de la 80ª Asamblea General de la ONU, hubo palmadas tranquilizadoras, frases de compromiso sobre la amistad que dicen dispensarse ambos jefes de Estado, loas al rol de «fuerte aliado» que Estados Unidos tiene ahora en la otra punta del continente, todo eso sazonado con el apoyo total del empresario inmobiliario incluso hasta para una aún lejana reelección de su colega de la Casa Rosada. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, a su turno, fue hasta quizás más enfático en un cruce con la senadora demócrata Elizbeth Warren, que cuestionó severamente el salvataje de la actual administración al Gobierno argentino. Hoy Bessent informó que «el Tesoro está negociando actualmente con las autoridades argentinas una línea swap de 20.000 millones de dólares con el Banco Central. Trabajamos en estrecha coordinación con el gobierno argentino para evitar una volatilidad excesiva». Antes, el Banco Mundial había anunciado que aceleraría un desembolso de 4.000 millones de dólares que está incluido en un paquete de apoyo de 12.000 millones anunciado en abril.
En el aspecto público, Milei logró ponerse en los spots nuevamente, como cuando asumió el cargo, en diciembre de 2022, y mostró fuertes cartas de que recibirá «todo lo que haya que poner», en palabras de Bessent, para terminar con las turbulencias que acosan a la gestión de Luis Caputo. Pero fuera de cámara hay un entramado del compromiso estadounidense con detalles que no trascendieron de inmediato. La experiencia demuestra que «la gran democracia del norte» no hace beneficencia ni tiene por costumbre hacer negocios en que los dos ganen algo. Mucho más explícitamente con Trump, los negocios son una perinola en la que a ellos siempre les toca el «toma todo». De todos modos, en medio de una gran «emoción», el ministro de Economía, Luis Caputo, aclaró que el prestamista del norte «no pidió nada a cambio».
Amigos son los amigos Todavía estaban las sillas calientes cuando desde la cuenta oficial de la Oficina del Presidente postearon en la red X una foto en la que el mandatario argentino celebra un mensaje impreso del presidente de Estados Unidos en su red Truth Social. «El muy respetado presidente de Argentina, Javier Milei, ha demostrado ser un líder verdaderamente fantástico y poderoso para el gran pueblo argentino, avanzando en todos los niveles a una velocidad récord», escribe Trump, para agregar: «Él heredó un “desorden total” con una inflación horrible causada por el anterior presidente de la izquierda radical (al igual que el deshonesto Joe Biden, el peor presidente de la historia de nuestra nación), pero ha devuelto la estabilidad a la economía argentina». El final es sugerente: «Argentina: Javier Milei es un muy buen amigo, luchador y ganador, y tiene mi respaldo completo y total para la reelección como presidente, ¡nunca te decepcionará!», dice la traducción que publica OPRArgentina. Otra versión posible para el «He will never let you down!» del texto podría ser «Nunca te defraudará». Una nimiedad, pero quién sabe.
El Presidente Javier Milei recibió por parte del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, la publicación impresa en la red social Truth donde expresa su apoyo al Gobierno Nacional.
"El muy respetado presidente de Argentina, Javier Milei, ha demostrado ser un líder… pic.twitter.com/C53ilTKtBi
No había pasado demasiado tiempo cuando Bessent se trenzó en un debate por X con Warren, representante del ala izquierda de los demócratas y contendiente en las primarias por la presidencia en 2020 y 2024. «Primero, Trump nos hizo pagar precios más altos por el café y la carne para apoyar a un golpista convicto en Brasil. Ahora quiere que los contribuyentes estadounidenses rescaten a su amigo Milei en Argentina. Trump debería dejar de aumentar los precios para los estadounidenses y de regalar nuestro dinero a sus amigos corruptos», señala la legisladora por Massachussetts. La chicana venía a cuento de los aranceles extraordinarios del 50% a productos brasileños con la excusa de la condena judicial a Jair Bolsonaro; pero engloba a Milei en la categoría de «amigo corrupto». No hace falta acotar a qué se refiere.
La respuesta de Bessent tiene lo suyo, porque ubica al candidato a la alcaldía de Nueva York, Zorhan Mandani, en un equipo seguramente impensado para él. «Pocos deberían sorprenderse por la interpretación autocompasiva de @SenWarren de “Don’t Cry for Me Massachusetts” –le dice a Warren–. Las políticas económicas destructivas que ha impulsado desde que se incorporó al Senado en 2013 rivalizan con la fallida agenda izquierdista de la oposición argentina. Si su alma gemela política y compañero peronista estadounidense, @ZohranKMamdani, llega a la alcaldía de la ciudad de Nueva York, estoy seguro de que el senador pedirá un rescate financiero cuando lleve a la ciudad a la quiebra».
Pero luego Bessent analiza –y justifica a su manera– la razón financiera para la supuesta ayuda a nuestro país. «Los fondos de inversión que atacaron los activos argentinos en los últimos meses sin duda sufrieron grandes pérdidas ayer. Los fondos mutuos a largo plazo y los fondos de pensiones que invierten en nombre de los trabajadores estadounidenses se beneficiaron (por el apoyo de Estados Unidos)».
Few should be surprised by @SenWarren’s self-pitying rendition of “Don’t Cry for Me Massachusetts.”
The destructive economic policies she has championed since joining the Senate in 2013 rival the failed leftist agenda of the Argentine opposition. Should her political soulmate… https://t.co/CtyIPPO68V
— Treasury Secretary Scott Bessent (@SecScottBessent) September 23, 2025
O sea, cualquier posible envío de dinero –de la manera en que eso llegara a ocurrir– no es para los argentinos sino para las jubilaciones de los estadounidenses, en riesgo por la caída de los bonos vernáculos. Suena como la explicación de Mauricio Macri para el «rescate» del FMI de 2018.
Contracara sudamericana El otro tema que Warren saca a relucir es el de los aranceles contra Brasil. Precisamente en la misma jornada, y como ya es tradición, el inicio de la ronda de debates en la Asamblea General corresponde al presidente brasileño y lo sigue el estadounidense. Un rito desde hace 80 años en reconocimiento al país sudamericano por haber enviado tropas a combatir contra los nazis en la II Guerra Mundial.
Hubo cumbres en las que las lisonjas entre Bolsonaro y Trump, durante su primer mandato, eran casi obscenas. Porque comparten una ideología ultraderechista sin fisuras que querían mostrar en ese escenario. Ahora el estadounidense no duda en una injerencia no menos obscena para presionar por la liberación del expresidente. Esta vez, Lula da Silva usó apenas 18 minutos para plantar una agenda diametralmente opuesta a su par norteamericano. «La pobreza es tan enemiga de la democracia como el extremismo», dijo el exmetalúrgico.
«La única guerra de la que todos pueden salir victoriosos es la que libramos contra el hambre y la pobreza», agregó. «En todo el mundo, las fuerzas antidemocráticas están tratando de someter a las instituciones y reprimir las libertades. Adoran la violencia, alaban la ignorancia, actúan como milicias físicas y digitales, y restringen a la prensa», puntualizó luego.
Tuvo más frases destacables, lanzadas así, de un tirón, sin ayudamemoria ni texto escrito. «Un antiguo jefe de Estado fue condenado por atacar la democracia, por primera vez en los 525 años de historia de Brasil. Se respetó su derecho a defenderse ante los tribunales, algo que se le habría negado en una dictadura (…) Nuestra democracia y nuestra soberanía no son negociables».
La pregunta de Donald Trump en la 80ª Asamblea General de la ONU revela no solo el objetivo manifiesto del presidente de Estados Unidos. Sonó a certificación de una realidad cada vez más tangible de la que Estados Unidos no es ajeno: ¿Para qué sirve la Organización de Naciones Unidas? Cierto que luego se introdujo en una sarta de autoalabanzas características de alguien, como se decía en el barrio, que no tuvo abuela. Pero en realidad, apuntaba a lo mismo. Si él, que es “tan maravilloso” como para merecer un Premio Nobel -la envidia que le tiene a Barack Obama no tiene nombre- porque “en un período de siete meses, he puesto fin a siete guerras de las que se decía que nunca acabarían”, ¿qué sentido tiene una organización que, según su interpretación de los hechos, además no puede evitar las únicas invasiones que le hacen ruido: la de los inmigrantes. “La ONU gastó 372 millones de dólares para apoyar a 624.000 migrantes en su viaje hacia los Estados Unidos para infiltrarse en nuestra frontera sur. Se supone que la ONU debe detener las invasiones, no promoverlas”.
En un tono especialmente agresivo, como queriendo impostar un poder imperial que los hechos no corroboran, fustigó a Irán, a China y a Rusia, y afirmó que Ucrania está en posibilidad de recuperar el territorio perdido en la guerra desatada el 24-F de 2022. Sobre Gaza apenas dijo que se deben tomar medidas inmediatas para liberar a todos los rehenes, y calificó al reconocimiento del Estado palestino que ya la abrumadora mayoría de los países miembro de la entidad hizo, como “una recompensa a Hamás por sus horribles atrocidades”.
Los quecriticaron puntualmente esa posición fueron los mandatarios de Brasil, Colombia, Chile y menos enfáticamente, Uruguay, naciones sudamericanas que no comulgan precisamente con el extremismo que tanto seduce a Trump y, dicho sea de paso, a Javier Milei.
El representante de Brasil, por eso de tradiciones que ya llevan ocho décadas, abrió la ronda de debates, inmediatamente antes que Trump. Y en apenas 18 minutos, sin recurrir a papeles escritos, Lula da Silva fijó una agenda diametralmente opuesta. “No hay justificación para las medidas unilaterales y arbitrarias contra nuestras instituciones y nuestra economía. La agresión contra la independencia del Poder Judicial es inaceptable. Esta injerencia en asuntos internos cuenta con la ayuda de una extrema derecha servil y nostálgica de antiguas hegemonías. Falsos patriotas orquestan y promueven públicamente acciones contra Brasil”, espetó, en relación con la ofensiva en defensa de Jair Bolsonaro que desembozadamente mantiene Trump y los apoyos locales que consigue.
“Seguiremos como nación independiente y como pueblo libre de cualquier tipo de tutela”, prosiguió Lula. Luego abundó en cuestiones regionales. “No se debe cerrar la vía del diálogo en Venezuela. Haití tiene derecho a un futuro sin violencia. Es inaceptable que Cuba figure en la lista de países que patrocinan el terrorismo”. Y a continuación fue directo al hueso: “Ninguna situación es más emblemática del uso desproporcionado e ilegal de la fuerza como lo que está ocurriendo en Palestina (…) Los atentados terroristas perpetrados por Hamás son indefendibles bajo cualquier ángulo, pero nada justifica el genocidio que se está produciendo en Gaza”.
Lula se refirió también al ataque de EEUU contra barcos presuntamente de narcotraficantes en el Caribe. “Comparar el crimen con el terrorismo es preocupante”, dijo. En esa misma senda, el colombiano Gustavo Petro fue bastante más específico, por razones entendibles por más que la ofensiva estadounidense apunta como excusa para condenar a Venezuela. “La política antidroga no es para detener la cocaína que llega a los Estados Unidos, […] es para dominar los pueblos del Sur en general”, dijo Petro, sin pelos en la lengua.
“Mientras que los verdaderos narcotraficantes viven en Nueva York o Miami, los jóvenes pobres en lanchas rápidas intentan escapar de la pobreza”, dijo, “Trump es cómplice de genocidio. Este foro es testigo mudo de un genocidio”, añadió a renglón seguido, y ya metido en Medio Oriente, donde plantea una fuerza de mantenimiento de la paz para proteger a los palestinos. “En lugar de los cascos azules, que carecen de formación, necesitamos un poderoso ejército de países que no acepten el genocidio”.
“Es genocidio y hay que gritarlo una y otra vez”@petrogustavo , presidente de Colombia, propone “una fuerza armada para defender la vida del pueblo palestino”.#UNGApic.twitter.com/J84I4Db2tr
El chileno Gabriel Boric, a su turno, también apuntó contra la agenda de Trump. “Afirmar que no existe el calentamiento global no es una opinión, sino una mentira (…) no se puede negar el Holocausto, ni decir que las vacunas causan autismo”. Y luego profundizó: “Gaza es una crisis global, porque es una crisis de la humanidad. Y en esta sala, y quienes nos escuchan en sus casas, en sus delegaciones, en sus diversos países, somos, justamente, todos los seres humanos”. Y ya metido de lleno la cuestión palestina, señaló: “Yo no quiero ver a Netanyahu destrozado por un misil junto a su familia, quiero ver a Netanyahu y a los responsables del genocidio contra el pueblo palestino enfrentados a un tribunal de justicia internacional”.
"No quiero ver a Netanyahu destrozado por un misil junto a su familia, quiero ver a Netanyahu y a los responsables del genocidio contra el pueblo palestino enfrentados a un tribunal de justicia internacional", afirma el Presidente Boric ante Naciones Unidas
Del otro lado del Atlántico, y a pesar del reconocimiento del Estado de Palestina que el fin de semana promovieron Francia, el Reino Unido, Australia, Canadá y Portugal, hubo aplausos a las definiciones de Trump sobre Ucrania, un hecho central para la OTAN y la Unión Europea, que basa su supervivencia a mantener la guerra contra Rusia, cuando no a acentuarla. Así, Anitta Hipper, la vocera de la UE para la política exterior y la seguridad, dijo, según destaca Europa Press, que el mensaje del inquilino de la Casa Blanca “es muy bienvenido”.
La Asamblea General de la ONU que este martes inaugura Lula da Silva, seguido por de Donald Trump -si es que se respeta la tradición en esta 80ª ronda-, promete estar movida. La invasión de la ciudad de Gaza y sus acciones genocidas van cerrando el círculo de rechazo sobre el gobierno de Benjamin Netanyahu y el de sus escasos apoyos, entre los que contará con el argentino Javier Milei. Como sea, otra decena de países promete el reconocimiento del Estado de Palestina en ese encuentro. Se sumarán a otros que lo hicieron en estos meses, como España, Irlanda y Eslovenia. Serán Andorra, Australia, Bélgica, Canadá, Francia, Luxemburgo, Portugal, Malta, San Marino y, a menos que Trump le haya hecho recular a Keir Starmer, el Reino Unido.
La repulsa a las acciones de Israel se extiende además a dirigencias de otras naciones. En Estados Unidos un grupo de senadores demócratas, mínimo pero revelador y capitaneado por Bernie Sanders -que por primera vez usó la palabra “genocidio”,- pide el reconocimiento de Palestina. En Argentina, que ya en 2010 reconoció a ese Estado, el diputado Nicolás Massot, que no es precisamente de izquierda, también acusó del genocidio en Gaza.
La situación repercutió en San Sebastián, donde el director José Luis Rebordinos y la responsable de comunicación del festival Internacional, Ruth Pérez de Anucita, leyeron un documento que denuncia el genocidio y pide “un alto el fuego inmediato y la liberación de todos los rehenes secuestrados” por Hamas. El exfutbolista Eric Cantoná, en tanto, se preguntó ante las tribunas del estadio Wembley en el acto Juntos por Palestina, qué esperan para suspender de los certámenes a los equipos israelíes: «Cuatro días después de que Rusia iniciara una guerra en Ucrania la FIFA y la UEFA suspendieron a Rusia. Ahora llevamos 716 días de lo que Amnistía Internacional ha llamado un genocidio. Y, sin embargo, a Israel se le sigue permitiendo participar. ¿Por qué hay un doble estándar?», sostuvo.
Algo así se reclama también en el Festival de la Canción de Eurovisión, que se desarrollará en 2026 en Viena, del que ya se bajaron España, Irlanda, Países Bajos y Eslovenia si es que participa Israel. En una muestra del doble estándar que cuestiona Cantoná, la ministra de Exteriores austríaca, Beate Meninl-Reisinger dijo que Eurovisión “es un símbolo de paz, unidad e intercambio cultural, no un instrumento para imponer sanciones”.
En la sede de la ONU, por su parte, el jefe de a Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, deberá participar de la Asamblea por teleconferencia porque le negaron la visa de ingreso a EE UU alegando que es complaciente con el terrorismo.
Los países árabes, a su turno, están tratando de unir voluntades. El ataque a la cúpula negociadora de Hamas en Doha elevó las preocupaciones y si bien en un encuentro del lunes pasado no hubo una decisión sobre la amenaza que representa Netanyahu, Egipto adelantó el envío de tropas para una posible coalición. La expulsión de los gazatíes crea un problema para su país.
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